Recomendación a la Comibox

Actualizado
  • 19/03/2010 01:00
Creado
  • 19/03/2010 01:00
La credibilidad del boxeo profesional depende en gran medida del acatamiento a las normas que rigen la actividad, las cuales aseguran al...

La credibilidad del boxeo profesional depende en gran medida del acatamiento a las normas que rigen la actividad, las cuales aseguran al público un espectáculo deportivo enmarcado en conceptos de equidad y justicia.

En ese sentido, el tema del peso de los boxeadores adquiere trascendente importancia, porque junto a los controles médico, de suficiencia y antidopaje, garantizan que el público verá un combate entre dos púgiles en igualdad de condiciones.

En un deporte de contacto como el boxeo, la igualdad de peso es determinante. Por eso con el correr del tiempo han surgido las llamadas divisiones “intermedias”, que han buscado acortar la diferencia de peso entre una categoría y otra, con el mismo objetivo de hacer más parejos los encuentros.

Últimamente he visto con preocupación el incumplimiento de algunos púgiles al momento de subir a la pesa. Los casos de Roberto “La Araña” Vásquez y Rafael “El Torito” Concepción pudieran ser los más conocidos, pero se dan muchísimos más, y esto es algo que debe ser corregido.

Hasta ahora, lo único que se hace es que el peleador que rebasa el peso le retribuye una pequeña compensación económica a su rival, pero nos parece que no es suficiente. Un combate de boxeo profesional se basa en un contrato, y el incumplimiento de este debe conllevar sanciones. Con los llamados “forfeits” pudiera decirse que se cumple con el boxeador afectado, pero ¿qué retribución le queda al público, que es el que paga para ver las cartillas boxísticas?

Considero que la Comisión de Boxeo Profesional de Panamá debe considerar aplicar sanciones, adicionales al “forfeit” al púgil que no sea capaz de mostrar su profesionalismo a la hora de marcar el tonelaje al que se comprometió.

Quizás un “gancho al bolsillo” de estos irresponsables los haga ser más respetuosos con el público, y se pudiera extender un “jab a la cartera” del entrenador respectivo para que sean más cumplidores.

Es una recomendación respetuosa, con la única intención de salvaguardar la credibilidad del deporte que tanto amamos.

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