Injerencia extranjera en el marco regulatorio local

Actualizado
  • 16/02/2019 01:01
Creado
  • 16/02/2019 01:01
El último índice de Basilea reporta que 83 de 129 países presentan un alto nivel de riesgo de lavado de dinero y financiamiento de terrorismo

El ritmo de crecimiento y desarrollo económico acelerado que ciertos países en desarrollo y emergentes han experimentado en el siglo XXI va acompañado de una mayor exposición internacional, lo cual significa que las exigencias de establecimiento, implementación y cumplimiento de políticas en diversos ámbitos por parte de economías avanzadas, bloques económicos y organismos internacionales serán mayores para dichas jurisdicciones.

Entre los temas que se hace mayor énfasis se ubican los financieros y comerciales, haciéndose mayor alusión a las actividades criminales o delitos ligados a estas, por ejemplo el blanqueo de capitales o lavado de dinero. Así lo corrobora la séptima edición del Índice Anti-Lavado de Dinero Basilea 2018, en el cual se reporta que 83 de 129 países bajo estudio (64%) presentan un alto nivel de riesgo de lavado de dinero y financiamiento de terrorismo.

Y a pesar de que dichas cifras son una expresión directa de que este es un tema internacional al que más del 50% de los países a nivel global están expuestos, países o bloques como la Unión Europea (UE) hacen mayor discriminación en ciertas jurisdicciones. Así lo evidencia la reciente publicación de una lista por parte de la Comisión Europea (CE), en la cual se señalan 23 jurisdicciones como destinos que imponen altos niveles de riesgo en referencia a Lavado De Dinero y Financiamiento de Terrorismo.

La lista de 23 países (febrero 2019) incluye cuatro economías de toda la región Latinoamericana y El Caribe, siendo Panamá la única economía de toda Latinoamérica señalada con deficiencias estratégicas.

A pesar de que dicha clasificación tenga una justificación en las exigencias de establecimiento, implementación y cumplimiento de marcos regulatorios que promuevan un sistema con bajos niveles de riesgo, frente al panorama internacional de hoy en día y considerando las significativas relaciones que otras economías en el ámbito internacional mantengan con la UE, se origina una serie de cuestionamientos por parte del sector local con respecto a la inclusión de Panamá en esta lista.

El tema es sensitivo dado que la inclusión en listas origina un detrimento que se refleja en la opinión pública internacional del país, así como también en el deterioro de las relaciones financieras, comerciales y políticas con otros países e inversionistas institucionales como particulares.

Y a pesar de que esta premisa sea un punto de partida para originar un debate, se hace necesario el considerar otras fuentes que permitan establecer un cierto grado de certeza sobre el tema. Por ello es importante realizar un análisis holístico y tomar referencias que permitan determinar con mayor exactitud cuáles son aquellas potenciales deficiencias que caracterizan a la economía como de alto riesgo en lo que a actividades ilícitas de AML/CFT respecta.

ÍNDICE ANTI-LAVADO DE DINERO BASILEA 2018

El índice AML de Basilea es una fuente de referencia sobre los niveles de riesgos de lavado de dinero y financiamiento de terrorismos de diversas economías.

Para la séptima edición (2018) el riesgo de 129 países ha sido determinado en base a cinco factores que con considerados promotores de prácticas de lavado de dinero, entre estos, deficiencias en el marco regulatorio de AML/CFT, altos niveles de corrupción, falta de transparencia, lineamientos financieros débiles así como sistemas judiciales poco funcionales.

Utilizando una escala del 0 al 10, siendo el 0 la mejor puntuación y el 10 la menos favorable, Finlandia —con un puntaje de 2.57— se ubica como el país con menos riesgo mientras Tayikistán —con un puntaje de 8.3— reporta el más alto riesgo.

En lo que respecta a Panamá, con un puntaje de 6.21 ocupa la posición número 34. A pesar de que esta clasificación no es la más favorable, en la actualidad Panamá ha mejorado en comparación al 2015, período en el que listaba en la posición número 23 con un puntaje de 7.13.

Haciendo un contraste de la mejora en lo que a prácticas y regulaciones de AML/CFT respecta y la fuerte discriminación que se hace de Panamá al ser incluida en listas, se hace necesario verificar a mayor detalle los temas con mayores deficiencias.

¿EN QUÉ ESTAMOS FALLANDO?

Consultando ciertos de los indicadores en base a los cuales se concluye sobre los cinco factores base para el desarrollo del Índice AML Basel 2018, Panamá presenta fortalezas pero también debilidades en determinadas áreas.

FICHA

La autora conduce el segmento ‘Su ventana financiera' en @Estrellaonline

Nombre completo: Laritza del Rosario Lezcano Navarro

Ocupación: Consultora Financiera

Resumen de su carrera: Master en Inversiones y Finanzas y Diplomado de Economía y Finanzas de la Universidad Queen Mary University of London. Licenciatura en Contabilidad, Banca y Finanzas de la Universidad Santa María La Antigua de Panamá. Experiencia laboral en auditoría comercial, análisis financiero e implementación de análisis cuantitativo.

En lo que al marco regulatorio respecta, en el Índice de Secreto Financiero (FSI) publicado en enero 2018, basado en una escala de 0 a 100, se clasifica a Panamá entre las 20 economías con mayor tendencia al secreto financiero posicionándola como la número 77 entre una población de 112 países bajo estudio. El puntaje es poco favorable al considerar que la tendencia al secreto financiero o no revelación de datos es un medio que permite la promoción de prácticas con respecto al origen y uso de recursos económicos.

Con respecto a los niveles de corrupción, acorde al índice de Corrupción emitido por el Banco Mundial, Panamá clasifica entre los 50 países con alta tendencia entre una población de 180 países bajo análisis. La clasificación tampoco otorga atributos positivos, si consideramos que estas prácticas son un indicio de que existen altas probabilidades de promoción de actividades financieras ilícitas.

En cuanto a transparencia financiera y lineamientos, el Índice Transparencia Corporativa emitido por la división Doing Business del Banco Mundial, Panamá se le otorga un puntaje de 6. Dicho resultado en una escala de 0 a 10, la ubica entre las economías con un considerable alto nivel de transparencia corporativa.

Otro resultado favorable lo tenemos en el desarrollo de los mercados financieros. Consultado el Reporte de Competitividad Global desarrollado en base a 12 factores o pilares, a Panamá se le otorga un puntaje de 5.1, lo cual la ubica en la posición 12.

Estas referencias, no exhaustivas, corroboran la existencia de potenciales debilidades del sistema local que deben ser atendidas. Sin embargo, también corrobora que tenemos ciertas fortalezas las cuales no se reflejarían sino se trabajara en el establecimiento, implementación y exigencia de cumplimiento de prácticas en el ámbito financiero y comercial.

¿QUÉ ESPERAR?

Panamá continúa siendo una de las economías en desarrollo con acelerado crecimiento económico, atributo que en conjunto con su posición geográfica y sector servicio son un promotor de significativas relaciones financieras, comerciales y políticas con el resto del mundo.

Por todo lo anterior, como país continuaremos expuestos a mayores niveles de exigencia, los cuales son aceptables solo con el objeto de promover un sistema con niveles de bajo riesgo.

Hay que tomar en cuenta que Panamá es una economía joven, cuyo desarrollo se orientó a una plaza mercantil doméstica, no compatible con el sinnúmero de fenómenos derivados de la globalización y apertura de mercados. Por esa razón, lo que no es posible aceptar es la exigencia de una drástica sincronización a lineamientos y políticas de economías avanzadas.

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