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- 14/03/2016 01:00
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El 17 de diciembre del 2014 las relaciones entre Estados Unidos (EE.UU.) y Cuba empezaron a tomar un nuevo rumbo, lo cual permitió restablecer las representaciones diplomáticas en sendas naciones y dar marcha al proceso de normalización. Juan Antonio Blanco Gil, historiador y experto en relaciones internacionales, relata a La Estrella de Panamá sus experiencias como funcionario del régimen cubano y sus expectativas para el futuro de las relaciones cubanas-estadounidenses.
COMO FUNCIONARIO GUBERNAMENTAL EN CUBA, ¿MANTUVO CONTACTO CON LOS HERMANOS CASTRO U OTRAS FIGURAS DEL RÉGIMEN CUBANO?
Por razones de mi trabajo estuve en reuniones donde estaba Fidel Castro. Pero en mi caso yo tuve dos grandes responsabilidades en dos momentos distintos y en dos instituciones diferentes. Una fue ser jefe del departamento de países no alineados cuando preparábamos una cumbre de este organismo en Cuba, motivo por el cual fui a Playa Farallón y me entreviste con el general Torrijos y le entregue la invitación personal del presidente Castro para que asistiera a la cumbre. Esa fue una responsabilidad muy grande que me obligaba a visitar dirigentes de otros países. Luego me incorporé al Departamento de América del Comité Central donde me dieron la responsabilidad de ser el principal analista de política internacional entre Cuba y EE.UU..
¿QUÉ IMPRESIÓN TUVO DE FIDEL CASTRO EN LOS MOMENTOS EN LOS QUE TUVO LA OPORTUNIDAD DE CONOCERLE?
Fidel no es hoy ni la sombra de lo que fue, como le pasa a cualquier persona que llega a cierta edad, aunque no todo el mundo, hay gente que se mantiene alerta y brillante, este no es el caso de Fidel Castro. En aquella época era sin duda, aunque usted pudiese estar de acuerdo o no con la política de él, un hombre muy alerta y brillante. Era carismático, caudillista, centralizador de muchas decisiones, pero eso lo obligaba a estar muy atento a muchos detalles, que otro presidente o jefe de Estado no hubiese podido hacerlo.
¿QUÉ PROVOCÓ SU SEPARACIÓN DEL RÉGIMEN CUBANO?
En los años 70 yo forme parte de un grupo de profesores universitarios de filosofía en la Universidad de La Habana que le dábamos docencia a aquellas carreras que tenían en su currículum asignaturas de filosofía, historia del pensamiento marxista e historia del pensamiento cubano. Era una etapa en la que había una discrepancia con la Unión Soviética en cuanto a política exterior e incluso con la política interior. Después de la muerte del Che Guevara y el descalabro económico que hubo, Fidel decide tomar una nueva luna de miel con los soviéticos y comienza un proceso de sovietización del país. Llegaron asesores soviéticos en masa y nosotros caímos en la mirada de esos asesores. Nos acusaron de agentes de la CIA. El resultado fue que cerraron el departamento de filosofía, quemaron nuestros títulos universitarios y tuvimos que empezar una nueva carrera, quemaron todos los libros que habíamos escrito y por último aplanaron el edificio con unas bulldozer. Mi primer desencanto fue con el modelo soviético y el segundo, que Cuba lo aceptara. El tercer desencanto vino como jefe del Departamento de América del Comité Central luego de una pelea en el departamento un gran jefe me llamó, un súper jefe, y me dijo que el problema es que no sabía cuales eran ‘nuestras funciones'. La función no es mejorar las relaciones con EE.UU. ni restablecer las relaciones con EE.UU., es parecer que queremos mejorar las relaciones y que queremos restablecer dichas relaciones. Tiempo después, renuncié al Comité Central y aposte por la sociedad civil. Tuve tres años para que me legalizaran una organización no-gubernamental, a la que le puse Centro Félix Varela, desde la cual mandaba propuestas para realizar cambios al modelo. En ese tiempo me tenían quizás como el principal experto de las relaciones con EE.UU.. Un día se me aparece un representante del gobierno de Noruega para establecer un diálogo entre los exiliados cubanos y el gobierno cubano. Pero no soy experto en el tema de los exiliados, le dije que si quería usar el modelo noruego para restablecer relaciones con EE.UU. a mí me gusta esa idea. Valiéndome de una hija de David Rockefeller, amiga mía, envío un mensaje a la Casa Blanca a una persona que me conocía y era ayudante de (Bill) Clinton para usar el modelo noruego (para iniciar diálogo entre Cuba y EE.UU.). Me dicen que excelente idea, que están de acuerdo. Voy ante dos personas de gran poder en Cuba, a uno por escrito y otro verbalmente y me