El presidente José Raúl Mulino reiteró la mañana de este jueves 19 de junio en su conferencia matutina que no sancionará una reforma a la Ley No. 462
- 31/03/2010 02:00
BOGOTÁ. Las FARC entregaron ayer a una misión humanitaria al sargento Pablo Emilio Moncayo, el último de dos militares que el grupo guerrillero prometió liberar unilateralmente como gesto de paz, poniendo fin a uno de los secuestros más prolongados en Colombia.
La jornada empezó con dos horas de retraso por una intensa lluvia, cuando un helicóptero brasileño partió alrededor de las 11 de la mañana con la comisión humanitaria a la que las FARC entregarían más tarde al sargento del ejército Pablo Emilio Moncayo, cautivo desde hace 12 años en manos de las guerrillas.
En el aeropuerto de Florencia, capital del departamento de Caquetá, al suroeste de Bogotá, esperaba ansioso su padre, Gustavo Moncayo, quien dijo a periodistas: “mi corazón está a mil por horas.”
Gustavo Moncayo se encontraba junto a sus cuatro hijas y su esposa María Stella Cabrera, todos vistiendo camisetas blancas y dando pequeños saltos de emoción en un sector de la pista, mientras despedían al helicóptero que llevaba a la delegación, encabezada por la senadora Piedad Córdoba, dos delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y el obispo Leonardo Gómez, y que regresaría más tarde junto al militar capturado.
Moncayo padre hizo de la liberación de su hijo una campaña internacional marchando a pie por todo el país desde el 2007 y llevando una cadena metálica al cuello y manos.
La cadena, ha dicho Moncayo padre, representa la que las FARC coloca a los rehenes para dormir o desplazarse de un campamento a otro, según han contado también ex secuestrados.
Para las 5:40 p.m. el militar bajó del helicóptero vestido con uniformo militar y como hombre libre, y protagonizó un emotivo encuentro con su familia en el aeropuerto.
Al bajar, Moncayo le hizo a su padre, quien corría a gran velocidad, una señal de “tómalo con calma”. Luego se fundieron en un enorme abrazo. La hermanita, a quien el sargento no conocía, y el resto de la familia, le dieron claveles blancos.
La familia, padre, madre e hijo, caminaron tomados de la mano por la pista del aeropuerto de Florencia. Gustavo y Pablo Emilio levantaron los brazos en señal de victoria.
Antes de la llegada de su hijo, Moncayo padre afirmó ante reporteros tener dos emociones, “una triste y otra alegre porque a mi hijo lo tendré en mi hogar, pero en la selva quedan decenas de campaneros”.
La congresista Córdoba ha dicho que las entregas del soldado Josué Daniel Calvo, quien quedó libre el domingo, y Moncayo serán las últimas que las FARC hagan de forma unilateral y que ahora debe negociarse un intercambio de al menos 20 uniformados que siguen secuestrados por rebeldes en cárceles del país.
El gobierno del presidente Álvaro Uribe se ha opuesto al canje a menos que las FARC garanticen que los insurgentes excarcelados abandonen las filas de la guerrilla.
Harlan Henao, director del gubernamental Fondo Nacional para la Defensa de la Libertad Personal (Fondelibertad), dijo ayer que existen 78 personas secuestradas, de ellos 22 uniformados.
Pero las cifras de Fondelibertad son criticadas por organizaciones no gubernamentales como País Libre, que asegura que los secuestrados serían al menos 137 y que como no hay un listado oficial de las guerrillas sobre sus cautivos, es difícil establecer las cuentas.