Por qué Italia importa

Actualizado
  • 04/12/2016 01:00
Creado
  • 04/12/2016 01:00
Un referéndum constitucional, programado para hoy, facilitaría que el parlamento apruebe medidas tendientes a mejorar la deslucida economía

Italia podría ser la próxima parada en el viaje mundial hacia un mayor nacionalismo económico. Primero tuvimos el brexit —la decisión de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea. Después tuvimos la elección como próximo presidente de Estados Unidos de Donald Trump, quien prometió poner a ‘Estados Unidos primero' en sus políticas. Ahora Italia podría estar siguiendo el mismo camino.

Lo que se discute es un referéndum constitucional, programado para el 4 de diciembre, que facilitaría que el parlamento apruebe medidas tendientes a mejorar la deslucida economía.

SEGÚN SONDEOS, EL REFERÉNDUM FALLARÁ, COLOCANDO A ITALIA EN UNA POSICIÓN ECONÓMICA Y POLÍTICA PRECARIA. CASI TODOS COINCIDEN: EL DESEMPEÑO ECONÓMICO NECESITA AYUDA.

Pero las últimas encuestas sugieren que el referéndum fallará, colocando a Italia en una posición económica y política precaria.

Casi todos están de acuerdo con que el desempeño económico de Italia necesita ayuda.

Según cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el crecimiento de la economía (producto bruto interno) ha avanzado lentamente a menos de un 1% anual, mientras el desempleo está en alrededor de un 11.5 %. La deuda del gobierno representa un 132% del PBI.

En un mundo ideal, un crecimiento económico más veloz permitiría que Italia pagara su deuda y redujera el desempleo.

Pero el sistema político de Italia está ‘paralizado', expresa Jacob Funk Kirkegaard, del Peterson Institute, un centro de estudios norteamericano.

Es difícil aflojar las cadenas de la economía. La legislatura tiene una cámara alta y una baja, que deben aprobar propuestas de ley idénticas; no hay un sistema de reconciliación de las diferencias como existe en el Congreso de Estados Unidos. Las coaliciones son a menudo rígidas, porque no hay un límite efectivo para los partidos pequeños y los legisladores a menudo cambian sus lealtades.

El referéndum reduciría esos obstáculos, dice Kirkegaard. Primero, los poderes de la cámara alta se verían confinados a asuntos locales y sus miembros serían nombrados, no electos. Además, un partido en la cámara baja que obtuviera el 40% del voto recibiría automáticamente suficientes escaños extras para dar una mayoría.

La idea es centralizar el poder, facilitando un funcionamiento más eficiente de la economía. Supuestamente, si el referéndum se aprueba, el primer ministro, Matteo Renzi, propondría políticas que cubrieran los mercados laborales, los impuestos, las regulaciones y los gastos gubernamentales.

Pero si el referéndum fracasa, los efectos para Italia y para el resto de Europa podrían ser desagradables.

CIFRAS DE LA OCDE SEÑALAN QUE EL CRECIMIENTO DEL PIB HA AVANZADO A MENOS DE UN 1% ANUAL, MIENTRAS EL DESEMPLEO ESTÁ EN ALREDEDOR DE UN 11.5%

El economista Desmond Lachman, del American Enterprise Institute, de centro-derecha, expresa en un artículo en The Hill :

‘Italia podría pasar por un período prolongado de incertidumbre económica y política. Un resultado tal podría cuestionar la continuada participación del país en el euro' —su utilización del euro como moneda— ‘y podría generar preguntas básicas con respecto a las posibilidades de supervivencia de la zona del euro en su forma actual.'

Una vulnerabilidad en la que todos están de acuerdo es el sistema bancario de Italia, que depende de préstamos débiles y deuda del gobierno italiano.

Según la OCDE, alrededor del 18% de los préstamos a las empresas otorgados por los bancos son ‘no-rentables', es decir que los intereses o el principal no se pagan a tiempo.

‘Si hay una crisis en el sector bancario italiano,' dijo la economista Megan Greene, de Manulife Asset Management, en CNBC , el canal de cable de noticias financieras, ‘podría propagarse en toda Europa'.

Una crisis bancaria probablemente involucraría un pánico bancario en que se extraerían los fondos de los bancos sospechosos. Los funcionarios europeos minimizaron ese peligro.

Si se rechaza el referéndum, parte de la culpa se adjudicará al creciente nacionalismo y a la desconfianza de las burocracias distantes —esta vez los cuarteles generales de la Unión Europea en bruselas, que instó a Italia a reorganizar su economía. Pero existe también otro factor: la declaración de Renzi de que renunciará, si el referéndum fracasa. Esto se considera en gran parte como una metedura de pata, dice Kirkegaard, porque se percibió como una muestra de arrogancia y unió a muchos electores a quienes Renzi no cae bien, por diversos motivos.

La suposición es que después del fracaso del referéndum y la renuncia de Renzi, se nombraría un gobierno temporario y se llamaría a elecciones generales. Uno de los ganadores probablemente será el Movimiento Cinco Estrellas, un partido anti-establishment y pro medio-ambiente, que criticó a la Unión Europea.

ANALISTA THE WASHINGTON POST WRITERS GROUP

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