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Los policías de tránsito barrigones luchan contra los kilos de más
- 23/07/2013 11:57
Decenas de agentes de tránsito barrigones transpiran al son de la música pop tailandesa: con sus abultados vientres y sus brazos rollizos, asisten a las clases de gimnasia destinadas a combatir el sobrepeso de los policías en Bangkok.
Una mala alimentación y horas de trabajo sedentario en las paralizadas calles de la capital tailandesa han llevado a muchos agentes de tránsito al sobrepeso, y e incluso a la obesidad.
La policía lanzó un programa de ejercicio físico de dos meses que ya tiene más de 60 voluntarios. Tras dos semanas, el sargento mayor Nitas Saisaard, de 48 años, ha perdido seis kilos de los 144 kilos con los que inició el curso, y más de siete centímetros de contorno de cintura.
"Cuando dirijo el tránsito, estoy en medio de la calle, entre coches, a menudo me tocan o me rozan con los espejos retrovisores", explica mientras el sudor le cae por la frente. El curso, que comprende básicamente yoga y ejercicios aeróbicos dos veces por semana, parece marchar bien.
Pero además de moverse, el policía también ha tenido que renunciar a sus platos fritos favoritos y al arroz por un régimen a base de frutas y sopa. "Gané peso porque comía mucho, muy tarde por la noche", tras el trabajo, prosigue el policía, que ya había tratado en el pasado de adelgazar.
La policía de Bangkok desea que todos los agentes cuya medida de cintura supere los 90 centímetros se inscriban a cursos de gimnasia para perder al menos 10 kilos. Y prometen una prima de unos 150 dólares a los que logren los mejores resultados.
"Los superiores de la policía vieron que nuestros agentes eran demasiado corpulentos y decidieron que debían perder peso", explica el teniente coronel Sujit Suksamai, que sigue el programa.
"Cuando un policía está muy gordo no puede trabajar deprisa. Reducir la grasa los hace más fuertes, en mejor estado de salud y más rápidos".
Aperitivos grasientos y baratosLos policías más flacos generan más confianza del público, asegura Kawita Kruenjit, quien dirige alguno de los cursos en un hospital privado de Bangkok. "Cuando el público ve a estos policías gordos se pregunta cómo van a correr tras los maleantes", afirma.
El sobrepeso de los agentes se debe en gran parte al estrés de sus turnos de 15 horas en el corazón de una de las ciudades con más tráfico del mundo.
Pero son los aperitivos grasientos y baratos de los puestos callejeros lo que los pierde, estima Doungrut Wattanakitkraileart, de la Universidad Mahidol de Bangkok.
Más de la mitad de los 265 policías de tránsito examinados en 2011 en un distrito de la capital mostraban una tasa excesiva de colesterol.
"La comida a la venta cerca de las estaciones de policía no es sana, es grasienta y salada", prosigue el experto, destacando también que los salarios de los agentes no facilitan los regímenes sanos.
El nuevo programa "Fit and Firm" ("En forma y firme") cambia poco a poco ciertos hábitos, incluso para aquellos que no son verdaderamente obesos.
"La primera vez, tras 45 minutos de hacer rejercicios aeróbicos sin parar, todo mi cuerpo estaba dolorido. Pero ahora (...) puedo hacerlos sin pararme", apunta el sargento mayor Wichien Noppan, de 90 kilos.
"Debemos mostrarnos en público, por lo tanto tener buena apariencia es la prioridad, y nuestro aspecto y la silueta han de ser firmes".Pero para el subteniente Banyong Wannawong, de 130 kilos, los hábitos perduran.
"Mis platos preferidos engordan", se lamenta, engullendo un 'curry thai' con arroz blanco en la cabina de vigilancia, en una concurrida encrucijada de la capital.
"Podría comer menos, pero no lo aprovecharía tanto", concluye.