Finaliza tregua de guerrilla colombiana

Actualizado
  • 20/01/2013 11:30
Creado
  • 20/01/2013 11:30
A las 24 horas del domingo finaliza una tregua de Navidad y Año Nuevo declarada unilateralmente por la guerrilla de las FARC que por do...

A las 24 horas del domingo finaliza una tregua de Navidad y Año Nuevo declarada unilateralmente por la guerrilla de las FARC que por dos meses sirvió, entre otras cosas, para dejar en evidencia las divisiones que hay en el interior de esa organización rebelde y, en especial, para entender cuáles de los comandantes rebeldes están apostando al naciente proceso de negociación que actualmente adelanta en Cuba con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos.

"El gran beneficio de este cese al fuego es que permitió saber quiénes en realidad están negociando" con el gobierno por parte las Fuerzas Armasas Revolucionarias de Colombia, FARC, opinó en entrevista con The Associated Press Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC), que estudia en conflicto colombiano. Con la tregua "se destaparon las cartas en la mesa sobre el nivel de control pero también el potencial para ejercer la violencia... Las FARC están con una presión militar que es la que les obliga a negociar".

Aunque las cifras no son claras, lo cierto es que hasta el propio Santos ha reconocido en varias ocasiones que las FARC disminuyeron ostensiblemente sus ataques durante la pausa militar que prometieron para Navidad y Año Nuevo como un gesto de buena voluntad con el naciente proceso de paz.

Concluida ese cese unilateral de hostilidades por parte de los rebeldes, al país y al gobierno les corresponde ahora esperar si las FARC lanzarán una ofensiva para mostrar que mantienen su poder de fuego, o si seguirán con lo que ha sido hasta ahora y en los últimos años: una guerra de guerrillas de ataques esporádicos de tres o cuatro insurgentes, pero lejos del músculo que exhibieron en los años 90 cuando actuaron como un ordenado ejército que arrasó con puestos y bases de la Policía y de las Fuerzas Militares, indicaron analistas y autoridades consultadas por la AP.

Aunque sí hubo una reducción de las acciones rebeldes, reconocido por el mismo gobierno, el valor material y simbólico del cese al fuego radicó en bajar la intensidad del accionar rebelde en medio de las negociaciones. Algo así como tender una rama de olivo, según dijo en octubre pasado Iván Márquez, uno de los voceros rebeldes al instalarse la mesa de negociaciones en Oslo, capital noruega.

Lo que no está claro totalmente es si las acciones armadas esporádicas se dieron como la desobediencia a una orden expresa del secretariado, o si el secretariado --máxima línea de mando de las FARC-- se hizo el de la vista gorda, con su hermetismo tradicional, toda vez que no comenta caso por caso y asegura que no tiene secuestrados en su poder ni trafica con drogas, que son parte de los señalamientos oficiales.

Incluso al inicio de la tregua un frente rebelde divulgó un comunicado en la página web de las FARC en el que indicó que la orden de cese de hostilidades no había llegado a todos los estamentos guerrilleros.

"Las torres de energía derribadas en el Reposo, municipio de Campamento, el día 20 de noviembre, se produjeron a causa que la orden de cese al fuego no alcanzó a llegar a la unidad guerrillera comprometida en estas acciones... Y en este caso concreto faltó mayor difusión de la vocería guerrillera ordenando el cese al fuego, de tal manera que pudiese ser escuchada por todas las unidades guerrilleras y milicianas", dijo el 36 frente o "Bloque Iván Ríos" en su escrito.

Adicionalmente, el 25 de noviembre pasado, uno de los voceros de las FARC en La Habana, Rubén Zamora, tras insistir en el respeto al cese al fuego por dos meses, habló del derecho de las FARC a defenderse en caso de ser necesario. "Si la fuerza pública pretende atacar a nuestras unidades guerrilleras, éstas se encuentran en su legítimo derecho a la defensa", observó Zamora.

