'La necesidad de generar empleo juvenil dejó de ser conveniente para convertirse en urgente'

El desempleo es un fenómeno social que en gran medida afecta a todos los países de la región y del mundo, pero que en Panamá ha crecido de manera exponencial en los últimos años, impactando principalmente a los jóvenes en edad laboral, afirmó el especialista laboral René Quevedo.

“Debemos analizar lo que está pasando, tanto en Panamá como en Latinoamérica, donde los jóvenes últimamente han venido reclamando espacios. Máxime siendo los grandes marginados del boom económico que ha vivido el país”, afirmó.

De acuerdo con el experto, “los jóvenes representan un tercio de la población en edad productiva, pero en la última década solo se beneficiaron de uno de cada quince nuevos empleos, a pesar de que se invirtieron más de $15.5 mil millones en educación”.

A juicio de Quevedo, “el detonante es la desigualdad social. No puede haber igualdad social sin inclusión productiva, particularmente de jóvenes”. Y es que para el especialista, “estamos atravesando una coyuntura peligrosamente crítica con los jóvenes, el segmento de población más marginado por la bonanza económica que ha vivido Panamá, el sexto país más desigual del mundo”, indicó Quevedo a La Estrella de Panamá.

Insistió en que hoy en día la proporción de jóvenes buscando trabajo es mayor que nunca, por lo que “la necesidad de generar empleo juvenil dejó de ser conveniente para convertirse en urgente”.

Sustentó su opinión en que la Población Económicamente Activa (PEA) de 15 a 29 años entre el 2014 y 2019 aumentó en 53,480 jóvenes, 46% más que la cantidad registrada en los 10 años anteriores (2004-2014) juntos, (36,732). Y paradójicamente los espacios para los jóvenes en el sector productivo han disminuido casi en la misma proporción. Entre el 2004 y 2009 se generó el doble de empleos juveniles que en los 10 años posteriores juntos (71,992 vs. 31,211). En consecuencia, expresó, el número de desempleados de 15 a 24 años aumentó 66% en los últimos cinco años y su tasa creció en 8 puntos.

Quevedo precisó que el desempleo en los jóvenes pasó de 12.1% (marzo 2014) a 20.1% (marzo 2019). Además, 2 de cada 3 jóvenes que entraron al rango de edad de 15 a 24 años en los últimos cinco años (marzo 2014-marzo 2019) son ninis. Asimismo destacó que el 81% de esos nuevos jóvenes económicamente activos (2014-2019) tienen menos de 24 años, lo cual es una directa consecuencia del aumento de la población y deserción escolar. “Vivimos el nivel más alto de desempleo juvenil en 13 años, el mayor número de ninis (15 a 29 años) y la peor epidemia delictiva de la historia, en el sexto país más desigual del mundo y con la mayor conflictividad social per cápita en Latinoamérica”, reflexionó.

Para Quevedo, la tecnología y la migración del campo a la ciudad también han tenido un enorme impacto sobre el empleo juvenil en la última década. Entre marzo 2009 y marzo 2019, unos 15,394 jóvenes oficinistas y 30,050 agricultores perdieron sus trabajos.

La secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, dijo ayer en Lima, Perú, que para enfrentar el flagelo de la desigualdad en la región, se requieren políticas universales de inclusión social y laboral que contribuyan a aumentar las capacidades humanas, la productividad y el crecimiento económico, a la vez que instalan cultura de derechos y de ciudadanía social.

Frente al fenómeno social del desempleo que enfrenta el país, el Consejo del Sector Privado para la Asistencia Educacional (Cospae), presentó ayer “El Marco Estratégico para la Empleabilidad Juvenil: Panamá 2020-2030.

La presidenta de la junta directiva de Cospae, Dacil Acevedo, explicó que el marco busca elevar la empleabilidad de los jóvenes, fomentar la inclusión productiva a través del empleo sostenible y promover el empleo digno entre los grupos menos favorecidos en igualdad de oportunidades.

Según datos de Cospae, el 60% de los jóvenes que buscan trabajo solo se benefician del 7% del crecimiento del empleo, por la poca o nula experiencia, las dificultades para adquirir una plaza labora o por su débil competencia socioemocional.

La propuesta está enfocada en tres pilares: orientación profesional y educativa, alineación de la formación profesional y técnica y la vinculación con el mundo laboral.