La pobreza va en caravana

Actualizado
  • 23/11/2018 01:00
Creado
  • 23/11/2018 01:00
Mientras la exhausta columna humana raciona el aliento para cubrir la ruta, el gobierno de Donald Trump desplaza a miles de policías y soldados para detener el ingreso de los caminantes a territorio estadounidense

La caravana, de aproximadamente cinco mil migrantes centroamericanos, avanza —con sus altibajos— hacia la frontera de Estados Unidos. Dejaron atrás lo poco que tenían; ahora solo perseveran en su principal objetivo: lograr que el espejismo del ‘sueño americano' se convierta en realidad.

Esta histórica marcha se inició el 13 de octubre de 2018 en San Pedro Sula, Honduras. En principio eran mil los que huían de la pobreza y la violencia. Una segunda oleada salió de Esquipulas, Guatemala, y después se unieron tres más desde El Salvador.

Mientras la exhausta y sudorosa columna humana raciona el aliento para cubrir la ruta, el gobierno de Donald Trump desplaza a miles de policías y soldados para detener el ingreso de los caminantes a territorio estadounidense.

Por la cercanía y la identidad cultural, territorial y política de Panamá con la región, presentamos las opiniones del expresidente Aristides Royo; del médico Jorge Luis Prosperi Ramírez, del combativo sociólogo Marco A. Gandásegui, del analista internacional y politólogo Carlos Guevara Mann y del periodista y escritor Jairo Pertuz.

UN ASUNTO ESPINOSO

Aristides Royo, profesor de Derecho de la Universidad de Panamá y expresidente de la República, da por entendido que el detonante de la protesta es la pobreza e inseguridad que sacuden a Centroamérica. Hay cierto parecido con la afluencia de africanos a las costas europeas.

‘Es difícil creer que un movimiento de esa magnitud y prolongación ocurra espontáneamente',

CARLOS GUEVARA MANN

ABOGADO, POLITÓLOGO Y CATEDRÁTICO UNIVERSITARIO

Es problemático para cualquier nación recibir un flujo enorme de personas no previsto, pues ello aumenta el desempleo. Todo país desarrollado desea que la migración sea controlada, con el fin de poder ubicar y controlar a los extranjeros. Alemania es de los países que ha logrado cierto equilibrio entre ingreso y aceptación, explica.

‘Si algo no puede hacer Estados Unidos es reprimir violentamente a los inmigrantes ilegales. Le corresponde actuar humanitariamente; atenderlos y aplicar las medidas para aceptar o devolver, según los criterios establecidos como convenientes para el país'.

El exnegociador de los tratados Torrijos-Carter recuerda que Estados Unidos se desarrolló gracias a la acogida de inmigrantes de muchos países. ‘Ojalá en esta ocasión actúe con tacto y en forma positiva para ayudar a los que tocan sus puertas y convertirlos en arietes para su desarrollo', anotó.

Por su parte, Jorge Luis Prosperi Ramírez, prominente médico y articulista de prensa, califica la situación como ‘complicadísima'. La caravana refleja la difícil situación política, social y económica de Guatemala, Honduras y El Salvador (el Triángulo Norte). Es tal la desesperación que no dudan en salir de su país en busca del ‘sueño americano'.

‘No me sorprendería que la caminata fuera manipulada y provocada por el país de origen para desviar la atención de sus problemas internos', expresó.

Desde el punto de vista sanitario, los migrantes están expuestos a condiciones ambientales insalubres que los pueden enfermar o agravar males que ya sufrían. ‘No creo que vayan a llevar enfermedades nuevas o erradicadas a Estados Unidos'. La Oficina Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con las Naciones Unidas, deben cuidar la salud (mala alimentación, falta de agua, hacinamiento y agotamiento), refugio y alimentos de los caminantes, indicó Prosperi.

A su juicio, hay dos posiciones encontradas, pero cada una con sus argumentos válidos: La falta de solidaridad del país emisor y receptor y el derecho que le asiste a Estados Unidos de impedir la entrada a migrantes indocumentados.

INTERVENCIONISMO

Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA (Centro de Estudios Latinoamericanos), afirma que en Estados Unidos existe un próspero mercado ilegal con fuertes demandas de trabajadores extranjeros e indocumentados. En esta categoría hay 12 millones de personas.

‘En su mayoría entran a Estados Unidos legalmente y sus visas están vencidas. Esta demanda, originada en Estados Unidos, combinada con la violencia y pobreza de los países del Triángulo Norte (sin excluir a México) explica el fenómeno de la caravana'.