dijeron que no había problema. Paso un tiempo, Fidel fue a Naciones Unidas, lo recibe David Rockefeller, regresa a Cuba y convoca a un grupo de amigos. En la reunión concluye su presentación con la siguiente idea: ‘he llegado a la conclusión, después de este viaje, que los días de la utilidad norteamericana hacia Cuba están contados y yo quiero saber cuál es su opinión, si ustedes creen que este país está preparado para eso'. Uno de los que estaban presentes, me contó después, que hubo un silencio sepulcral, hasta que una voz temblorosa dijo ‘yo creo que no'. Y en seguida Fidel Castro dijo, ‘eso es lo mismo que yo pienso'. Y así terminó la reunión, en pleno período especial. No eran los mejores tiempos. Inmediatamente después de esa reunión la seguridad toca mi puerta a las doce de la noche. Me abordan para decirme que por vías operativas sabían que yo estaba en contubernio con el enemigo para un plan respecto a Cuba. Yo no sabía de que me hablaban, hasta que me doy cuenta y saco una carta firmada por una de las dos personas de gran poder que había visitado antes. Al día siguiente me llaman del buró político de relaciones internacionales para decirme, ‘que bueno, todo se aclaró, es evidente tu buena voluntad pero tienes que desmontar ese canal de comunicación'. Le dije que al país le conviene este canal con la administración Clinton en el 96 pues es un año electoral. Clinton mandó a decir que la ley del embargo no se va a aprobar, esto transmitido por la ayudante de Clinton y que quería entrar en una negociación. Con el derribo de los aviones en el 96 esa posibilidad se acabó. Al final yo desmantele eso. Si alguna vez, asumir el modelo soviético fue una necesidad geopolítica, ya dejó de serlo. Yo no soy traidor de la causa, yo soy absolutamente leal a las convicciones y valores que me llevaron a abrazar unas instituciones y un liderazgo. Pero esas instituciones y liderazgo llegaron a traicionar los valores en los que yo creía y creo.
¿Y QUÉ OPINA DE LOS PROBLEMAS QUE HA PROVOCADO EL EMBARGO AL PUEBLO CUBANO?
El embargo fue un conjunto de sanciones que se han acumulado a lo largo del tiempo como órdenes ejecutivas. Luego todas esas sanciones se codifican en un cuerpo de ley del Congreso en el año 96. Tres años más tarde, 5 de enero de 1999 Madeleine Albright anuncia un cambio de la política de la administración Clinton hacia Cuba, la cual consistía en la siguiente declaración: ‘el gobierno de EE.UU. está preparado para si surge un sector no estatal en Cuba, comerciar, invertir y tener relaciones económicas con ese sector'. ¿Por qué tres años después de la codificación de la ley declaran esto? Porque los abogados se dieron cuenta de que en el año 96, cuando se codifica el embargo, no había sector privado en Cuba, todo era estatal. Por lo tanto, por definición jurídica las sanciones eran dirigidas contra una economía estatal, es el Estado cubano el que está embargado. Luego (del 96) fue que emerge el sector privado en Cuba. Lo que ha hecho (Barack) Obama es retomar esto y abrirle paso a cualquier tipo de transacción de la economía norteamericana con ese sector no estatal. Si los dirigentes cubanos estuvieran interesados en el bienestar del país, dirían, ‘mira que bien', pero el gobierno cubano no ha dado un paso desde el 17 de diciembre del 2014 para quitarle su bloqueo estatal al sector privado de la economía. El embargo a Cuba, virtualmente no existe, porque como te dije está confinado al sector estatal, no se le puede aplicar al sector privado. Supón que mañana Raúl Castro dice vamos a privatizar toda esta locura, dejénsela a los trabajadores en cooperativas o empresas mixtas. Si él hace eso, no hay embargo, se acabó el embargo.
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‘Fidel Castro era sin duda, aunque usted pudiese estar de acuerdo o no con la política de él, un hombre muy alerta y brillante. Era carismático y caudillista'
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DATOS
EE.UU. y Cuba entraron en un nuevo período el 17 de diciembre del 2014
Nombre completo: Juan Antonio Blanco Gil
Ocupación: Historiador y experto en Relaciones Internacionales
Resumen de su carrera: Director Ejecutivo del Centro de Iniciativas de América Latina y el Caribe en el Miami Dade College hasta fines de 2015 es actualmente el Director Ejecutivo de DEMOS of the Americas. Tiene un doctorado en Historia de las Relaciones Internacionales y ha realizado estudios de postgrado en Conflictología. En 1992 abandonó voluntariamente sus cargos oficiales y fundó el Centro Félix Varela de Cuba que dirigió hasta que se radicó en Ottawa en 1997.