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- 15/10/2019 00:00
- 15/10/2019 00:00
Ecuador trataba este lunes de recuperar la normalidad después de que el Gobierno derogara un polémico decreto que eliminaba el subsidio a los combustibles, detonante de once días de protestas que han puesto contra las cuerdas a Lenín Moreno y mostrado el músculo que conservan las nacionalidades ancestrales.
El país, que ha sufrido la peor crisis social y política en su historia reciente, con desabastecimiento en ciudades, sabotajes a antenas de comunicación, retenciones de efectivos policiales y militares, saqueos, asaltos a instituciones y medios, además de los más gráficos disturbios entre manifestantes y fuerzas de seguridad, amanecía hoy como si hubiera sufrido un terremoto.
CANCELADAS LAS MEDIDAS DE EXCEPCIÓN
Las medidas de excepción decretadas en la última semana como el toque de queda y la militarización del Distrito Metropolitano de Quito y valles vecinos, quedaron canceladas de facto, según fuentes de Defensa, tras el acuerdo alcanzado el domingo entre el liderazgo indígena y el Gobierno.
Pero la población no ha esperado a un comunicado oficial, desde primera hora los ecuatorianos se han lanzado a la calle, especialmente en la capital, Quito, escenario de intensos combates y donde se habían atrincherado 10.000 indígenas desde hace una semana en el ya emblemático parque de El Arbolito.
La ciudad volvía poco a poco a la rutina con la apertura de vías, la reanudación del transporte público y privado, los consiguientes atascos, además del reabastecimiento en mercados y supermercados, dado que el domingo ya empezaban a escasear productos básicos como pan, leche y huevos.
Las clases, interrumpidas desde el 3 de octubre, cuando comenzó el denominado paro nacional que luego derivó en fuertes enfrentamientos, se reanudarán el martes, anunció el Ministerio de Educación.
Como signo de normalidad también se produjo la reactivación progresiva de vuelos en el aeropuerto de Quito, la reanudación de operaciones en los campos petroleros de la Amazonía y del servicio de transporte en las 62 terminales terrestres del país.
DEROGACIÓN DEL DECRETO 883
Pero el anuncio del presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Jaime Vargas, de que el polémico decreto que eliminaba el subsidio a los combustibles, había sido derogado, supuso la última garantía de que ya no había marcha atrás y que la movilización tocaba a su fin.
"Hemos logrado compañeros y compañeras, (lo) hemos derogado juntos, con la lucha se ha derogado el decreto 883", aseguró en una rueda de prensa convocada por la directiva de la Confederación en el Agora de la Casa de la Cultura de Quito, convertida en bastión del movimiento en la última semana.
El dirigente avanzó que la nueva disposición del Gobierno supondrá la inmediata "normalización de todas las tarifas de gasolina, diesel y pasajes", además de los precios de los productos de primera necesidad.
Poco antes, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, blanco de todas las críticas lanzadas por el sector indígena, sindicatos y jóvenes estudiantes que han protagonizado las protestas, señalaba en un trino que su Ejecutivo ha "hecho una elección por la paz. Se expedirá un nuevo decreto que nos asegure que los recursos lleguen a quienes realmente los necesitan".
Y por la tarde firmaba la derogación del polémico decreto.
REPROCHES MUTUOS
Moreno, que inició su mandato hace dos años y medio con un talante de apertura al diálogo, y que ha asegurado en varias ocasiones que no tiene intenciones de volver a presentarse a unas elecciones, ni sucesor definido, echó en cara al colectivo indígena ayer que no tuviera en cuenta medidas como convertir la sede de Unasur en una universidad indígena.
Por su parte, los líderes de las nacionalidades originarias del país le reprocharon que desde finales de 2017 en que se sentaron en una mesa con él, el mandatario ha hecho caso omiso de sus exigencias como el cese de las concesiones mineras y petroleras.
El compromiso entre las dos partes que han mostrado una férrea intransigencia en sus declaraciones, fue posible gracias a la mediación de la ONU y de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, demostrando que el diálogo sigue siendo la mejor manera de resolver las disputas.
LOS MUERTOS SE ELEVAN A OCHO Y LOS HERIDOS A 1.300
En los once días de movilizaciones ocho personas han perdido la vida en sucesos relacionados con las protestas, de acuerdo datos de la Defensoría del Pueblo, que cifra en más de 1.300 los heridos -concentrados en las provincias de Pichincha, Azuay y Guayas- y un total de 1.192 detenciones hasta este lunes.
Centenares de personas participaron hoy en las labores de limpieza, desescombro y recolocación de adoquines en el centro de Quito por parte de voluntarios y funcionarios municipales.
El agente Andrés Ordóñez, de la Agencia Metropolitana de Tránsito de la capital explicó a Efe que más de 300 efectivos participaron en estas tareas, a las que se sumaron cientos de universitarios.
"Se están cuantificando daños, pero hasta el pasado jueves había 100.000 millones de dólares aproximadamente en pérdidas", indicó.