Culmina la disputa legal por un Ferrari fabricado en 1954

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Actualizado
  • 11/07/2015 02:00
Creado
  • 11/07/2015 02:00
Por 16 años se extendió la batalla legal por este automóvil, valorado en $16.5 millones. 

Se busca: propietario afectuoso para un auto veloz Ferrari color rojo cereza de 1954; la propiedad actual es sumamente disputada.

Cuando un excéntrico ingeniero del Ejército estadounidense que trabajó en el Proyecto Manhattan durante la Segunda Guerra Mundial compró un chasis arruinado de Ferrari por $2,500 en 1958, no tenía idea de que se convertiría en el auto más disputado del planeta.

‘Es un auto por el que vale la pena pelear… Es un auto importante'.

Ahora, después de 16 años de juicios y reclamos de propiedad desde Paraguay hasta Suiza, el destino del biplaza descapotable, que el fundador de Victoria's Secret, Les Wexner, creyó haber comprado el año pasado por 10.7 millones de libras ($16.5 millones) finalmente se encamina hacia una resolución en un tribunal de Londres. Ferrari hizo nada más que cinco modelos 375 Plus ese año y solamente quedan cuatro de esos símbolos resplandecientes de la era de oro del automovilismo. El diseñador de moda Ralph Lauren y el multimillonario de las golosinas Giorgio Perfetti tienen dos.

‘Este vehículo, junto a muchos otros, ingresó en el ámbito de las bellas artes', dijo por teléfono desde Great Falls, Virginia, Dave Kinney, editor de la Hagerty Price Guide de autos clásicos.

El avance hacia el cierre de la causa, o maldición, del auto de carrera que puede alcanzar 280 kilómetros (174 millas) por hora, tiene lugar en medio de un aumento del valor de los Ferrari de época. Un 250 GTO de 1962 alcanzó $38.1 millones en subasta el año pasado, el nivel más alto de la historia para un auto. El índice Ferrari de Hagerty de 13 modelos ha crecido más del triple desde 2010, llegando a un pico de $5.4 millones en mayo.

El último propietario no discutido del 375 Plus de 330 caballos de fuerza fue Karl Kleve, el ingeniero del ejército luego diseñador, artista, reparador serial y autor –de un libro que relaciona la audacia con la circulación sanguínea.

Kleve, que murió en 2003 a los 90 años, compró el chasis dañado del auto a Jim Kimberly, el heredero de la fortuna del papel de seda, Kleenex, para sumarlo a su colección. Languideció en un remolque frente a su casa cerca de Cincinnati, Ohio, durante tres décadas hasta que fue robado en algún momento entre 1985 y 1989, según documentos judiciales. A partir de ese momento, la situación se enrareció.

Al poco tiempo, la máquina italiana, o por lo menos una parte, apareció en Amberes vía Atlanta, donde había sido adquirida por un comerciante belga. Allí, funcionarios de aduana embargaron el auto para determinar su propiedad después de que Kleve denunció su robo, pero las autoridades se pusieron del lado del comerciante. Una vez liberado, fue vendido a otro belga, Jacques Swaters, un vendedor autorizado de Ferrari y ex corredor de carreras, por una suma no divulgada.

Una década más tarde, cuando ya Swaters y Kleve habían muerto, una hija de Swaters presentó una demanda en Ohio sosteniendo que Kleve había violado el acuerdo de venta reteniendo algunas piezas del auto, según documentos judiciales.

En 2013, las cuatro partes acordaron conjuntamente ‘anular todas las demandas y contrademandas' y permitir a Bonhams, una de las casas de subastas más viejas del mundo, vender el biplaza descapotable.

Posiblemente Kleve no previó hasta dónde llegaría la gente por poseer su chasis abollado, pero sin duda habría apreciado la pasión que generó.

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‘Este vehículo, junto a muchos otros, ingresó en el ámbito de las bellas artes',

DAVE KINNEY

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