Los capturados fueron ubicados en la comarca Ngäbe-Buglé, las provincias de Veraguas, Los Santos y Panamá
- 15/12/2025 00:00
Ya se cumplen dos semanas desde que los hondureños fueron a las urnas para escoger al sucesor de la presidenta saliente Xiomara Castro, y todavía no se sabe con certeza quién regirá los destinos de su país en los próximos años.
Si bien un escrutinio especial de más de 2,700 actas con inconsistencias debió despejar las dudas, el proceso se vio empantanado por cruces y acusaciones tanto de los contendientes de la elección, como de los distintos órganos del Estado como el Ejecutivo, el Parlamento y el Consejo Nacional Electoral (CNE).
La última de ellas ha sido la de la consejera del órgano electoral Cossette López quien aseguró ayer que el adelanto del escrutinio especial “está siendo socavado impunemente” tras varios retrasos en el conteo que debió haber comenzado en la víspera.
En una nota de prensa del CNE - citada por la agencia EFE – se indicó que el inicio del conteo se retrasó debido a que uno de los tres consejeros del organismo, quien representa al partido oficialista Libertad y Refundación (Libre), Marlon Ochoa “no dio su voto por escrito” para autorizar el escrutinio especial. Ochoa dejó entrever el pasado sábado que no firmaría el acta final de los resultados oficiales de las pasadas elecciones.
López agregó en su llamado que “la agitación social que se pretende provocar desde la desinformación y la manipulación solo contribuye a dañar el resultado del civismo con que Honduras salió a votar” y apuntó a las acusaciones de manipulación de los resultados de la elección como ‘publicaciones falaces’ que están para “sembrar caos y duda, creando pánico y atacando al CNE sin fundamento y con absoluta bajeza”.
La Organización de Estados Americanos tiene previsto realizar este lunes una sesión extraordinaria en Washington para abordar la crisis hondureña.
Las sospechas sobre los resultados de las elecciones hondureñas comenzaron la misma noche electoral del pasado 30 de noviembre cuando los primeros resultados no se difundieron hasta las altas horas de la noche. Todo ello en un ambiente de expectación por la demora en la difusión de los resultados y en un contexto en el que el oficialismo expresó su desconfianza con el sistema de transmisión rápida de resultados y, enrarecido aún más, por el llamado del presidente estadounidense Donald Trump al voto del candidato del Partido Nacional Nasry Asfura, en detrimiento del aspirante por el Partido Liberal Salvador Nasralla y la oficialista Rixi Moncada.
A medida que iban pasando los días, aumentaba la especulación en torno a los resultados electorales que se iban difundiendo con lentitud, los cuales mostraban un estrecho porcentaje entre Asfura y Nasralla. Al cierre de esta edición, el 99.40% de las actas electorales escrutadas encabezan a Asfura como líder en la contienda con 1.298.835 votos (40.52 %). Seguido por Salvador Nasralla, del Partido Liberal, con 1.256.428 (39.20 %) mientras que la candidata del oficialista de Libre, Rixi Moncada, figura en el tercer puesto con 618.448 papeletas (19.29 %), quedándose así en un rezagado tercer lugar.
Mientras Nasralla denunció un fraude y una manipulación del sistema de transmisión de datos pidiendo un conteo ‘voto por voto’ de los sufragios del 30 de noviembre, el oficialismo fue más allá e insinuó que el proceso estuvo viciado por la intromisión del inquilino de la Casa Blanca con su endoso a Asfura y la gestión del CNE de las pasadas elecciones.
El expresidente hondureño (2006-2009) y coordinador general del partido Libre Manuel Zelaya – depuesto por un golpe de Estado – aseguró el pasado martes que hay un “golpe electoral en marcha”, al tiempo que reconoció que el conteo de actas paralelo, manejado por su formación, indica que Nasralla sería el ganador de las elecciones.
Además de convocar al pueblo hondureño a las calles, el fundador de la formación aseguró que su candidata presidencial es la más idónea para la jefatura del Estado, y lamentó, en sus palabras, que el bipartidismo hondureño recurra “al imperio, a Washington”. “Hoy no puede triunfar la corrupción, ni los fideicomisos, ni los capos del narcotráfico”, resaltó.
El politólogo e investigador del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales, el Dr. Harry Brown Araúz, explicó a La Estrella de Panamá que la situación compleja de Honduras se debe a la combinación de dos factores: los resultados estrechos de la elección y un CNE débil para gestionar un contexto caracterizado por el fin del bipartidismo (nacionales y liberales) que manejó al país por décadas con la irrupción del partido Libre - una escisión del Partido Liberal surgida en 2011 y escorada hacia la izquierda.
“Honduras tuvo un sistema de partidos bipartidista centenario, y ahora ese sistema de partidos es más pluralista, tiene tres partidos importantes. Por lo tanto, los patrones de competencia son muy distintos y los acuerdos que habían entre las fuerzas políticas, hay que revitalizarlos. Las oposiciones son más desleales de lo que eran antes”, resumió Brown.
Por otro lado, el especialista desmenuzó en su análisis que el organismo electoral se encuentra debilitado en términos técnicos, ya que el CNE se encuentra organizado en consonancia con criterios partidistas. Sus tres consejeros principales representan cada uno a su partido (Nacional, Liberal y Libre).
“Se han encontrado con la peor pesadilla de cualquier organismo electoral: tener unas elecciones estrechas. Independientemente de la injerencia de Estados Unidos, si la distancia entre el ganador y los perdedores hubiera sido mayor, no tendríamos este problema. Si bien podrían haber quejas y denuncias, el organismo lo hubiera manejado de mejor forma. Un resultado estrecho y un organismo electoral débil es la peor combinación posible para cualquier país”, sentenció.
El catedrático en Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá Euclides Tapia destacó por su parte que la injerencia de Trump en las elecciones hondureñas forma parte de un hilo de acciones injerencistas en América Latina, el cual comenzó con la imposición de aranceles retaliatorios a Brasil por el juicio por golpismo al expresidente Jair Bolsonaro, y siguió con el apoyo económico al presidente argentino Javier Milei, decisivo para que este pudiera ganar los comicios parlamentarios en su país.
En este caso, Tapia consideró que Trump quiso ‘extorsionar’ al pueblo hondureño obligándolo a votar en una dirección específica, en un contexto en el que la mitad de los hogares hondureños depende de las remesas que sus familiares les puedan enviar desde Estados Unidos.
“Esto sienta un precedente más en el intervencionismo en América Latina. Dicho esto, este método no lo va a poder aplicar en todos países porque no todos tienen el mismo contexto. (...) Trump va adecuar sus políticas de acuerdo a la particularidad de cada país y tendrá que tener cuidado de un efecto rebote como lo que pasó con el presidente Lula. En vez de hundir su figura, Trump la reflotó (...) En el caso de Panamá, él podría amenazarnos con quitarnos el Canal si no votamos por un determinado candidato”, apuntó el internacionalista.
Tapia también apuntó a la dicotomía que existe entre la política antidrogas de Trump en el región – usada en el manejo de la crisis de Venezuela – y su indulto al expresidente hondureño por el partido de Asfura, Juan Orlando Hernández, quien fue condenado por narcotráfico en una corte de Nueva York.