Covid-19 se intensifica en América Latina tras solo un mes del primer caso

Actualizado
  • 28/03/2020 06:00
Creado
  • 28/03/2020 06:00
Latinoamérica enfrenta uno de los desafíos más difíciles de las últimas décadas, que se suma a los problemas de corrupción, tensiones políticas y crisis económica que ya sufre la región

Luego de un mes que se reportara el primer caso del nuevo coronavirus (Covid-19) en América Latina –el 26 de febrero en Brasil–, los países de la región gestionan la crisis con diferentes enfoques que van desde medidas drásticas, a políticas que consideran la amenaza de la pandemia una cuestión menor.

Más allá de las medidas oficiales, el virus avanza sin detenerse en un continente ya plagado de viejos males estructurales como la corrupción, sistemas sanitarios deficientes, fuertes tensiones sociales y una profunda desigualdad.

Escenario regional

Siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que propuso desde el inicio para la región una “agresiva contención”, indistintamente de si hubiera pocos o ningún caso, algunos gobiernos tomaron fuertes y rápidas medidas en cuanto a la limitación de la circulación de la población, y el aislamiento domiciliario.

A la fecha hay 547,034 casos confirmados en el mundo, de los cuales 10,435 corresponden a Latinoamérica, que por el momento registra 223 fallecidos.

En Uruguay, el Gobierno ordenó el cierre de las fronteras y una cuarentena obligatoria de 14 días para las personas que vengan de países de riesgo, al tiempo que suspendió las clases y eventos públicos de todo tipo.

Medidas parecidas tomaron Perú, Chile, Colombia, Ecuador, Panamá, El Salvador, Argentina y República Dominicana; que sumaron además la declaración de toques de queda nacionales –con unas horas de tiempo para compras esenciales o urgencias– y la suspensión temporal de las actividades comerciales no vitales.

En Argentina, el toque de queda ha sido dispuesto por los gobiernos locales, mientras que en Honduras, Guatemala, Haití, Perú y Bolivia se restringió fuertemente la movilidad a las horas de la mañana y de acuerdo con el último número de la cédula de identidad.

La situación boliviana es particularmente compleja, luego de que en noviembre de 2019 tuviera lugar un golpe de Estado contra el expresidente Evo Morales, que sumió al país en una complicada crisis política y que dejó a la presidenta del Legislativo, Jeanine Áñez, como gobernante de facto del país.

Con el coronavirus, las elecciones propuestas para el 3 de mayo fueron aplazadas entre julio y septiembre.

Otras citas electorales en la región podrían verse afectadas. Para este 17 de mayo hay elecciones presidenciales convocadas en República Dominicana; en Uruguay y México hay comicios regionales el 10 de mayo y 7 de junio, respectivamente; en Chile el 25 de octubre se elegirá por primera vez a gobernadores regionales y, ese mismo día, se votará un posible proceso constituyente, una de las principales demandas surgidas de las protestas en 2019 contra el gobierno de Sebastian Piñera, en un escenario que dejó miles de heridos y una veintena de fallecidos.

Otra cita electoral clave será los comicios parlamentarios en Venezuela, propuestos inicialmente para diciembre de este año. Esta elección renovará los cargos de la Asamblea Nacional (AN), controlada por la oposición y liderada por el diputado y autoproclamado “mandatario” del país Juan Guaidó, que no reconoce a Nicolás Maduro jefe del Ejecutivo.

Aunque aún faltan nueve meses para las votaciones, la delicada situación económica venezolana, la ampliación del bloqueo de Estados Unidos y las grandes tensiones políticas en el país, suponen un desafío triple para la población.

Frente a esto, Caracas ordenó cuarentena nacional, suspensión de clases y comercios, salvo lo básico, uso obligatorio de tapabocas en lugares públicos, además de medidas económicas como el pago de sueldos a las pymes por seis meses.

Otros conflictos que podrían complicar la contención del virus son la guerra interna en Colombia y la inestabilidad de los países del triángulo norte de Centroamérica que vive una crisis migratoria con caravanas de miles de personas desde 2018.

Entre las naciones que han ordenado el confinamiento obligatorio están por el momento Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Venezuela, Panamá y El Salvador.

Prácticamente todos los países cerraron sus fronteras terrestres, marítimas y aéreas, prohibiendo la entrada de ciudadanos extranjeros y limitando el ingreso de los nacionales.

