El futuro de la economía global

Actualizado
  • 07/02/2012 01:00
Creado
  • 07/02/2012 01:00
WASHINGTON. Las cosas que en una época tomábamos por descontadas ya no son así; cosas que nunca imaginamos, ocurren todo el tiempo. Hemo...

WASHINGTON. Las cosas que en una época tomábamos por descontadas ya no son así; cosas que nunca imaginamos, ocurren todo el tiempo. Hemos entrado en una zona de ignorancia donde la experiencia y las ideas conocidas cuentan menos.

‘Hace treinta años, si uno decía que EEUU y Europa iban a ser centros de crisis financieras, la gente hubiera pensado que uno estaba loco’, expresa el economista Fred Bergsten.

Profundos cambios en la economía global contribuyeron a la crisis actual, por lo que su resolución es más difícil. Bergsten —director de Peterson Institute for International Economics— cita tres de esos cambios.

CAMBIOS

Primero, el surgimiento de ‘mercados emergentes’, liderados por China, India y Brasil. En 1981, esas naciones estaban rezagadas. Ahora están creciendo tres veces más rápidamente que los países de altos ingresos, EEUU, Japón y Europa’, dijo Bergsten. ‘Impulsan la economía mundial’.

Segundo, EEUU ha pasado de ser el mayor acreedor al mayor deudor. En los años 70, EEUU tenía excedentes comerciales, y las inversiones multinacionales en el exterior eclipsaban las inversiones extranjeras en este país. Pero desde 1980, los déficits de la cuenta corriente exceden $8.5 billones.

Finalmente, las crisis financieras han proliferado. Tras la Segunda Guerra Mundial, los países restringían el flujo de dinero a través de las fronteras. Eso cambió en los años 70 y 80, cuando esos controles se desmantelaron.

GLOBALIZACIÓN

En forma inesperada, los rápidos movimientos de dinero extranjero causaron auges y crisis: primero, en América Latina en los años 80; y en Asia y Rusia a fines de los años 90. Y las crisis financieras norteamericana y europea, aunque originadas localmente, han tenido repercusiones globales.

La globalización, resultó ser un arma de doble filo. Eleva el estándar de vida al promover el comercio y propagar la tecnología en el mundo entero. Pero también causa trastornos y profundiza los reveses.

El futuro de la economía mundial depende de si esa inestabilidad es modesta o masiva.

Durante años, el déficit comercial de EEUU promovía la globalización al reforzar las exportaciones de otros países. Los países de mercados emergentes devolverían ahora el favor. Su rápido crecimiento económico aumentaría la demanda de las exportaciones norteamericanas y europeas, facilitando el pago de la deuda y mejorando el desempleo. La posibilidad de que eso suceda no parece ser mayor de 50-50.

El poder político se ha fragmentado junto con el poder económico. La disputa sobre la moneda con China es un ejemplo. Durante años, los presidentes norteamericanos no han podido persuadir a China a dejar de subvaluar su moneda y, por ese medio, subsidiar las exportaciones y penalizar las importaciones.

Bergsten, sostiene que tenemos instituciones que permiten cooperación para evitar el desastre. Europa se las arreglará en esta crisis, sostiene, porque sus líderes se dan cuenta de que las alternativas son sombrías.

Quizás hasta el optimismo de Bergsten se ve temperado. ‘La próxima crisis podría ser una crisis del dólar’, advierte. Los extranjeros poseen alrededor de $23 billones en acciones y bonos, los norteamericanos cerca de $20 billones en bienes extranjeros. No sabemos lo que vendrá después. Estamos, después de todo, en otro país.

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