Opinión Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Chiriquí

Los que consumen por debajo de 300 kilovatios, unos 705 mil usuarios, seguirán gozando del subsidio que el Estado les otorga 

A partir del primero de enero de 2015 entró a regir el aumento de la tarifa eléctrica por la eliminación del subsidio para todos los que consumen más de 300 kilovatios/hora al mes.

Los que consumen por debajo de esta cifra, unos 705 mil usuarios, seguirán gozando del subsidio que el Estado les otorga (es decir, pagamos todos).

Los que están por encima de los 300 kilovatios/hora recibirán un aumento por partida doble. Por un lado la eliminación del subsidio y por el otro el aumento de la tarifa sobre lo que consuman.

El incremento afectará al 30% de los consumidores, puntualmente residencias con ingresos medianos a altos, el comercio, la industria, agroindustria y el sector servicios en general.

Las consecuencias son evidentes: aumento de los precios de todos los servicios y productos, pérdida de poder adquisitivo, desestimulación en la creación de nuevas empresas, retraso en los planes de expansión y compra de nuevos equipos, pérdida de competitividad especialmente en el sector agropecuario que ya no aguanta un golpe más.

Inclusive, y sin exagerar, esto podría congelar la contratación de personal nuevo, afectando el nivel de empleo formal y ocasional.

No entendemos cómo es posible que se dé un incremento en el precio del kilovatio hora en condiciones favorables: nivel de las aguas represadas, disminución del precio del barril de petróleo en un 40%, incremento de la oferta con una demanda predecible.

¡Hagan el favor! Acaso han creído que somos tan ignorantes como para no entender qué está pasando realmente y quienes, a espaldas del pueblo se quieren beneficiar de un mercado eléctrico en el que ciertamente no hay ninguna competencia real.

Todos sabemos los que están detrás de las empresas generadoras y cómo se ha manipulado el sector para, artificialmente, crear las condiciones que permitan aumentos en el precio de la energía con una larga lista de pretextos conocidos que ya no engañan a nadie.

Es bueno recordar que en Chiriquí y Bocas del Toro se produce un 60% de la energía hidráulica que consume todo Panamá. Que aportamos el recurso más importante, el agua, poniendo en riesgo la subsistencia de ecosistemas de los cuales todos formamos parte.

Para colmo de males, asumimos el costo de esta energía como si se produjera en la provincia de Panamá.

¡Qué solidarios somos los chiricanos o qué conformistas, hasta cuándo seguiremos navegando con bandera de tontos útiles!

La electricidad producida en Chiriquí debería ser uno de los mejores incentivos para el establecimiento de empresas en nuestra región. A un costo congruente con la realidad de que somos nosotros quienes la producimos, razón más que justa para exigir un descuento en la facturación de la misma.

Si los pueblos no somos capaces de defender y sacar provecho de nuestros recursos naturales, viviremos atados por siempre al subdesarrollo y la miseria. Al Gobierno Nacional, la ASEP y la Secretaría Nacional de Energía les hacemos un llamado a que cumplan con su rol, para eso los elegimos.

¿Hay especulación? ¡Claro que la hay!, autoridades todas, a ponerle el cascabel al gato sin excusas.

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