El plan B y la hostilidad del escenario

Actualizado
  • 15/09/2021 00:00
Creado
  • 15/09/2021 00:00
Se encontró el equipo base; las lesiones y el desgaste de los juegos consecutivos invitan a replantear el banco de suplentes. A ello habrá que sumarle afrontar el ambiente adverso del Cuscatlán donde no se ha ganado
Encontrar una pieza de recambio, parecida al buen rendimiento que ha dado la mayoría de los titulares, empieza a ser un desafío urgente a solucionar con la jornada de octubre en la puerta.

Faltan 21 días para que la Selección Nacional inicie en el estadio Cuscatlán ante El Salvador, el segundo turno de tres partidos eliminatorios consecutivos que en siete días aumentarán las posibilidades clasificatorias para Catar 2022, las detendrán o las oscurecerán para las selecciones que queden rezagadas.

El conjunto panameño llegará a la apertura de esta fase con el “colchón” de maniobra que le han dejado los cinco puntos obtenidos (dos empates, un triunfo) en tres encuentros en los cuales se ha exhibido, en la mayor parte de ellos, como un conjunto cohesionado, equilibrado en sus líneas y proponiendo ofensivamente durante el transcurso del encuentro.

El cuarto lugar en la tabla de posiciones que lo ubica transitoriamente en la zona de repechaje, es merecedor de reconocimiento por haber tomado el paso de la partida del octogonal sin rezagarse y por méritos futbolísticos propios, igualando en puntos con Canadá y Estados Unidos, pero por debajo de ellos solo al presentar un menor número de goles anotados (5 para ambos, 4 para Panamá).

En el Estadio Cuscatlán, reconocido por hacer sentir la entrega de los salvadoreños con su selección, Panamá no ha logrado ganarle a El Salvador en las eliminatorias que se han enfrentado.

Esta ubicación tuvo como hecho 'disparador' haber encontrado el cuerpo técnico un equipo base con el que abrió repetidamente en los tres juegos, el cual fue consecuente con su idea de juego y rindió en el campo: Luis Mejía; Michael Murillo, Fidel Escobar, Andrés Andrade, Eric Davis; Aníbal Godoy, Adalberto Carrasquilla; Alberto Quintero, Edgar Bárcenas, José Luis Rodríguez y Rolando Blackburn.

Alto rendimiento

Un onceno con una columna vertebral formada por jugadores con trayectoria y amplia experiencia en la selección, los cuales participaron en distintos periodos anteriores, tanto bajo la dirección de Julio Dely Valdés como de Hernán Darío 'Bolillo' Gómez, salvo la presencia de Adalberto Carrasquilla y Andrés Andrade.

Si había quedado alguna duda sobre la titularidad de Luis Mejía después del primer partido ante Curazao (2-1), en la ronda eliminatoria anterior, quedaron totalmente despejadas por la seguridad que transmitió ante Costa Rica y Jamaica, pero principalmente en el último juego en donde fue figura y muralla para sostener la embestida y el empate ante México; tal como lo hiciera contra Brasil en el juego amistoso (1-1) del 23 de marzo de 2019 en Portugal.

Thomas Christiansen y Hugo Pérez llegan al partido El Salvador vs. Panamá en condiciones desiguales. Christiansen busca dar un paso más adelante; Pérez está cuestionado y condicionado a ganar.

En la defensa por los costados, Michael Murillo y Eric Davis estuvieron a la altura de sus mejores versiones; mientras que la dupla de centrales formada por Fidel Escobar y Andrés Andrade merece una larga ovación, se entendieron y jugaron al unísono como si lo hubiesen hecho muchas veces.

Lo de Andrade fue superlativo, una actuación para remarcar y además anotó el primer gol canalero de esta fase final de la eliminatoria como si fuera un mensaje positivo premonitorio porque fue también un defensa, Fidel Escobar, el que abrió con aquel golazo que enmudeció a Honduras (1-0) en el hexagonal y que abrió el camino que condujo a Panamá a Rusia 2018.

En el aporte de Fidel Escobar esta vez, tiene mucho mérito el entrenador nacional; su calidad es indiscutible, pero estaba a la sombra en su equipo el Alcorcón y Christiansen apostó por él devolviéndole la confianza.

Hugo Pérez está cuestionado y condicionado a ganar.

Aníbal Godoy es un líder consumado, fungió como el principal “peaje” con el que Panamá procuró detener la circulación del rival antes de que abordara la defensa y estuvo a la altura; por ello sus condiciones y su visión periférica lo han convertido en un inamovible en su club, el Nashville de la MLS.

Adalberto Carrasquilla dio un paso adelante en su rendimiento y contribución. El poco tiempo que lleva en el Houston Dynamo le recuperó su mejor nivel. Su lesión temprana ante México la resintió el equipo y le dolió a todo el estadio. Alberto Quintero, hasta cuando le dio su físico fue irreemplazable; México lo maltrató con la complicidad del árbitro. Cada vez que Panamá tuvo la pelota en los pies de Quintero creció ofensivamente y creativamente.

Edgar Bárcenas venía de un cierre con la eliminatoria anterior ante Curazao y con la final de la segunda división española, con una baja en su potencial. Fue nuevamente el Bárcenas que se proyecta para llegar con prestancia en algún momento a la primera división de España. Fundamental en los tres partidos.

