La tradicional subida al Cerro Ancón el 31 de diciembre

Actualizado
  • 27/12/2015 01:00
Creado
  • 27/12/2015 01:00
Es un evento no competitivo. Se trata de dar gracias por un buen año, de una forma distinta, esperando lo mejor de lo mejor para el 2016

El 31 de diciembre es una fecha en la que por costumbre muchas personas hacen repaso y balance del año que toca a su fin, y dan gracias por todo lo que el mismo trajo en las facetas de salud, amor y trabajo.

En diferentes partes del mundo los corredores se reúnen en torno a esta fecha con ese objeto, y se organizan carreras que se agrupan tradicionalmente bajo el nombre de San Silvestres, celebradas en su mayoría pocas horas antes de que las agujas de los relojes marquen el inicio de un nuevo año.

‘Hace varios años que no se celebra la ‘San Silvestre panameña, entre Río Abajo y la plaza Cinco de Mayo'FERNANDO REVUELTA--CORREDOR Y AUTOR DE LA PÁGINA ‘RUNNING'

Sao Paulo en Brasil y Madrid en España son algunos de los eventos más concurridos, con niveles de participación de miles de corredores.

Aunque se mantiene el ambiente festivo, la mayoría de estas pruebas tienen también un componente de alta competición para atletas élites que luchan por cuantiosos premios.

Es costumbre que los espectadores en estos casos se sumen a la fiesta lanzando a los corredores nieve artificial desde aerosoles, y serpentinas de papel de múltiples colores.

Otras denominaciones para las carreras de nochevieja incluyen leyendas como ‘las 12 uvas', o sencillamente ‘Fin de año'.

Hay poca tradición en Panamá de eventos atléticos el 31 de diciembre, circunscribiéndose el único antecedente conocido a la San Silvestre que se celebraba varias décadas atrás en la ciudad capital, con partida en Río Abajo y llegada en la Plaza 5 de mayo.

16 AÑOS DE TRADICIÓN

Aunque no se trata de un evento competitivo, hace 16 años un reducido grupo de amigos inició la costumbre de terminar el año haciendo juntos lo que más les gustaba, correr, y para ello eligieron subir al Cerro Ancón. ‘Iniciamos este evento como una forma de cerrar el año de carreras', comenta Freddy García, veterano atleta y dirigente deportivo al cual todavía se le puede ver practicando en Amador a tempranas horas; ‘decidimos hacerlo de madrugada porque siempre practicábamos en ese horario.

Subir al Cerro Ancón desde Balboa representaba una ruta corta, pues la intención siempre fue la de reunirnos para brindar por el nuevo año.

Así que como queríamos hacer la práctica de todos los días, matábamos dos pájaros al mismo tiempo: corríamos y brindábamos.

Elegimos el Cerro Ancón porque hay una vista maravillosa de la ciudad de noche, se observa con amplitud todo el horizonte, y corre una brisa refrescante.

Al terminar siempre nos metíamos a la fuente de agua del monumento frente al edificio de la administración del canal con zapatillas y ropa.

Luego realizábamos el brindis. Ya no hay fuente con agua, así que este chapuzón no se hace.

Para el brindis cada uno de nosotros aporta su contribución en especie como bollos de maíz, dulces de fruta, rosca de pan con jalea, salchichas guisadas, o tamalitos'.

Adicional a García, el grupo originario lo conformaron Ricardo Cupas, Eduardo Laguna, Johnny Santamaría, Anselmo Broce y Gustavo Gordón, al igual que García, fondistas de larga trayectoria y con diferentes posiciones directivas en el Club de Corredores del Istmo.

‘La primera vez fue el 31 de diciembre de 1999, víspera de la reversión total de la zona del Canal a Panamá' recuerda Gordón; ‘con algunas bajas e incorporaciones nos hemos reunido por todos estos años manteniendo la tradición. Debido a problemas en la espalda yo no tengo ya la capacidad de subir hasta la cima, pero de igual modo acudo a la cita y hago mi ejercicio antes de compartir con los demás un brindis por todo lo bueno que nos ofreció el año que termina y por lo que nos traerá el nuevo'.

UN SITIO HISTÓRICO

Aunque desde hace más de una década el Cerro Ancón es de libre acceso para la población en general, muchos son los corredores de la ciudad capital que todavía no han subido a su cima.

Para aquellos que se quieran sumar a la actividad, el TeamManda Diversión J. Santamaría realiza desde hace varios años una convocatoria pública para subir al Cerro Ancón el 31 de diciembre, con partida a las 5.00 am desde la fuente del monumento a Goethals, frente al edificio de administración.

Aunque a esas horas todavía es de noche, la ruta está jalonada frecuentemente por luminarias que facilitan el no tropezarse. La calle en subida continua llega hasta el poblado de Quarry Heights, y desde allí discurre por otros dos kilómetros hasta la cima. La carretera es estrecha de un solo paño, con buen asfalto, y discurre bordeando el Cerro con agradables vistas cuando la vegetación deja algún claro.

Sobre todo al amanecer, suele ser habitual ver cruzando tranquilamente la calle algunas especies de fauna como ñeques, armadillos, e incluso perezosos. La pendiente salvo en algunas curvas cerradas no es fuerte, y se puede mantener un ritmo de ascenso regular.

Solo al final la calle hace algunos cambios de dirección bruscos, hasta alcanzar finalmente el tope donde hay varias construcciones y antenas de TV.

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