El objetivo principal de este equipo interinstitucional, según el Ejecutivo, será gestionar la crisis social y laboral que enfrenta la provincia

- 28/05/2025 11:54
La administración de Javier Milei ha incorporado en su estrategia de inteligencia a aquellos individuos o grupos que, a su juicio, puedan perjudicar la percepción pública de sus políticas de seguridad —como, por ejemplo, una operación policial para levantar un bloqueo vial— o que fomenten la desconfianza en las medidas económicas impulsadas por su gestión.
Esta postura quedó plasmada en el nuevo Plan de Inteligencia Nacional (PIN), cuyos detalles fueron revelados por el diario La Nación entre el domingo y el martes. Este documento, que marca la hoja de ruta de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), no especifica quiénes son considerados “actores” y deja abierta la posibilidad de vigilancia interna a periodistas, economistas, líderes sociales y cualquier ciudadano que el oficialismo considere un obstáculo en su “cruzada cultural” contra lo que define como “comunismo internacional”.
La primera consecuencia de esta nueva orientación fue el hostigamiento al periodista Hugo Alconada Mon, autor de la investigación, quien desde el lunes ha sido blanco de amenazas y múltiples intentos de hackeo tanto a su teléfono como a sus redes sociales.
El PIN, al que solo acceden altos cargos del Ejecutivo y los legisladores que integran la comisión bicameral encargada de controlar la SIDE, también contempla acciones contra quienes pudieran influenciar a la ciudadanía mediante la “manipulación informativa” en contextos electorales.
Un caso reciente que generó controversia fue la difusión de un video creado con inteligencia artificial en el que se mostraba al expresidente Mauricio Macri apoyando al candidato de Milei en las elecciones municipales del 18 de mayo. Mientras Macri denunció la maniobra, el presidente Milei la desestimó, calificándola de “broma”, y llamó “llorón” al exmandatario por sus reclamos ante la justicia.
Este martes, La Nación divulgó además el contenido de una directiva emitida por la SIDE, amparada en el PIN, orientada a “identificar y observar” a sectores sociales vulnerables que pudieran intentar capitalizar la polarización política para ganar terreno en el electorado. El objetivo, según el texto, es evaluar cómo inciden sus acciones en el sistema político e institucional del país. Dentro de ese grupo se incluyen tanto a movimientos sociales —conocidos como “piqueteros”— como a organizaciones de jubilados.
Tras la publicación del informe, la Oficina del Presidente reconoció en un comunicado la existencia de un nuevo Plan de Inteligencia, pero negó que tenga como finalidad espiar a la oposición o a la prensa. “Este es el primer Gobierno en décadas que ha decidido no usar la SIDE para perseguir a adversarios políticos, periodistas u opositores”, sostuvo el mensaje oficial.
Milei replicó el comunicado en sus redes sociales y redobló las críticas, acusando a los periodistas de ser “los mayores fabricantes de noticias falsas de la historia”. Días antes, ya había escrito en X que los argentinos “no odian lo suficiente a los periodistas”.
La SIDE está bajo el control de Santiago Caputo, asesor personal y estratega clave del presidente, quien, al no ocupar un cargo formal, queda exento de los controles a los que están sometidos otros miembros del Gabinete. A pesar del discurso de ajuste generalizado, el presupuesto de la agencia de inteligencia aumentó un 68% desde enero, según cifras del Ministerio de Economía. En paralelo, los fondos reservados —que no requieren rendición de cuentas— se dispararon un 254% en el mismo período.
Desde que se conoció el contenido del PIN, Alconada Mon, uno de los periodistas de investigación más prestigiosos del país, ha sido objeto de una serie de agresiones digitales. Solo el lunes, enfrentó diez intentos de intervención en su cuenta de WhatsApp, un intento de hackeo en X (donde cuenta con más de 700 mil seguidores), numerosos mensajes intimidatorios y hasta la apertura fraudulenta de cuentas a su nombre en sitios de contenido pornográfico.