Hay que ser sinceros, José Luis Rodríguez fue más voluntad que fútbol, los ticos lo controlaron con facilidad y ante México estuvo muchas veces extraviado. Ojalá durante estos partidos en la segunda división española con el Sporting de Gijón eleve su tono.

Rolando Blackburn, desapercibido ante Costa Rica, se prendió en la eliminatoria contra Jamaica y México. “El Toro” Blackburn apunta a hacer de esta eliminatoria su momento goleador más significativo con la camiseta nacional.

Las alternativas de recambio

Pero este primer equipo, que se vio y que estuvo obligado a hacer modificaciones de nombres y dinámica de juego por lesiones, por el lógico cansancio y por el desgaste individual que conlleva (para todas las selecciones participantes) jugar tres partidos consecutivos, está obligado a apelar, sí o sí, a la banca de suplentes con urgencia, o para decirlo en otros términos, a quienes conforman el plan B o alternativo en cada puesto y (sobre todo) frente a rivales que presentan y poseen el más alto nivel competitivo de la región. A Panamá se le vieron “las costuras” contra México, quedando como un llamado al cuerpo técnico para repensar su composición, especialmente desde el medio del campo hacia arriba.

Para graficarlo mejor, cuando el equipo canalero se fue diezmando ante México por la seguidilla de lesiones, primero Carrasquilla, luego Blackburn, y al segundo tiempo entrando sin Alberto Quintero, quedó en evidencia de inmediato que el equipo perdía volumen de juego creativo y ofensivo, recayendo todo el peso en Bárcenas, quien afortunadamente para Panamá asumió la carga hasta los 88 minutos de juego.

Un factor que, unido a la mayor capacidad de México y a su obligación de ir a buscar el partido, terminó con Panamá sometido y peleando por conservar el empate. Un ejemplo, César Yanis es un prospecto que pinta para gran jugador, aportó desfachatez para complicar a Costa Rica y no desentonó ante Jamaica, pero contra México se le vio el techo ante la mayor exigencia. No le alcanzó con sus cualidades y su experiencia en nuestra LPF; seguramente ahora en el fútbol español con el Zaragoza sumará un recorrido que lo va a enriquecer en la parte deportiva y personal.

Pasó igualmente en la delantera donde ni Alfredo Stephens ni José Fajardo dieron con la tecla para hacer daño al oponente. Hay jugadores para 70 minutos, de 30 minutos o de 15 minutos para cerrar un partido; una nueva mirada sobre aquellos jugadores con experiencia en la selección y activos, es necesario considerarla pues se viene en la triple fecha los duelos ante Estados Unidos en casa y en Canadá como visitantes.

Los resultados ante ellos pueden incidir notoriamente en el conteo final de la eliminatoria, no solo en la cantidad de puntos alcanzados, sino también el porcentaje de goles a favor o en contra, pudiendo decantar una clasificación apretada como se pinta.

La otra tarea

Aunque también hay que sumar a las próximas tareas un elemento no menos importante como es contemplar el aspecto sociológico y psicológico, porque Panamá va a jugar por primera vez en esta eliminatoria fuera de casa con público en las gradas, muy diferente al apacible ambiente que lo recibió en Jamaica con las tribunas vacías.

Se deben preparar para un entorno hostil y un público fervoroso, como es el salvadoreño, que se mete de lleno en el ambiente del partido influyendo y empujando el comportamiento de su equipo; de los ambientes que conozco, es el más complicado del área.

En el estadio Cuscatlán, en la última vez que Panamá enfrentó allí a la Selección de El Salvador por una eliminatoria mundialista, el 22 de junio de 2008 (para Sudáfrica 2010), quedó por fuera tempranamente en la fase previa después de ganar aquí 1-0 y caer allí 1-3. Tampoco pudo allí con El Salvador (2-1), para Alemania 2006 ni para Francia 98, perdió 3-2. Fue derrotada por idéntico marcador de 4-1 para España 82 como hacia Argentina 78.

El Salvador ha sido un país volcado en su pasión por el fútbol, un antecedente histórico de ello lo revela que el segundo partido eliminatorio contra Honduras, jugado el 15 de junio de 1969 en el estadio Flor Blanca, con victoria salvadoreña 3-0, para el mundial México 70, sirvió como detonante del conflicto fronterizo entre ambos, que pasó a llamarse desde entonces “La guerra del fútbol”.

Ha sido igualmente un país enormemente receptor y acogedor de destacados futbolistas panameños que sobresalieron en su torneo local, entre otros: Luis Ernesto 'Cascarita' Tapia, René Mendieta, Alfredo Poyatos, Pércival Piggott, y además el mayor anotador de la historia del fútbol profesional salvadoreño que es el canalero Nicolás 'Yuyu' Muñoz.

En una eliminatoria, y menos a esta altura de la competición, no hay pacto de amigos posible. El Salvador está penúltimo en la clasificación, viene de caer 3-0 con Canadá, aunque no ha perdido en casa al empatar 0-0 con Honduras y Estados Unidos. Una victoria ante Panamá le devuelve sus posibilidades y le dará aire al entrenador Hugo Pérez. Panamá no ha podido con ellos en su casa. Esta presión adicional tiene que asumirse inteligentemente, sin amedrentarse; y bien manejada por Thomas Christiansen, les ayudará a hacerse más fuertes y motivados a quebrar la historia.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus