Policías panameños ayudan a cubanos a llegar a los Estados Unidos

Actualizado
  • 26/08/2014 16:50
Creado
  • 26/08/2014 16:50
Los cubanos que llegan a territorio estadounidense son admitidos, mientras que los que son interceptados en el mar son devueltos a Cuba.

Todo un calvario vivió un matrimonio cubano tratando de llegar a los Estados Unidos. Los cubanos, que pidieron la reserva de su identidad, por miedo a represalias contra sus familiares en la isla, viajaron durante 52 días a bordo de todo tipo de medios de transporte, recorriendo más de 4,000 kilómetros y atravesando ocho países latinoamericanos.

En Panamá no tuvieron obstáculos los cubanos y los policías panameños los ayudaron, tan solo con recibir de los isleños un reloj marca Invicta.

“Nosotros montamos de todo: canoa, caballo, avioneta, lanchas, buses, busetas (furgonetas que transportan hasta 12 personas). A mí ya no hay quien me haga cuento”, aseguró la dama, dos días después de aterrizar en Miami.

Salen de Cuba

El número de cubanos que está abandonando la isla y opta por cruzar la frontera mexicana ha ido en aumento. Según cifras del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras actualizadas hasta agosto, 13,382 inmigrantes cubanos llegaron a la frontera con México desde octubre del año pasado—1,450 más que durante todo el año fiscal 2013. 
Solo desde el 2012, 35,629 cubanos arribaron a los EEUU.

Los cubanos que llegan a territorio estadounidense son admitidos, mientras que los que son interceptados en el mar son devueltos a Cuba.

La pareja vendió sus pertenencias y su casa en el oriente de Cuba pero solo lograron reunir $4,000.00 y deben otros $8,000.00 que pidieron prestado a familiares en Miami para pagar a una intrincada red de traficantes o “coyotes” y policías corruptos.

Los preparativos comenzaron en Cuba, cuando contactaron a un cubano nacionalizado en Ecuador para que les sirviera de garante económico, requisito necesario para obtener una visa ecuatoriana. Por ese “servicio” pagaron $600.00.

El hombre cubano le dio billetes colombianos que le quedaban pero a otros cubanos que iban en el grupo, los “desvalijaron”.

“En quince minutos la subimos. Yo casi estaba arrastrándome, ya no podía más, por el peso de la mochila. A la gente le daba hipoglicemia. Y bajándola, me caí porque tú bajas la loma casi rodando sobre las piedras. Cuando llegas, estás en La Miel; eso es Panamá”, recuerda la dama nativa de Cuba.

La Miel Panamá

En Panamá no tuvieron obstáculos y los policías panameños les dieron la bienvenida. “Después nos tiramos para la playa con ropa y todo, todo el mundo a llorar, por lo que pasamos, abrazados y dando gritos”, continúa. A cambio de un reloj marca Invicta, en la Miel pudieron tomar otra lancha hasta Puerto Obaldía, donde abordaron una avioneta hasta Ciudad de Panamá.

“En Puerto Obaldía había más de 300 cubanos. Ahí no nos quedaba nada del dinero que habíamos traído de Cuba y un familiar de Miami me envío dinero por la Western Union”, menciona Antonio.

A bordo de buses, continuaron viaje hasta Costa Rica. Allí se toparon con coyotes que les exigieron otros $300 a cada uno para llevarlos hasta Nicaragua, pero se rehusaron y cruzaron a pie hasta ese país, pues ya estaban muy cerca del paso fronterizo. Allí, junto a otros diez cubanos, se “entregaron” a las autoridades nicaragüenses, que los mantuvieron retenidos una semana hasta otorgarles un salvoconducto.

“En Acayucan, antes de llegar a Veracruz, nos cogió inmigración. El mismo chófer de la guagua nos vendió”, dijo el cubano.

El matrimonio esperaba lo peor pero su suerte cambió cuando uno de sus familiares en Miami encontró en internet los datos del sacerdote Alejandro Solalinde y lo contactó, quien los ayudó.

Finalmente, ellos cruzaron la frontera con Estados Unidos en Ciudad Juárez. Fueron admitidos “bajo palabra”, lo que permite a los cubanos obtener beneficios y permanecer legalmente en el país hasta que ajustan su estatus al cabo del año y un día.

Al final, dicen haber tenido “suerte”, porque no fueron secuestrados por narcotraficantes u otras organizaciones criminales como ha sucedido en múltiples ocasiones. Llegaron a Miami el 24 de julio, endeudados pero con una gran cantidad de ilusiones.

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