Maduro enfrenta un año crucial

Actualizado
  • 23/12/2013 01:00
Creado
  • 23/12/2013 01:00
VENEZUELA. Sin el capital político y mucho menos el proverbial carisma de su predecesor, el presidente Nicolás Maduro termina el año con...

VENEZUELA. Sin el capital político y mucho menos el proverbial carisma de su predecesor, el presidente Nicolás Maduro termina el año con la promesa de profundizar la vía del socialismo en Venezuela que quedó trunca tras la muerte de Hugo Chávez.

Algunos analistas dudan que Maduro tenga la fortaleza suficiente para lograr la meta que fue inalcanzable a Chávez, pero no pocos sospechan que tratará de llegar tan lejos como la realidad económica y política del país se lo permita y advierten que sería un error subestimarlo.

Desde la oposición ‘me subestimaron, ellos dijeron no, Maduro es un inexperto... no se atreve’, dijo recientemente el mandatario de 51 años.

Pero ‘lo que han visto (hasta ahora) es poco para lo que vamos a hacer’, indicó el gobernante luego de recibir a fines de noviembre poderes especiales, aprobados por la Asamblea Nacional dominada por el oficialismo, que le permiten emitir decretos con fuerza de ley por un período de 12 meses para combatir lo que llama una ‘guerra económica’ desatada por sus opositores para desestabilizar su gobierno.

Sus palabras son para tomarlas en serio, después de todo en apenas dos décadas el ahora presidente demostró su capacidad de ascenso: pasó de ser un humilde chofer de autobús, que recorría las calles de Caracas, a convertirse en uno de los más cercanos colaboradores de Chávez y sorprender a muchos al ser designado presidente del Congreso, canciller y finalmente su heredero político.

Pero si bien logró asentarse en el poder en poco tiempo, Maduro todavía tiene pendiente el reto de mostrar que es capaz de tomar decisiones fuertes e impostergables para encarar los problemas que agobian a los venezolanos cuidando no traicionar el legado de Chávez.

En sus primeros ocho meses al mando, Maduro ha embestido con ímpetu contra sus adversarios y hasta ahora ha logrado contrarrestarlos, pero el próximo año deberá lidiar con una serie de agobiantes problemas que según sus críticos viene esquivando y son el fruto de las distorsiones provocadas por 10 años de severos controles de cambio y de precios: una galopante inflación y escasez de productos básicos como la leche, el aceite, la harina de maíz y el papel higiénico.

Como anticipo de lo que podría venir, Maduro acentuó los controles en áreas neurálgicas como la compra y venta de divisas, en manos del Estado desde 2003.

Ante una inflación de 54,3% acumulada en los últimos 12 meses, la mayor del continente, y la escasez de productos básicos, Maduro comenzó a aplicar en noviembre inspecciones forzosas a comercios minoristas de venta de electrodomésticos, materiales de construcción y ferreterías, entre otros, para combatir la especulación.

En consecuencia cientos de comercios redujeron sus precios hasta un 70% y ante el despliegue de las autoridades en locales de todo el país muchos optaron por aplicar descuentos voluntarios. Los anaqueles quedaron eventualmente vacíos y muchos temen que la reposición de mercancías sea severamente afectada por la desconfianza, lo que podría traducirse en mayor escasez de productos el año próximo.

Algunos analistas anticipan que el mandatario echará mano de las inspecciones repetidamente, puesto que han contado con respaldo popular, y podría utilizar sus poderes especiales para ejercer mayores controles y convertir al Estado en comerciante, importador y distribuidor de productos, con lo que se aseguraría un mayor control social.

Otros temas siguen a la espera de soluciones como la creciente delincuencia, considerada el principal problema, según señalan las principales encuestas locales.

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