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‘El Perú necesita liderazgo político real para combatir el crimen y atraer inversión’

- 15/08/2025 23:00
Ex primer ministro y exministro de Defensa del Perú, Pedro Cateriano se ha consolidado como una de las voces más críticas y experimentadas de la política peruana. En conversación con La Estrella de Panamá, abordó temas estratégicos que marcarán el rumbo del país en los próximos años.
Cateriano destacó la relevancia del puerto de Chancay, un megaproyecto con mayoría de inversión china que, a su juicio, debe cumplir estrictamente la legislación peruana y generar competencia portuaria. Reconoció que hubiese preferido capitales norteamericanos o europeos, pero responsabilizó a estos países por no invertir.
Frente a la criminalidad transnacional, advirtió sobre el avance del Tren de Aragua y la minería ilegal, señalando que solo un liderazgo político decidido puede enfrentar estas amenazas. Criticó la ley de amnistía para militares y policías acusados de violaciones de derechos humanos, considerándola un retroceso democrático.
También defendió el libre comercio como motor de desarrollo, y lamentó el estancamiento de la Alianza del Pacífico; rechazó las tensiones con Colombia sobre el río Amazonas, a las que calificó de “acto de demagogia” del presidente Gustavo Petro. Su mensaje central: sin inversión y sin respeto al orden jurídico internacional no habrá progreso sostenible para el Perú.
Este es un proyecto de inversión privada impulsado por empresarios que buscaron capital en varios países. No recibieron respaldo de Estados Unidos o Europa y fue China quien apostó por él. El Perú, como cualquier nación latinoamericana, necesita inversión extranjera para crecer; sin ella, es muy difícil erradicar la pobreza. Chancay puede convertirse en un nexo directo con Asia, siempre cumpliendo la ley peruana y los compromisos internacionales. Incluso se ha contratado tecnología estadounidense para el control de mercancías. Hubiese preferido capital occidental, pero si no invierten, la responsabilidad también es suya. Lo esencial es que el puerto genere competencia y diversifique el comercio exterior.
La criminalidad organizada es un problema regional. El caso del Tren de Aragua, originado en la dictadura de Nicolás Maduro, lo demuestra. Además, la minería ilegal en Perú depreda el medioambiente y fomenta economías paralelas violentas.
Combatir estos fenómenos exige más que operativos: requiere liderazgo político, decisión y compromiso desde el más alto nivel. Como exministro de Defensa sé que enfrentar al crimen implica costos políticos y personales. Sin un presidente convencido y capaz de coordinar esfuerzos nacionales e internacionales, no habrá seguridad sostenible.
El libre comercio fue clave para superar la crisis de los noventa. El acuerdo con Indonesia abre oportunidades en alimentos, pesca, minería, energía y defensa, fortaleciendo vínculos con el sudeste asiático. Me preocupa que la Alianza del Pacífico esté congelada por gobiernos que no creen en el libre comercio. Ampliar la red de tratados es garantía de progreso y debería ser una meta para toda América Latina.
No hay disputa real. Los tratados que definen la frontera son claros y reconocidos por líderes colombianos, incluido Álvaro Uribe. Lo de Petro es un exabrupto para distraer de sus problemas internos. Perú y Colombia son países hermanos y deben evitar conflictos artificiales que dañen la estabilidad regional.
Estoy en contra. Atenta contra la justicia y los derechos humanos. Democracia sin justicia no es democracia. En el pasado, intentos similares fueron revertidos por la presión ciudadana e internacional, y confío en que este será el caso. La defensa de los derechos humanos debe estar por encima de coyunturas políticas.
Se requiere un enfoque regional. El oro peruano sale ilegalmente y se exporta desde Bolivia, que no tiene minas de esa magnitud. Estas redes criminales, ligadas al narcotráfico y tráfico de armas, exigen cooperación internacional real.
Hemos trabajado con la DEA en la lucha antidrogas, pero es insuficiente. El avance del Tren de Aragua requiere entrenamiento especializado para la Policía y las Fuerzas Armadas. En América Latina sobra discurso y falta acción; sin liderazgo político firme, no habrá resultados.
El puerto agilizará el transporte de minerales, productos agrícolas e industriales. Empresarios ecuatorianos ya muestran interés y se estudia una conexión ferroviaria con Brasil para reducir costos logísticos. También podría beneficiar a Colombia y otros vecinos. El reto será acompañarlo con infraestructura, trámites ágiles y políticas que aumenten la competitividad.
Desterrar la pobreza. Tenemos recursos como oro, cobre y gas, pero la riqueza debe generar bienestar para la mayoría, no solo para unos pocos. No se logra con populismo ni con modelos autoritarios como los de Venezuela, Cuba o Nicaragua, sino con un capitalismo popular que promueva inversión, empleo y propiedad. Necesitamos inversión nacional y extranjera, estabilidad jurídica y defensa de la democracia. La experiencia venezolana demuestra lo que ocurre cuando un gobierno electo termina en dictadura. Respetar el orden jurídico internacional es la única vía para un desarrollo sostenible.