Indonesia, seguida de Brasil, lideran la deforestación tropical por minería

Actualizado
  • 13/09/2022 08:26
Creado
  • 13/09/2022 08:26
Hasta 2019 se han perdido directamente debido a la minería industrial 3.264 kilómetros cuadrados de bosque tropical, el 80 % en esos cuatro países revela un estudio que publica este martes PNAS

Más de la mitad de la deforestación tropical directamente atribuible a la minería industrial tiene lugar en Indonesia, seguido de lejos por Brasil, Ghana y Surinam, que también sufren importantes pérdidas.

Un estudio que publica este martes PNAS con datos de 26 países indica que desde comienzos de siglo y hasta 2019 se han perdido directamente debido a la minería industrial 3.264 kilómetros cuadrados de bosque tropical, el 80 % en esos cuatro países.

La deforestación contribuye al cambio climático.

El estudio señala que, en ese periodo, hubo además una “deforestación indirecta significativa” a causa de la minería en 18 de los 26 países analizados y destaca la necesidad de adoptar medidas más contundentes para proteger los bosques tropicales de actividades económicas destructivas.

Indonesia es, con 1.901 kilómetros cuadrados, el país más afectado, con un 58,2% de la deforestación tropical causada directamente por las actividades mineras industriales, seguido de lejos por Brasil.

La deforestación en las áreas mineras de Brasil situadas en biomasas de bosques tropicales se extendió a más de 327 km2 desde el año 2000, lo que representa el 10% de la pérdida directa de bosques tropicales por la minería en los 26 países analizados; seguido de Ghana (6,5%); Surinam (6,2%) y Costa de Marfil ( 2, 3%).

Para el estudio, encabezado por la Universidad de Economía y Empresa de Viena, los investigadores superpusieron las coordenadas geográficas de las minas industriales en funcionamiento entre 2000 y 2019 con los datos de pérdida de bosques del Global Forest Change.

Los datos abarcaban 26 países que representaban el 76,7% de la deforestación tropical total observada entre 2000 y 2019.

En Indonesia, la extracción de carbón en Kalimantan Oriental impulsó la deforestación relacionada con la minería y esa provincia ha perdido el 19 % de su cubierta forestal en las últimas dos décadas.

En Brasil, la deforestación provocada por la extracción de mineral de hierro y oro en el estado brasileño de Minas Gerais era claramente visible en los datos por satélite, mientras que la extracción de bauxita y oro era predominante en Ghana y Surinam.

La deforestación tropical provocada por la minería industrial alcanzó su punto máximo entre 2010 y 2014, en Indonesia, Brasil y Ghana, y continúa en la actualidad.

La minería industrial también tuvo un “amplio impacto indirecto” en la deforestación, pues más de dos tercios de los países estudiados presentaban, en un radio de 50 kilómetros de las zonas designadas para las minas, mayores tasas de deforestación que no estaban relacionadas con otros factores.

El estudio no incluye la deforestación directa de la minería artesanal y de pequeña escala, aunque los autores reconocen que esta, así como la ilícita, generan importantes daños medioambientales que deben ser estudiados.

"Frente a la creciente demanda de minerales, en particular de metales para las energías renovables y las tecnologías de movilidad eléctrica, las políticas gubernamentales e industriales deben tener en cuenta los impactos directos e indirectos de la extracción", según Anthony Bebbington, de la Universidad Clark (Estados Unidos) y uno de los autores del estudio.

Abordar estos impactos es un factor "importante para conservar los bosques tropicales y proteger los medios de vida de las comunidades" que viven en ellos, agregó el experto en un comunicado .

El estudio señala la necesidad de que las declaraciones de impacto ambiental y otros requisitos de autorización para la minería industrial incluyan un ámbito geográfico más amplio que abarque más territorio fuera de la zona de concesión del proyecto.

Las solicitudes de nuevos proyectos mineros tampoco deben examinarse de forma aislada, sino teniendo en cuenta los impactos acumulativos de otros proyectos, como los desarrollos agrícolas, indican los expertos.

Investigaciones anteriores en la Amazonía brasileña han demostrado que el reconocimiento y la aplicación de los derechos de propiedad colectiva de los pueblos indígenas y las comunidades locales es una de las formas más eficaces de prevenir la deforestación", agrega la nota

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