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- 06/10/2009 02:00
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CHIRIQUÍ. La lucha para erradicar el trabajo de niños en el proceso de cosecha de café en las diferentes fincas de Renacimiento y Tierras Altas de Boquete, se intensifica durante la temporada entre agosto y octubre.
Maritza Anderson, directora regional de Casa Esperanza en Chiriquí, señaló: “no estamos en contra de que los niños en formación realicen alguno tipo de actividad laboral o de que el padre o la madre le enseñen cómo cultivar o ayudar”.
El problema está en que los niños no sean utilizados por los padres y dueños de fincas para explorarlos y someterlos a trabajos de mucho peligro y poner en riesgo sus vidas durante la cosecha de café en donde están expuestos a productos químicos, la utilización de herramientas y la picadura de serpientes que casi siempre habitan entre las plantas de café, dijo Anderson.
En tanto algunos dueños de fincas señalaron que los niños tienen que aprender a trabajar porque sino se convertirán en vagos o al final delincuentes, un problema social que estamos enfrentando en estos momentos.
De acuerdo a las estadísticas, de cada 10 niños que trabajan seis se retiran de las escuelas, el rendimiento es deficiente y no continúan sus estudios.
La mayoría de los niños indígenas que se observa en las áreas cafetaleras presentan deficiencias al leer, falta de aseo personal y están tristes.
Para minimizar los casos de niños en actividades de cosecha de café u otro tipo de trabajo, Casa Esperanza en conjunto a organismos internacionales y nacionales realizan con familias del área de la Comarca Ngöbe Buglé, un programa de generación de ingresos para que tengan una mejor calidad de vida y eviten salir de sus comunidades.
Unas 500 familias de escasos recursos están dentro de los proyectos de creación de abarroterías, cría de pollos, cultivo de frijoles, guadú, maíz, yuca y otros rubros.