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El retorno del gusano barrenador pone en alerta a Panamá y al sector agropecuario

- 06/08/2025 10:55
La reaparición en Panamá del gusano barrenador tras casi dos décadas desde que el país centroamericano se declaró libre de esta plaga, supuso que el sector ganadero, el más afectado por este insecto que ataca a los animales de sangre caliente, tuvo que reaprender “a golpes” cómo hacerle frente.
Y es que desde inicios del siglo XXI se había logrado contener esta plaga en la selva del Darién, la frontera natural entre Panamá y Colombia, donde se levantó una barrera biológica para evitar que el gusano barrenador, endémico en Suramérica, avanzara hacia el norte.
Pero en 2022 comenzaron a registrarse nuevas infecciones por este insecto en Panamá, una cifra que ha ido aumentando hasta los cerca de 50.000 casos acumulados, según los últimos datos difundidos en julio por la Comisión Panamá – Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (COPEG).
Esta mosca, la Cochliomyia hominivorax o “devoradora de hombres”, busca animales de sangre caliente con heridas abiertas para depositar sus huevos, y al eclosionar, sus larvas o gusanos comienzan a alimentarse del tejido. Si no se trata a tiempo puede suponer la pérdida del órgano parasitado e incluso la muerte.
El director general para Panamá de la COPEG, Carlos Moreno, explicó a EFE que la reactivación de la plaga en Panamá se debió a varios factores, como la pandemia y la consecuente reducción de los sistemas de monitoreo y control sanitario, el cambio climático con el aumento de las temperaturas, o incluso el crecimiento del sector ganadero en la provincia de Darién, pasando de 60.000 a 400.000 animales en pocas décadas.
Y es que el ganado, hasta en un 85 % de los casos, es su principal víctima, por lo que otras causas fueron el “olvido” entre los ganaderos de cómo afectaba esta plaga, o la falsa creencia de que era suficiente para su control la implementación de la exitosa técnica del insecto estéril, que implica la cría en masa y la esterilización, por medio de la radiación, de moscas del gusano barrenador que al soltarlas en zonas afectadas impiden su reproducción.
Por lo que, añade Moreno, no fue hasta que vieron su economía y reses afectadas, que los ganaderos y productores de Panamá entendieron, “a golpes, que la importancia del control de la enfermedad primariamente radica en ellos”, y espera que los demás países de la región hagan lo mismo.
Un ‘relajamiento’
La presidenta de la Asociación Nacional de Ganaderos de Panamá (Anagan) capítulo de Darién, Olga Frías, también piensa que la reactivación del gusano barrenador en la región se debió a un “relajamiento”.
Con la pandemia “fue donde pienso yo que fue el relajamiento que nos llevó a que se empoderara el gusano barrenador”, asegura a EFE Frías, que es también “vigilante” de la COPEG en busca de casos de gusano barrenador por la “buena fe de que si contribuimos, vamos a tener más buenos días para todos en el sector agropecuario”.
La presidenta de Anagan en Darién hizo de guía a EFE por diferentes fincas ganaderas en un viaje reciente a la región, y en todas ellas tanto los dueños como sus trabajadores se mostraban concienciados sobre la necesidad de ser parte activa en la lucha contra el gusano barrenador, disponiendo muchos de los productos que proporciona COPEG para tratar a los animales o los tubos de muestras que envían luego con larvas para su estudio.
“El control que había del gusano barrenador hace dos años atrás, ya no existe. Aquí tenemos incidencia de gusano barrenador constantemente, todos los días, ese es el pan de todos los días. Cualquier herida, mordedura de murciélago, cualquier manejo de descorne o nacimiento, de los ombligos, ahí viene el gusano barrenador”, explica a EFE el veterinario y ganadero Ezequiel Ramírez, que posee más de 500 reses.
Una plaga que está generando pérdidas “económicas porque hay que utilizar más medicamentos para controlarla y la pérdida también es en mano de obra porque requiere de tener una persona que esté todos los días vigilando los animales para realmente saber si hay algún animal infectado o no”, detalla.
Además, la posibilidad de perder al animal infectado si no se trata a tiempo o su “pérdida de peso”.
Unidos contra el gusano barrenador
Mario Chiari es propietario de la finca Mis Amores en San Vicente, Darién.
Se muestra entusiasmado por un negocio, el de la leche, en el que comenzó hace 12 años, y ahora dispone de un terreno de unas 32 hectáreas y 65 animales, bueno, aclara, “66 con aquella, que nació hoy”, dice señalando a un ternero marrón, al que poco después trataron su ombligo con el producto de COPEG contra el gusano barrenador.
Chiari pide a toda la comunidad de ganaderos que se una en la lucha contra esta plaga y que no espere que todo el trabajo de contención venga de las autoridades panameñas o su asociación con Estados Unidos en la COPEG.
“COPEG nos ayuda, nos entrena, nos facilita todo, pero nosotros también tenemos que poner de nuestra parte. Porque primero, ¿el animal de quién es? El animal no es de COPEG. ¿La inversión de quién es? De nosotros. Y un animal que se pierda, un ternero mal curado es un problema, ya estamos perdiendo”, afirma.
Y continúa: “Por lo menos, ese ternero nació hoy. Si no le curamos debidamente el ombligo y coge gusano ya estoy perdiendo 400 dólares, porque es de genética, ya tiene un valor. Y si no presto atención, se me muere y ya perdí plata. Entonces, yo le hago un llamado en general bien positivo, los exhorto a que le hagamos frente a esta lucha del gusano barrenador”.