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- 01/12/2025 00:00
El “Índice de Inclusión Financiera 2025” es un estudio exhaustivo publicado por Credicorp del Perú, uno de los holdings financieros más grandes e influyentes de la región andina con el apoyo de Ipsos. Este informe anual se ha consolidado como un termómetro clave para medir la profundidad de la bancarización en América Latina, evaluando no solo si las personas tienen una cuenta, sino cómo usan el sistema y la calidad que perciben en él en ocho países de Latinoamérica.
En su más reciente edición, el índice ratifica la posición de Panamá en el podio regional, compartiendo los primeros lugares con Chile y Argentina. Sin embargo, el informe subraya una advertencia clave: Panamá exhibe “estabilidad con variaciones marginales”, lo que refleja un “progreso limitado” frente a otros países.
Esta parálisis es la gran paradoja del hub financiero. El país obtiene una puntuación sobresaliente en las bases, pero falla en la profundización.
El análisis de las tres dimensiones principales del índice revela el núcleo del problema:
1. Acceso (fuerza): Panamá tiene el segundo nivel más alto de acceso al sistema financiero de la región (59.1 puntos). Lograr que los ciudadanos tengan una cuenta o un producto a su disposición no es el problema.
2. Calidad percibida (fuerza): Panamá es el líder regional, con la puntuación más alta (68.5 puntos). Los ciudadanos que usan el sistema, en general, lo evalúan positivamente, y la imagen de los bancos privados es de las mejores de la región (45 %).
3. Uso (debilidad): Esta es la dimensión que enciende las alarmas. El uso de productos financieros muestra una tendencia decreciente, cayendo de 43.3 en 2021 a 38.8 en 2025 lo cual puede ser una alerta de que las condiciones financieras se pueden estar deteriorando.
El país ha construido una infraestructura de acceso de primer nivel y quienes la usan la valoran, pero una porción creciente de la población no la está utilizando para lo fundamental: ahorrar y obtener crédito.
Los datos del informe de Credicorp son claros y muestran un retroceso en hábitos financieros clave para el desarrollo económico y la estabilidad de los hogares.
El más preocupante es el crédito. El porcentaje de usuarios dentro del sistema que tienen un crédito formal bajó del 50 % al 40 %. Visto desde la población total, aquellos sin ningún tipo de crédito formal aumentaron del 49 % al 59 %.
Paralelamente, el ahorro formal se ha reducido. Solo el 23 % de los panameños ahorra en el sistema financiero, comparado con el 35 % que lo hacía en 2021. Al mismo tiempo, el grupo de personas que no ahorra de ninguna manera creció del 56 % al 64 %. Esto deja a una mayoría de la población en una situación de alta vulnerabilidad financiera.
El informe no solo presenta los síntomas, sino que sus datos cualitativos y cuantitativos sugieren varias causas de fondo para este estancamiento.
1. Percepción de lejanía y oferta inadecuada un primer desafío es la percepción. Aunque la “calidad” es alta, la percepción sobre la variedad de productos se desplomó: pasó del 52 % en 2021 a solo el 27 % en 2025. Esto sugiere que gran parte de la población mira la “vitrina” de los bancos y siente que “eso no es para mí”.
Al mismo tiempo, la evaluación de la amplitud física del sistema (agencias, cajeros, agentes) cayó del 53 % al 35 %. En la carrera por la digitalización, es posible que la banca haya reducido su presencia física, haciendo que los usuarios se sientan más lejos del sistema.
2. La gran contradicción digital: miedo y confianza a la vez. Aquí yace la dualidad más marcada de Panamá en el informe. El país presenta dos realidades que parecen opuestas:
Es el país con el mayor miedo a las transacciones digitales (45 %).
Al mismo tiempo, es el que reporta la mayor percepción de seguridad en los pagos digitales (57 %).
¿Cómo se explica esto? Los panameños confían plenamente en las herramientas que dominan y usan a diario. El informe lo confirma: el país tiene una altísima adopción de billeteras móviles (69 % de la población tiene una) y su uso para pagos es de los más altos (49 %). Los ciudadanos confían en sus app de pagos.
Sin embargo, ese “miedo” generalizado (45 %) sugiere un temor a lo desconocido: al fraude bancario, a las estafas, o a procesos digitales más complejos que un simple pago. Esta desconfianza general frena la adopción de productos más complejos (como solicitar un crédito o abrir un depósito online), aunque confíen en la app para el pago diario.
3. Barreras de educación y formalidad el informe es claro: “Las principales barreras para la inclusión persisten entre la población con menores niveles educativos y empleos informales”. Estos segmentos enfrentan mayores dificultades para acceder y utilizar los servicios. Si una gran parte de la economía opera en la informalidad, los productos de crédito tradicionales, que exigen comprobantes de ingreso, quedan fuera de su alcance.
Resolver este estancamiento es el próximo gran reto de Panamá. El informe sugiere varias rutas estratégicas:
Innovar en productos relevantes: El sistema necesita ir más allá de los productos tradicionales. Se deben diseñar opciones de micro ahorro y créditos adaptados a la economía informal, aprovechando la data de las billeteras digitales.
Capitalizar la confianza digital: Ya que el 69 % usa billeteras y el 57 % las percibe seguras, el siguiente paso es integrar en esas mismas apps, de forma sencilla, opciones de ahorro programado o microcréditos.
Impulsar la educación financiera: Se debe trabajar en reducir ese “miedo” del 45 %. Esto implica no solo enseñar a usar la app, sino a identificar fraudes, entender el valor del ahorro formal y el riesgo de los préstamos informales.
Fortalecer la confianza en el sistema: Trabajar en la transparencia, seguridad general y atención al cliente es clave para que la alta percepción de calidad (68.5 %) se traduzca en menor miedo y más uso.
El desafío de Panamá ya no es solo “bancarizar”, sino demostrar el valor real del sistema financiero. El país ha superado la primera etapa, el acceso. Ahora debe enfocarse en la segunda y más importante: lograr que ese acceso se traduzca en verdadero bienestar, ahorro y crédito para sus ciudadanos. El estudio completo aquí.