El rey Carlos visita Canadá mientras Trump impulsa la reivindicación del estado 51

El rey Carlos III de Inglaterra llegó a Canadá este lunes 26 de mayo para su primera visita como jefe de Estado, donde realizará un encuentro relámpago de gran valor simbólico, considerada por muchos como una muestra de apoyo tras el creciente deterioro de las relaciones entre Ottawa y Washington.

Durante su visita de dos días, Carlos, de 76 años, pronunciará un discurso en el Parlamento canadiense y celebrará el patrimonio cultural y la diversidad del país, según el Palacio de Buckingham. Estará acompañado por su esposa, la reina Camila.

Poco después de su llegada el lunes, Carlos y Camila se reunirán con organizaciones comunitarias en un parque de Ottawa, según la Oficina del primer ministro canadiense. Más tarde el lunes, la pareja plantará un árbol en los terrenos de Rideau Hall, la residencia habitual del monarca durante su visita a Canadá.

Carlos, quien aún se encuentra en tratamiento contra el cáncer, asistirá a la Inauguración Estatal del Parlamento el martes, donde pronunciará el Discurso del Trono ceremonial ante la cámara del Senado. Este discurso marca la segunda vez en la historia canadiense que el soberano reinante inaugura el parlamento y la tercera vez que el monarca británico pronuncia el Discurso del Trono.

El discurso parlamentario suele ser pronunciado por el gobernador general, representante del monarca británico en Canadá.

En un comunicado emitido el lunes, el primer ministro canadiense, Mark Carney, ofreció un adelanto del discurso de Carlos, escribiendo que “el Discurso del Trono describirá el ambicioso plan del gobierno para actuar con urgencia y determinación, y lograr el cambio que los canadienses desean y merecen”.

Entre las facetas de ese plan, según Carney, se encuentra “una nueva relación económica y de seguridad con Estados Unidos”. La visita de Carlos se produce en un momento en que el presidente estadounidense, Donald Trump, insiste en su deseo de convertir a Canadá en el estado número 51 y difunde falsas afirmaciones de que al pueblo canadiense le agrada la idea de ser anexado por Estados Unidos. De hecho, la propuesta es sumamente impopular entre los canadienses en general.

Carney, quien llegó al poder en medio de una ola de sentimiento anti-Trump en marzo, ha denunciado repetidamente las declaraciones del presidente estadounidense. En su discurso de victoria electoral, Carney advirtió que Canadá jamás cedería ante las incesantes provocaciones de Trump.

Carney reafirmó ese mensaje el mes pasado durante un intercambio con Trump en el Despacho Oval.

“Como saben por el sector inmobiliario, hay lugares que nunca están a la venta”, le dijo Carney a Trump, y añadió: “(Canadá) no está a la venta. Nunca lo estará”.

“El primer ministro (Carney) ha dejado claro que Canadá no está a la venta ahora ni nunca”, declaró Ralph Goodale, enviado del país americano al Reino Unido a la prensa la semana pasada.

“El rey, como jefe de Estado, reforzará la fuerza y el poder de ese mensaje”, concluyó Goodale.

Carlos también tendrá que mantener un delicado equilibrio diplomático, ya que el primer ministro británico, Keir Starmer, busca fortalecer la relación con Trump en el contexto de Ucrania y continúa buscando garantías económicas y comerciales.

Carney declaró la semana pasada que sus compatriotas “no quedaron impresionados” después de que Carlos extendiera una segunda invitación de Estado al presidente estadounidense. Trump sería el primer líder político electo en la era moderna en ser recibido dos veces por un monarca británico.

“Fue en un momento en que teníamos bastante claros los temas de soberanía”, declaró Carney.

El rey Carlos y la reina Camila son conscientes de la importancia de su próxima visita, según declaró el Palacio de Buckingham, según la agencia de noticias británica PA Media.

“El rey y la reina esperan con ilusión el programa, conscientes de que será una visita corta, pero esperamos que sea impactante”, informó PA, citando a un portavoz del palacio.