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- 03/10/2016 02:00
- 03/10/2016 02:00
Antes incluso de pensar en cómo unir a su partido, hoy hecho trizas, los socialistas españoles tienen la obligación, casi inmediata, de decidir si están dispuestos a facilitar un nuevo Gobierno.
El PSOE, desde este domingo en manos de una comisión gestora después de la dimisión forzada de su secretario general, Pedro Sánchez, dispone de tres semanas mal contadas para evitar unas terceras elecciones en menos de un año.
El sector crítico que, en votación a mano alzada, destituyó el sábado a Sánchez, lo hizo, según han repetido sus portavoces, para "pensar primero en España y después en el partido". En otras palabras, acabar con el bloqueo político que ha dado en mantener a un Gobierno en funciones desde hace más de nueve meses.
La comisión gestora del PSOE, de diez miembros, está encabezada por el presidente del histórico Principado de Asturias, Javier Fernández, un respetado dirigente socialista que se ha declarado partidario de resolver la crisis institucional.
Lo primero que le toca es, pues, volver a convocar al Comité Federal, el mismo órgano en donde el sábado se produjo el bochornoso espectáculo que acabó con la dimisión de Sánchez.
Este Comité, que es la dirección del PSOE entre congresos, tiene que decidir si cambia su actual posición -el famoso "no" al conservador Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en funciones- por una abstención, total o parcial del grupo parlamentario socialista, en una aún no convocada sesión de investidura.
Tras las segundas elecciones generales, el pasado 26 de junio (las primeras fueron el 20 de diciembre de 2015), a Rajoy le faltaron apenas seis diputados en el Parlamento para ser investido Presidente.
La dirección del PSOE tiene encima la cuenta atrás. El próximo 31 de octubre, por imperativo constitucional, se disolverán automáticamente las Cortes Generales (el Parlamento español) para que los ciudadanos vuelvan por tercera vez a las urnas en menos de una año.
Tras las segundas elecciones generales, el pasado 26 de junio (las primeras fueron el 20 de diciembre de 2015), a Rajoy le faltaron apenas seis diputados para ser investido.