José Jerí Oré, prometió en su primer discurso en el cargo empezar a construir las bases de la reconciliación del país, que atraviesa “una crisis constante...
La liberación final: Trump sella el alto al fuego mientras Israel y Hamas intercambian rehenes

- 14/10/2025 00:00
El 13 de octubre de 2025 quedará registrado como un día decisivo en la historia reciente de Oriente Medio. Ayer, el presidente estadounidense Donald Trump firmó oficialmente el acuerdo de paz entre Israel y Hamás, con la mediación de Egipto, Qatar y Turquía. El pacto marca el inicio de una tregua después de dos años de violencia incesante y miles de muertes en Gaza.
El acuerdo contempla el intercambio de rehenes y prisioneros entre ambas partes. Hamás liberó a los últimos 20 rehenes israelíes vivos, capturados durante el ataque del 7 de octubre de 2023, mientras Israel excarceló a más de 1,900 prisioneros palestinos, incluidos 250 condenados a cadena perpetua y 1,700 detenidos sin cargos formales. La operación se desarrolló en dos fases con la supervisión del Comité Internacional de la Cruz Roja, que garantizó la entrega segura y simultánea.
Durante su discurso ante el Parlamento israelí, Trump celebró el fin de “una era de terror y muerte” y lo describió como el primer paso hacia “una nueva aurora para Medio Oriente”. Sin embargo, expertos en política internacional advierten que la implementación del acuerdo enfrenta enormes desafíos, entre ellos la desmilitarización de Hamás, la reconstrucción de Gaza y la estabilidad del nuevo marco político que surja tras la tregua.
En la Franja de Gaza, Hamás desplegó fuerzas de seguridad interna para mantener el orden y evitar saqueos, una medida que ha provocado nuevos enfrentamientos con milicias locales. Trump defendió esa acción como parte de los esfuerzos por restaurar la autoridad y el control en el territorio devastado.
Mientras Israel celebra la vuelta de sus ciudadanos, la población palestina enfrenta una situación humanitaria crítica. Los hospitales permanecen colapsados, la infraestructura básica está destruida y miles de familias viven desplazadas en refugios improvisados. Organismos internacionales alertan que, aunque el pacto pone fin a los combates, no resuelve las profundas causas del conflicto ni el sufrimiento que ha dejado atrás.
El alto al fuego representa un respiro y una promesa. Pero tras la euforia de las liberaciones, queda la tarea monumental de reconstruir no solo los escombros de Gaza, sino también la confianza y la esperanza del pueblo palestino que desde 1948 vive constantemente uno de los genocidios más extensos de la historia.