‘Private Zone' muere y deja un gran legado

Nació en Canadá, corrió en Panamá y triunfó en los Estados Unidos.

Esto resume la vida de un gran caballo de carreras, ‘Private Zone', que este fin de semana fue sacrificado en el retiro para purasangres de carreras del Old Friends Thoroughbred Retirement en Kentucky.

‘Él significaba todo para mí. Simplemente era un caballo increíble',

RENÉ DOUGLAS

EXJINETE Y PROPIETARIO DE ‘PRIVATE ZONE'

Considerado uno de los mejores caballos de velocidad y distancias intermedias de la hípica estadounidense, ‘Private Zone' daba llamadas de atención desde sus primeras actuaciones sobre una pista de carreras, cumplidas entre los dos y tres años de edad, en el hipódromo Presidente Remón.

COMPLICACIONES

El descendiente de ‘Macho Uno' fue atendido en el Park Equine Hospital en Woodford en Versalles, Kentucky, al que llegó aquejado por una duodenitis; sin embargo, la condición del ejemplar de nueve años de edad se complicó drásticamente, al punto que el veterinario, Dr. Bryan Waldridge, recomendó sacrificar al animal para evitarle mayores sufrimientos.

‘Se trata de un cólico del intestino delgado, caracterizado por la inactividad del intestino delgado y grandes cantidades de reflujo del estómago', dijo el veterinario.

Un informe completo relacionado con las condiciones en que produjo el deceso del ejemplar se dará a conocer en esta semana.

UN GRAN CABALLO

‘Private Zone' no era precisamente un ejemplar sobresaliente al momento de comenzar su tránsito pistero en Panamá, donde corrió ocho veces.

Adquirido por el exjinete René Douglas, defendió en el Hipódromo Presidente Remón las sedas del Douglas Stable, demostrando como dosañero mucha desenvoltura, pero un temperamento sumamente difícil.

En 2012, fue inscrito en el clásico Francisco Arias Paredes (G-I), que ganó con 114 libras y la monta de Ángel Rivas, marcando 1.12.3 para los 1,200 metros.

La victoria convenció a Douglas de llevar al caballo nacido en el Adena Springs de Ontario a Estados Unidos, donde defendería las sedas de la sociedad de propietarios Good Friends, que incluyó a Doug O'Neill, Alfredo Velázquez, Jorge Navarro y Brian Lynch.

UN PISTERO CONSUMADO

‘Private Zone' dejó huellas de gran pistero.

eventos de Grado Uno, uno de ellos en Panamá, ganó en su ilustre tránsito pistero

carreras en 33 presentaciones es el balance pistero del descendiente de ‘Macho Uno' en la pista

año en que el mimado de René Douglas hizo su última salida. Después fue radicado en un retiro para descansar.

El caballo debutó el 26 de julio en el ‘Allowance' en el hipódromo de Del Mar, arribando en cuarto lugar, nada auspicioso en ese momento.

‘Private Zone' perdió sus siete presentaciones siguientes, pero el 4 de septiembre de 2013 ganaría su primer evento: el Pirate's Bounty, con premios por $75 mil en Del Mar.

Luego sería inscrito en el Vosburgh (G-I), corrido en Belmont Park, con premios por 400 mil dólares, venciendo a ‘Justin Phillip' y Strapping Groom', marcando 1.08 clavados para los mil 200 metros.

La transformación de ‘Private Zone' fue completa, gracias al trabajo del jinete panameño Martín Pedroza, a quien se le encargó la responsabilidad de montarlo.

Pedroza encontró el truco para encarrilar a ‘Private Zone', que se convirtió en uno de los mejores velocistas de su época.

Ganó nuevamente el Vosburgh en 2014, y venció a los mejores ejemplares de distancia intermedia en la Milla Cigar (G-I), el Churchill Downs Stakes (G-II), el Belmont Sprint Championship (G-III) y el Forego Handicap (G-I), todos en el año 2015.

Desde ese último triunfo en el Forego Handicap, ‘Private Zone' no volvió a ganar, quedando segundo en el Breeder's Cup Sprint (G-I) y luego perdió dos carreras más en las que apenas pudo completar el marcador.

INOLVIDABLE

Para René Rogelio Douglas, ‘Private Zone' siempre ocupará un sitio muy especial en su vida.

‘Él era todo para mí; simplemente era un caballo increíble', destacó en declaraciones que reproduce la página electrónica Bloodhorse.

‘Private Zone' costó apenas 15 mil dólares en las ventas de Keeneland en Kentucky; pero produjo ganancias por $2,924,620, en una de esas adquisiciones en las que se combinaron el azar y el conocimiento del pedigrí del ejemplar, sin dejar de darle todo el apoyo para que evolucionara de la forma que lo hizo.

Era un ejemplar castrado, de manera que no pudo dejar descendencia; pero tal vez más que eso, en quienes lo pudieron apreciar sobre una pista de carreras, en Panamá o en Estados Unidos, queda el recuerdo de un corredor de gran coraje, que evolucionó hasta convertirse en un gran animador de las grandes carreras de la hípica.