Panamá: una de cal y otra de arena

PANAMÁ. El triunfo de Panamá sobre Perú 1-0 dejó algunas cosas positivas y otras negativas.

Entre lo positivo, está que Panamá comienza a dejar claro que en el Rommel Fernández es imbatible, aunque se juegue mal.

Lo otro es que después de 14 años, la selección vuelve a marcar un gol de tiro libre.

La parte negativa es que la mitad del campo sigue siendo el ‘talón de Aquiles’ del equipo nacional.

Otro de los aspectos negativos del encuentro fue el constante reclamo de los jugadores panameños, sumado a la invasión del terreno de personas que no tenían nada que hacer en la cancha, incluyendo cuerpo técnico.

Frente a Perú, la selección mostró orden y la defensa, no dio mayores libertades a la ofensiva peruana, comandada por Jefferson Farfán.

Sin embargo, el cuadro que dirige Julio César Dely Valdés, al igual que en el encuentro ante El Salvador, no jugó su mejor partido.

A pesar de tener ventaja numérica desde el minuto 22, tras de la expulsión de Carlos Zambrano luego de una fuerte falta clara y evidente sobre Tejada, Panamá careció de ideas para acorralar a su rival y liquidar el partido. En la segunda mitad, lejos de apostar por ser más ofensivo, Julio sacó a Gabriel Gómez e hizo ingresar a Amilkar Henríquez, ambos jugadores con un una labor casi similar.

Aunque no llegaron a inquietar al portero Luis Mejía, los peruanos manejaron gran parte del partido.

Algo similar ocurrió en el partido ante El Salvador y Panamá, jugando de local, no se puede dar el lujo de permitir eso, por más jerarquía que tenga el rival.

Los peruanos se quejaron del arbitraje de Ricardo Cerdas. El técnico de Perú, Sergio Markarián, comentó que fue un partido para el olvido.