El incierto futuro de las cucurbitáceas panameñas

Actualizado
  • 16/01/2015 01:00
Creado
  • 16/01/2015 01:00
Los productores aseguran que la burocracia y la falta de incentivos son los principales frenos del sector

En Panamá, el negocio de exportación de frutas no tradicionales empieza adquirir un sabor ácido. La venta de zapallo (calabaza), melón y sandía fuera de las fronteras del país está dejando actualmente pérdidas millonarias al sector, una situación que las cifras oficiales no pueden ocultar.

En el año 2007, unas 5,700 hectáreas estaban dedicadas al cultivo de cucurbitáceas —nombre científico de estas frutas no tradicionales—. Pero, para el 2015, los productores proyectan la siembra de únicamente 700 hectáreas de las 1,200 disponibles para el cultivo.

De continuar esta tendencia, desaparecerá la exportación de estos rubros, advirtieron a La Estrella de Panamá los agroexportadores, para quienes la ayuda del gobierno es vital para sostener la actividad.

Los productores culpan de las pérdidas a los onerosos préstamos, a la burocracia de la Contraloría General de la República, a la eliminación del Certificado de Abono Tributario (CAT) —un subsidio que recibían los exportadores no tradicionales— a la falta de acceso a seguros agropecuarios y a la carencia de una política de Estado dirigida al sector.

Las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC) de la Contraloría General de la República señalan que, entre enero y octubre de 2014, el valor FOB (por sus siglas en inglés) de la exportación de melón y sandía alcanzó los $20.3 millones. La cifra representa una disminución de casi $30 millones, en relación al mismo periodo de 2010, uno de los últimos mejores años de esta actividad.

De manera individual, en concepto de melón, el sector exportó, de enero a octubre de 2014, $3.3 millones; mientras que el envío de sandía alcanzó $17.0 millones.

SIEMBRA

Datos estadísticos del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) revelan que este año se tiene previsto sembrar 1,098 hectáreas entre melón (150), sandía (645) y zapallo (303). ( Ver recuadro )

Para Florencio ‘Edwin’ Pérez, expresidente de la Gremial de Agroexportadores No Tradicionales de Panamá (Gantrap), las cifras revelan un leve atraso en el proceso de siembra de dos semanas, periodo que debe culminar el próximo 20 de enero; no obstante, asegura que el cálculo oficial está un poco alejado de la realidad, pues la actividad sigue registrando fuertes bajas.

El periodo de cosecha se extiende del 15 de febrero al 20 abril, describió el representante de la Gantrap.

Las cifras del MIDA destacan que en Panamá unos 231 productores siguen en la actividad.

BUROCRACIA

Uno de los principales obstáculos que tiene el sector agropecuario nacional es la burocracia de la Contraloría General de la República, que verifica el monto de los préstamos otorgados por el Banco de Desarrollo Agropecuario y el otorgamiento de pólizas por el Instituto de Seguros Agropecuarios.

Para que los productores se acojan a los Certificados de Fomento a la Agroexportación (CEFA), primero debe presentarse al Ministerio de Comercio e Industrias, luego debe ir a la Dirección General de Ingresos y, posteriormente, la Contraloría General de la República debe refrendar el pago del documento para que se haga efectivo.

Pérez aseguró que varios productores aún están a la espera del refrendo de la Contraloría para hacer efectivo el cobro y saldar sus cuentas atrasadas.

El expresidente de la Gantrap asegura que ‘aunque el BDA tenga las mejores intenciones de ayudarnos, la realidad es que la burocracia que mantiene la ley orgánica de la institución no le permite tener la flexibilidad que requiere el sector productivo’. ‘Tenemos que buscar mecanismos para reducir nuestros costos de producción, aparte de lograr algún tipo de ganancia que nos permita mantenernos en la actividad o tendremos que abandonar la tierra’, sentenció el representante de la Gantrap.

Pérez manifestó que ‘si no hay un apoyo real de la actual administración, la crisis será más grave, y lo más probable es que las tierras dedicadas a la siembra de curbitáceas pasen a formar parte de otro tipo de sector económico, como el residencial’.

COSTOS VS. GANANCIA

Una hectárea de sandía tiene un costo de producción por temporada de $4,000 mientras que de melón la cifra alcanza los $6,500 por hectárea.

De una hectárea de melón se logran 15 mil plantas y de éstas pueden salir 30 mil melones con peso de dos a dos libras y media cada uno.

El cultivo de la sandía comienza a partir de la semilla, colocándose de dos a tres semillas en un agujero con una profundidad de dos centímetros. La mejor época en Panamá para sembrar es en el mes de octubre y principios del mes de noviembre.

La sandía panameña para exportación se siembra a finales de diciembre hasta mayo. Este fruto puede ser almacenado hasta por tres semanas, si se aplican técnicas adecuadas de manejo y postcosecha.

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