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- 11/06/2010 02:00
- 11/06/2010 02:00
PANAMÁ. Ayer desde las 8:00 de la mañana, clientes, corredores de seguros y empleados de British American Insurance protestaron en las inmediaciones de la Superintendencia de Seguros y Reaseguros de Panamá (SSRP) exigiendo una respuesta a su situación.
A los únicos que atendió la SSRP fue a un grupo de 10 clientes a quienes les sugirieron la contratación de un abogado y les advirtieron que deberán tener paciencia, pues el proceso sería largo.
La respuesta no le gustó a ninguno de los quejosos, que acusan a la entidad de tener conocimiento de la falta de liquidez desde hace ocho meses y, a pesar de eso, la dejaron continuar operando hasta las 4:13 de la tarde del lunes pasado.
La chorrerana Elida Vargas, quien es cliente de la aseguradora desde 1999, se siente indignada, pues no recibe una respuesta ni de la empresa ni en la Superintendencia.
Con papeles en mano, Vargas ahora espera que durante el proceso no le suceda nada, pues ya tenía adelantada su póliza de vida, además de haber cancelado la de muerte accidental y desmembramiento.
Por su parte, la corredora de seguros Inés Álvarez manifestó que las acciones de la SSRP son un indicativo de que el sistema está colapsando, pues ‘ahora quién garantiza que las reserva de las otras aseguradoras están en el país o existen’.
Álvarez cuestionó el hecho de que hace dos semanas al país arribó desde Trinidad y Tobago un interventor para la compra venta de la Bristish Panamá, pero la SSRP no aceptó la transacción, a la cual inicialmente también habían aspirado consorcios colombianos, brasileños y venezolanos.
Por los empleados de British, Paula Ortiz explicó que desde hace meses se conocía de la investigación, pero que esta debió cumplir con el proceso de continuidad de cobertura para los clientes, ya que desde el martes, luego del cese de operaciones de la empresa, han tenido que recibir a cientos de clientes sin poder transferirles sus cuentas a otra aseguradora.
La empleada, que incluso desconoce su estatus en la empresa, indicó que si la SSRP sabía la falta de liquidez no debió permitir que se continuara vendiendo ni cobrando las pólizas.