En septiembre del año pasado, Santos les anunció a Colombia y al mundo que su gobierno había firmado un preacuerdo con las FARC para iniciar un proceso de paz que eventualmente ponga fin a casi 50 años de confrontaciones entre las partes.

"Tengo que reconocer que en su oferta de tregua unilateral, (las FARC) han cumplido en buena medida" con la reducción de ataques, dijo el jefe de Estado el martes pasado durante una entrevista con la emisora local Caracol Radio.

"Sí ha habido, atribuibles a las FARC, acciones que fueron violatorias de esa oferta, pero en términos generales sus cifras coinciden con las nuestras", le dijo Santos, durante la misma entrevista, al analista León Valencia, director de la Corporación Nuevo Arco Iris, que también analiza el conflicto colombiano.

Cuando las FARC anunciaron el 19 de noviembre desde Cuba --a través de Márquez-- la tregua por dos meses, el gobierno nacional le salió al paso a la propuesta y dijo que la fuerza pública continuaría con la ofensiva contra los grupos ilegales. Y así fue.

La razón para negarse a declarar también un cese de hostilidades por parte de las tropas oficiales, según han dicho Santos y su ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, es porque, primero, consideran que los rebeldes han violado esas treguas en el pasado; segundo, porque buscaban evitar que en medio de las negociaciones de paz que sostienen los bandos desde octubre, los insurgentes se fortalecieran militarmente, y tercero, porque la consigna del mandatario ha sido discutir la paz para acabar definitivamente con la guerra y no sólo por unos días.

Durante el tiempo de cese al fuego unilateral, por ejemplo, las Fuerzas Militares dieron muerte tras dos bombardeos a no menos de 33 rebeldes. Las FARC, en tanto, respondieron con una seguidilla de ataques, pero "no hubo un golpe espectacular" como los de otros tiempos, observó el analista Jorge Restrepo.

Para Restrepo, los esporádicos ataques guerrilleros dejan en claro que las FARC "sí estaban divididas, pero que la división que existe en las FARC ha sido relativamente menor" por parte de los bloques suroriental y suroccidental, comandados por los jefes rebeldes Joaquín Gómez, Pablo Catatumbo y Fabián Ramírez, en los sureños departamentos de Caquetá, Meta y Cauca.

Las FARC, nacidas en 1964 como una guerrilla campesina, cuentan actualmente con 8.000 combatientes o menos, según cifras del gobierno.

Los datos de León Valencia a los que hizo referencia Santos la noche del martes dan cuenta de que durante la tregua unilateral anunciada por las FARC, entre el 20 de noviembre de 2012 y el 20 de enero de 2013, las acciones de esa guerrilla se redujeron en más de un 80% respecto del mismo período de año anterior.

"Nosotros vimos, comparando el período del 20 de noviembre al 20 de enero del año anterior (2011), que del 20 de noviembre del 2012 al 20 de enero de 2013 se redujo en un 87% por ciento la operatividad de las acciones de las FARC", explicó Valencia en entrevista con la AP.

En los dos meses de cese de hostilidades, según Valencia, en Arco Iris "registramos 41 acciones en las que estuvieron involucradas las FARC; nueve de ellas fueron ofensivas de las FARC, con sabotajes u hostigamientos, y las otras 32 corresponden a eventos fortuitos, o encuentros frente a la fuerza pública o acciones defensivas en que digamos las FARC fueron atacadas".

Consultadas por la AP fuentes del Ministerio de Defensa, de las Fuerzas Militares, del Ejército y la Policía, éstas dijeron tener prohibido entregar cifras sobre lo que fue el accionar de las FARC en los últimos dos meses. "Eso lo está manejando el gobierno", dijo un vocero de las mencionadas instituciones que pidió que su nombre no fuera publicado por no estar autorizado para hablar públicamente del tema.

Con casi 50 años de guerra, el conflicto armado interno deja cada año cientos de víctimas en ataques, pero la cifra es menor a la de homicidios por el crimen común, según cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal.

Tal vez la única entidad estatal que hizo públicas sus cifras sobre la tregua de las FARC fue la Defensoría del Pueblo.