Costa Rica, Cuba, Belice, Paraguay y México aún no tienen medidas como toques de queda y han limitado la cuarentena a los casos confirmados o sospechosos.

En el caso particular de Cuba, es el único país latinoamericano que está enviando cooperación médica dentro y fuera de la región, concretamente a China, Venezuela, Nicaragua, Surinam, Jamaica, Granada e Italia, este último con la tasa más alta de fallecidos, unos 9,184.

Luego están Nicaragua y Brasil, cuyos gobiernos han quitado hierro al tema de la crisis, asumiendo medidas parciales.

De momento, Managua se ha limitado a realizar campañas informativas, confinar a los casos positivos y solicitar que se eviten las aglomeraciones.

En tanto, Brasil mantiene cuarentena en la ciudad de São Paulo, donde se reporta la mayoría de los casos. Algunos estados han suspendido clases, eventos públicos y se han cerrado comercios, eximiendo a las congregaciones religiosas.

Contradiciendo las recomendaciones internacionales de evitar aglomeraciones, el presidente brasileño Jair Bolsonaro tomó la medida a solicitud de las iglesias evangélicas, una de sus principales bases electorales.

Bolsonaro incluso ha calificado de “resfriadito” al Covid-19, pese a ser Brasil el país latinoamericano con mayor número de contagios y fallecidos.

El Gobierno mexicano también ha recibido fuertes críticas internas en ese sentido, luego de que la semana pasada el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, invitara a los ciudadanos a salir a los bares y mercados con normalidad; advirtiendo que desde su gestión se “indicará” cuándo deben quedarse en su casa.

Más pobreza

Aunque aún es prematuro determinar cuáles serán las consecuencias económicas de esta pandemia global, la mayoría de los especialistas no descarta que esta situación amplíe la brecha de desigualdad que sufre la región.

Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el brote ha impactado a sectores importantes de la economía como el turismo, los suministros, la inversión y las exportaciones; viéndose en aprietos socios importantes como China, Estados Unidos y la Unión Europea, todos afectados por el Covid-19.

Las estimaciones del organismo hablan de un aumento del 10% en el desempleo; un panorama que llevaría de los actuales 185 millones de pobres a 220 millones; en cuanto a la pobreza extrema esta ascendería de 67,4 a 90 millones de personas en esta condición.

Previendo esto, el Parlamento Latinoamericano (Parlatino) propuso a los organismos financieros internacionales la suspensión del cobro de la deuda exterior de los Estados en la región, ante las graves consecuencias sociales que podría tener la pandemia y apelando a la solidaridad para salir de la crisis.

La ONU ha pedido a los Estados renunciar a las medidas coercitivas que afectan a otros, como el bloqueo que mantiene Estados Unidos sobre Cuba y Venezuela.

“En un contexto de pandemia mundial, las medidas que obstaculizan la atención médica en cualquier país incrementan el riesgo que todos afrontamos. Las exenciones humanitarias anexas a las sanciones deberían aplicarse de manera más amplia y eficaz, mediante la autorización rápida y flexible de suministrar equipos y material médico”, señaló este martes, Michele Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Otra potencial bomba de tiempo en medio de la pandemia es la alta informalidad y precaridad laboral que vive Latinoamérica.

Cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hablan de al menos 140 millones de latinoamericanos en la economía informal, personas que no pueden permitirse quedarse en casa, principal medida de contención que están impulsando los gobiernos.

De acuerdo con las cifras actualizadas hasta el 27 de marzo, Brasil lidera el número de contagios con 3,027 y 77 fallecidos; le siguen Chile con 1,610 y 5 fallecidos; Ecuador 1,595 casos positivos y 36 fallecidos; Panamá tiene 674 infectados y 9 fallecidos; Argentina 585 casos confirmados y 8 fallecidos; y República Dominicana con 581 contagiados y 20 fallecidos.

Luego Perú (580 contagios / 9 muertos), Colombia (491 / 6 muertos), Uruguay (238 / aún sin fallecidos ), Costa Rica (231 / 2 muertos), Venezuela (107 / 1 fallecido), Cuba (80 /2 muertos), Puerto Rico (79 / 3 muertos), Honduras (68 / 1 muerto), Bolivia (61 / aún sin fallecidos), Guatemala (25 / 1 muerto), El Salvador (13 / aún sin fallecidos), Haití (8 / aún sin fallecidos), Paraguay (52 /3 muertos). Nicaragua (4 / aún sin fallecidos).

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