Asesinato de militar iraní por orden de Trump agita vientos de guerra

Actualizado
  • 04/01/2020 00:00
Creado
  • 04/01/2020 00:00
Como un 'ataque preventivo' contra Irán, EEUU acabó con uno de los principales militares del país persa, elevando aún más las tensiones con Teherán, que ya anunció tomará 'venganza'. Líderes del mundo y expertos se muestran preocupados ante una posible escalada militar en el golfo Pérsico

Los temores ante una nueva guerra en el Medio Oriente reaparecieron con más fuerza tras los bombardeos estadounidenses en Irak, que acabaron, la madrugada de este viernes, con la vida del general Qasem Soleimani, comandante de los Guardianes de la Revolución en Irán, elevando así las tensiones entre Washington y Teherán a un nuevo nivel: ataques directos entre Estados.

Presidente de EEUU, Donald Trump

Entre los primeros en alzar la voz ante las posibles consecuencias bélicas de la crisis estuvo el secretario General de la ONU, Antonio Guterres: “el mundo no puede permitirse otra guerra en el Golfo (Pérsico)”, señaló.

En un tono similar reaccionaron Francia, China, Reino Unido y Rusia, potencias miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que hicieron un llamado a la moderación para evitar enfrentamientos mayores, mientras que la Unión Europea pidió evitar “a toda costa” una escalada de la violencia.

Soleimani, una de las más importantes y conocidas figuras militares en Irán, dirigía la Fuerza Quds, encargada de las operaciones fuera del territorio iraní, vinculándose con organizaciones como Hizbulah (Líbano) y Multitud Popular (Irak), consideradas terroristas por EEUU. El nombre de Soleimani se haría más conocido desde 2011 con su participación en la guerra siria y el combate al Estado Islámico.

En un comunicado difundido poco después de los ataques, el Pentágono precisó que la orden de liquidar a Soleimani fue dada por el propio presidente Donald Trump, con el objetivo de “disuadir futuros planes de ataques iraníes” y “proteger el personal de EEUU en el extranjero”.

Washington culpa a Soleimani de haber “orquestado ataques contra bases de la coalición en Irak”, asegura que este también habría “aprobado” los incidentes en la embajada estadounidense en Bagdad, cuyo perímetro resultó dañado durante una manifestación el pasado 31 de diciembre, dos días después de que EEUU bombardeara una base de milicias proiraníes en Irak, ataque que dejó al menos 25 fallecidos y que a su vez fue la respuesta de Washington al lanzamiento de proyectiles contra bases estadounidenses, ataques que la Casa Blanca atribuye a dichas milicias.

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, aseguró durante una entrevista a la cadena CNN que los bombardeos buscarían evitar un “ataque inminente” de Irán, pero al ser preguntado sobre pruebas concretas de las supuestas amenazas, Pompeo se limitó a decir que la decisión fue tomada con base en datos de inteligencia, sin dar más detalles.

Por su parte, Teherán condenó enérgicamente los bombardeos, los calificó de “terroristas” y señaló que utilizarán “todas sus capacidades políticas, legales e internacionales (...) para hacer que el régimen criminal (...) de EEUU rinda cuentas”.

En términos más duros se expresó el ayatolá Ali Jamenei, líder supremo en la nación persa, que adelantó que EEUU “deben esperar una dura venganza”.

Según fuentes citadas por las cadena NBC y CNN, en los próximos días EEUU podría estar enviando al Medio Oriente al menos unas 3,000 tropas ante posibles respuestas iraníes.

Las tensiones con Irán se dispararon de manera inmediata tras la llegada de Trump a la Casa Blanca, especialmente luego de que este ordenara en 2018 el retiro unilateral de EEUU del pacto nuclear firmado con Teherán, un acuerdo que establecía el abandono de su programa atómico a cambio de que Washington levantara las sanciones.

A contramano de lo planteado por sus aliados europeos, la ONU, China y Rusia —también miembros del acuerdo—, EEUU mantuvo las sanciones a pesar de que la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmara que Irán cumplía con el tratado, mismo que hoy se encuentra en un limbo luego de que Teherán suspendiera sus compromisos en respuesta a las medidas de Trump.

Marcha funeraria por Soleimani en Bagdad, Irak.El militar iraní mantenía una enorme popularidad en la nación persa, principalmente por su rol en la lucha contra el Estado Islámico en Siria.

Para el catedrático y director de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá, Euclides Tapia, la decisión de EEUU podría desatar una escalada militar en una región de por sí muy inestable.

Sin embargo, el internacionalista considera que tanto EEUU como Irán evitarán por el momento un enfrentamiento directo, dado lo incierto y peligroso de un escenario bélico de ese tipo.

En opinión de Tapia, la confrontación se daría en terceros países, en el caso de Teherán haría ataques contra aliados claves de EEUU como Israel.

En cuanto a las razones de Trump ante una movida tan arriesgada, Tapia considera que las motivaciones serían ante todo internas de cara al impeachment que enfrenta el mandatario a menos de un año de los comicios presidenciales.

De acuerdo con el docente, el otro beneficiado en bajar las tensiones internas sería el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acorralado por numerosos casos de corrupción.

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