Encargada en Colombia de velar por la defensa de los derechos humanos, la Defensoría del Pueblo reveló el viernes un informe que dio cuenta de que las FARC, desde el 20 de noviembre de 2012 a la fecha, perpetraron "57 acciones violentas, una diaria en promedio".

Las 57 acciones armadas, según la mencionada institución, fueron ejecutadas por las FARC "contra la población civil y la fuerza pública, como la instalación de artefactos explosivos y minas antipersonal, homicidios selectivos, combates con la fuerza pública con interposición de población civil, enfrentamientos armados con grupos armados ilegales post-desmovilización (o paramilitares) y hostigamientos contra instalaciones policiales".

En diálogo con la AP, el defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, calificó como "muy preocupante" el balance de la tregua unilateral anunciada por la guerrilla.

En tanto, para Alfredo Rangel, de la Fundación Seguridad y Democracia, que también le hace seguimiento al conflicto del país, las FARC violaron la tregua en al menos 10 oportunidades. Advirtió que sólo el lunes hará públicas sus cifras, aunque adelantó que los departamentos de Colombia más afectados con las acciones de las FARC fueron Antioquia, al noroeste del país, y Cauca y Nariño, al suroeste.

Uno de esos ataques ocurrió en los últimos minutos del pasado año cuando, según la Policía, las FARC atacaron el puesto de la institución en el municipio de Guapi, departamento de Cauca y a unos 480 kilómetros al suroeste de Bogotá. El saldo del ataque: cuatro civiles --entre ellos una joven de 15 años-- y dos policías heridos.

La respuesta oficial no se hizo esperar.

El 2 de diciembre pasado mandos militares informaron que al menos 20 rebeldes de las FARC murieron tras un bombardeo de las Fuerzas Militares. El ataque gubernamental se produjo en un área de dos kilómetros de selva del municipio de Ricaurte, departamento de Nariño y a unos 530 kilómetros al suroeste de la capital colombiana.

Y el último día del año se produjo el otro gran golpe militar contra las FARC. Aviones de la Fuerza Aérea bombardearon un campamento rebelde y dieron muerte a 13 guerrilleros. El ataque fue lanzado sobre zona rural del municipio de Chigorodó, en el departamento de Antioquia y a unos 445 kilómetros al noroeste de Bogotá.

Como el gobierno no dio reciprocidad al cese del fuego, dijo Márquez, cuyo verdadero nombre es Luciano Marín Arango, la medida quedará sin efecto a partir del lunes. "El cese del fuego va hasta el 20 enero, fueron 60 días", aseguró Márquez al indicar que la Cruz Roja les dijo que "sus encargados regionales reportan una tranquilidad ostensible" por la medida de los rebeldes.

Las FARC también se han quejado de que el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, durante los últimos dos meses, haya arreciado sus ataques verbales contra la tregua.

"Desconozco que hubiera una tregua, aquí sólo han ocurrido actos de terrorismo y seguramente habrá más", ha dicho Pinzón en repetidas ocasiones. Una postura que el presidente Santos ha defendido con el argumento de que "el ministro de Defensa está cumpliendo con su deber cuando ve que hay alguna violación de la promesa de una tregua unilateral".

Las autoridades tienen claro --o al menos así lo han anunciado-- que las FARC arremeterán a partir del lunes.

Por eso han anunciado que la seguridad en el país será redoblada a partir de las cero horas del lunes. Más de 60.000 policías y militares, según el director de la Policía, general José Roberto León, harán parte de un plan de contingencia para evitar cualquier ataque de las FARC una vez finalizada la tregua.

"Si ese fue el nivel de intervenciones (de las FARC) en una tregua --57 acciones violentas, según la institución a su cargo--, ¿cuál va ser el escenario cuando termine este lunes?", se preguntó Jorge Armando Otálora, defensor del Pueblo.

"Tenemos que decirle al pueblo colombiano, que estamos preparados" para hacer frente a las FARC en el momento en que termine el cese de hostilidades, dijo Santos el sábado durante un acto oficial

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