Un estadio que le hace honor a su nombre

Actualizado
  • 10/10/2010 02:00
Creado
  • 10/10/2010 02:00
ENVIADO ESPECIAL. CAROLINA, PUERTO RICO. Roberto Clemente Walker es el mejor pelotero boricua que ha jugado en las Grandes Ligas y nacid...

ENVIADO ESPECIAL

CAROLINA, PUERTO RICO. Roberto Clemente Walker es el mejor pelotero boricua que ha jugado en las Grandes Ligas y nacido en Isla Del Encanto, por eso si los puertorriqueños le iban a poner su nombre a un estadio de béisbol, tenía que estar a la altura del ex número 21 de los Piratas de Pittsburgh. Y así lo hicieron.

Inspirados en el Ranger Ball Park, casa de los Vigilantes de Texas, y a solo 15 minutos del centro de San Juan, exactamente en Carolina, de donde era oriundo ese fino bateador, se encuentra el majestuoso coliseo Roberto Clemente Walker, con capacidad para 12 mil aficionados, todos cómodamente sentados en su butaca. Desde que llegas al estacionamiento, su imponente fachada, que se puede confundir con la de un hotel colonial cinco estrellas y al entrar su lujoso diamante de juego, cubierto por una gigante alfombra verde (grama sintética) impresionan a propios y extraños cada vez que se dan cita al parque de pelota.

El moderno coliseo fue inaugurado en el 2000, tras una inversión de 46 millones de dólares y hoy, 10 años después, luce igual de lucido como el primer día que abrió sus puertas, según comentó Vicente Herrera, un boricua, hijo de panameño, quien estuvo entre los pocos aficionados que fueron a presenciar la derrota de Panamá 10 por 2, cortesía de Estados Unidos.

Herrera dijo que tenía varios años que no venía al Roberto Clemente; sin embargo, desde que se bajó de su automóvil se quedó con la boca abierta del mantenimiento que se ve que recibe el coliseo y el cual lo hace ver como un estadio recién in augurado.

En la entrada principal hay una escultura casi exacta, de al menos 25 de pies de altura, de Clemente armado para batear con el uniforme de los Piratas, igualmente letreros informativos, ya sea indicativos de baños, pasillos, elevadores, salidas, entradas.

Las dimensiones del terreno de juego en la barda y demás están decoradas por una imagen del bateador del 3 mil imparables en las mayores. A pesar de solo tener 10 años de funcionamiento, al Roberto Clemente Walker ya se le dio un maquillaje de 3 millones de dólares, antes de la Serie del Caribe del 2007.

Además de la casa deportiva del hijo más grande de Carolina, Puerto Rico, en el Campeonato Premundial también se han utilizado los estadios Francisco ‘Paquito’ Montaner, de Ponce; el Isidoro ‘Cholo’ García, de Mayagüez; y a partir de hoy, el Hiram Bithorn, pero ninguno de los tres luce a la altura del Roberto Clemente Walker, un coliseo que le hace honor a ese histórico jugador puertorriqueño, quien fue tan grande tanto dentro como fuera del terreno y que murió en un vuelo aéreo un 31 de diciembre de 1972, cuando salía de la Isla Del Encanto para brindarle ayuda a las víctimas del terremoto en Nicaragua.

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