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- 14/09/2013 02:00
- 14/09/2013 02:00
EEUU. La promoción para la pelea de hoy entre Floyd Mayweather y Saúl Alvarez la llama ‘The One’, dos breves palabras en inglés que abren un amplio abanico de traducciones.
‘La Unica’, podría ser una buena forma de calificar este combate entre dos púgiles invictos por las coronas súper welter del Consejo y la Asociación Mundial de Boxeo. Es la única en años que acapara la atención del todo el mundo deportivo, la única capaz de generar ventas estratosféricas en el sistema pague por ver y de paralizar a México durante 12 (o menos) asaltos.
‘El Unico’ o ‘El Elegido’ serían otras dos posibles interpretaciones. Después de todo, el ganador de la reyerta pautada en un límite de 152 libras en el MGM Grand de Las Vegas quedará solo en la cima, con la foja intacta y el boxeo a sus pies.
Sea cual sea la traducción preferida, resta por ver si Mayweather (44-0, 26 nocauts) y Alvarez (42-0-1, 30 nocauts) ofrecen un espectáculo a la altura de su fama y la publicidad generada por la pelea.
‘Mucha gente pensó que esta pelea no se iba a dar’, comentó Mayweather, considerado casi de forma unánime como el rey libra por libra del boxeo.
El combate se concretó sin problemas después que Alvarez y Mayweather ganaron sus respectivos compromisos con apenas dos semanas de diferencia: ‘Canelo’ derrotó por decisión unánime a Austin Trout el 20 de abril, en el que fue el mayor reto de su carrera, y ‘Money’ apabulló el 4 de mayo a Robert Guerrero.
El duelo con Trout fue el mayor reto de Alvarez hasta ese momento. Lo que le espera ante Mayweather es otro cuento.
A los 36 años, Mayweather supera por 13 a su oponente mexicano, aunque cuentan con casi la misma cantidad de peleas. Sin embargo, al estadounidense le sobra talento, y exhibe una condición física incomparable, fruto de un estricto régimen alimenticio y de ejercicio.
Además, con la mejor defensa del boxeo y reflejos felinos, Mayweather ha evitado el castigo que mina las facultades de otros púgiles de su edad. Sumado a que sólo ha promediado una pelea por año desde 2007, el resultado es un boxeador con la experiencia de un veterano, y la condición de un muchachito.
La exhibición que dio contra Guerrero fue un ejemplo perfecto. Tras vencer al aguerrido Miguel Cotto en mayo de 2012, en una batalla en la que recibió más castigo que de costumbre, y luego pasar 60 días en la cárcel por un caso de violencia doméstica, muchos se preguntaban si Mayweather habría perdido si acaso una chispa de velocidad o reflejos. Nada de eso. El oriundo de Grand Rapids, Michigan, pero hijo adoptivo de Las Vegas, le dio un baile a un rival seis años menor y que tenía sólo un revés como profesional.
En otras palabras, el Mayweather de siempre estaba de vuelta, aunque la realidad es que nunca se fue.
El estadounidense detuvo la báscula en 150,5 libras ayer en el pesaje oficial, mientras que Alvarez pesó 152 y se vio pleno.