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- 19/05/2013 02:00
- 19/05/2013 02:00
EEUU. El chavista Nicolás Maduro cumplió ayer, domingo, un mes de gobierno en Venezuela enfrentado a una crisis post-electoral por la impugnación de los resultados del 14 de abril, así como por una escalada de la inflación y la escasez que le obliga a negociar con el sector privado para evitar el colapso.
La tensión en las calles durante las manifestaciones convocadas por el líder opositor Henrique Capriles tras desconocer el estrecho margen de victoria de Maduro en las elecciones del 14 de abril (una diferencia de 1,49 puntos porcentuales), que se saldaron según el gobierno con una decena de muertos, llevó al heredero de Hugo Chávez a radicalizar aún más su discurso. Acusó a la oposición y a la ‘ultraderecha’ de EEUU de estar urdiendo un golpe de Estado, amenazó a Capriles con la cárcel y hasta detuvo a un general en retiro y dirigente político acusándolo de instigar una rebelión.
Paralelamente a la crisis política, Maduro hace frente a una muy delicada situación económica. Así, el anuncio del gobierno de que importará 50 millones de rollos de papel higiénico. Una muestra clara de los problemas de inflación, escasez y desabastecimiento que sufren los venezolanos, en una economía con un férreo control de cambio y de precios, y dependiente del petróleo y las importaciones.