En la actualidad, agrega Gandásegui, Estados Unidos ha intervenido en los países del Triángulo Norte con su presencia militar, venta de armas y adiestramiento. ‘El gobierno del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, cuenta con el apoyo del Comando Sur y su base militar en Palmerola. Ha reprimido duramente a los sectores que luchan por mejores condiciones de trabajo y su identidad étnica'.

Según él, la única solución al problema de la emigración y de las caravanas es que Trump cambie radicalmente su política hacia Centroamérica. En vez de considerar a esos países como enemigos, debe tratarlos como socios en un plan regional de desarrollo que incluya a México y Estados Unidos.

¿PROVOCACIÓN?

En tanto, Carlos Guevara Mann, abogado, politólogo y catedrático universitario, admite que la migración es una respuesta obligada de miles de personas de todo el mundo a desesperantes realidades de pobreza, inseguridad, marginalidad y violencia.

‘Aunque estas realidades tienen causas complejas, el sufrimiento humano que generan es inadmisible en pleno siglo XXI'.

Afirma que es obvio que se trata de un acontecimiento debidamente organizado. ‘Es difícil creer que un movimiento de esa magnitud y prolongación ocurra espontáneamente'.

Es de esperar que el gobierno de Washington impida el ingreso de los manifestantes a territorio estadounidense, porque hay elementos que apuntan a la caravana como un acto de provocación.

Guevara Mann plantea las siguientes interrogantes: ¿Qué es lo que se intenta provocar? ¿Se pretende poner en aprietos a la administración del presidente Trump? ¿Se busca explotar la imagen del Partido Demócrata como una organización ‘débil' ante la ‘invasión' de migrantes ilegales?

‘La naturaleza de la supuesta provocación es, aún, confusa, pero más allá de la dimensión política, no pueden descuidarse las implicaciones morales del asunto. Si, por una parte, penalizar la migración es inhumano, por otra, permitir flujos migratorios sin control alguno tampoco es razonable', subrayó el analista internacional.

La caravana centroamericana pone en evidencia las complejidades de esta situación y lo difícil que resulta atenderla adecuadamente, concluyó.

DOMINACIÓN Y DESIGUALDAD

‘No escapa la posibilidad de disparar contra la marcha de desposeídos dado los calificativos y las concepciones del señor Trump, un descendiente de inmigrantes que por desgracia tiene la nacionalidad estadounidense'.

‘No me sorprendería que la caminata fuera manipulada y provocada por el país de origen para desviar la atención de sus problemas internos',

JORGE LUIS PROSPERI RAMÍREZ

MÉDICO Y ARTICULISTA

Así lo considera Jairo Pertuz, periodista, escritor y experimentado analista internacional. Cualquier cosa, añade, se puede esperar de un hombre que no vacila en desconocer acuerdos, tratados, resoluciones de la ONU ni cualquier norma legal vigente de respeto a la vida y convivencia pacífica entre las naciones.

‘La justicia, la equidad y los derechos humanos son instrumentos de retórica barata. Los hechos demuestran que lo importante es la dominación y la sumisión'.

Dijo que la caravana es una ‘explosiva' continuación de las migraciones latinoamericanas, de gente despojada, humillada y abatida por el hambre y las precariedades que se derivan de ‘un sistema anacrónico, discriminatorio, obsesivo, manipulador y cínico.'

‘Esto es el resultado de las desigualdades que impone la dominación geopolítica, que ha llegado a límites insostenibles e inaceptables. La vida de toda existencia está sumamente amenazada', destacó Pertuz.

Pertuz insiste en que los gobiernos occidentales, a cuya cabeza se encuentra un país americano con un gobernante racista, prepotente y manipulador, están llevando a la humanidad a un exterminio masivo, denunciado por organismos internacionales y por la propia población mundial.

R. M. Magaña, un barbero salvadoreño que vivió en la década de 1970 en Panamá, también aborda el tema: ‘Mientras exista una canallesca distribución de la riqueza, en la región habrá siempre destierros voluntarios y caravanas de toda laya'.

Declaró, con cierto orgullo, que los centroamericanos ‘están curados de espanto'. Han enfrentado crueles dictaduras, sangrientas guerras civiles, pavorosos desastres naturales y una infame violencia interna. ‘¿Usted cree que las mujeres, hombres y niños que van en la caravana le temen a Trump?'. Se lo dejo de tarea…

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