‘Una bendición grande para Yin’

Actualizado
  • 14/10/2010 02:00
Creado
  • 14/10/2010 02:00
PANAMÁ. En una capilla a medio construir en la comunidad de Nuevo México, Chilibre, Hannah Yinneth Fernández Gil, gemela separada por in...

PANAMÁ. En una capilla a medio construir en la comunidad de Nuevo México, Chilibre, Hannah Yinneth Fernández Gil, gemela separada por intervención quirúrgica y quien falleció el domingo pasado, se reunió en un encuentro final con sus familiares.

La ceremonia, prevista para la una de la tarde, inició media hora antes, cuando llegó el féretro blanco de la pequeña bajo una cortina de lluvia que los asistentes compararon con una bendición.

A esa hora, quienes ocupaban los asientos, hileras de bancos de madera que cubrían apenas la mitad del templo, recibían parte de la bendición que se colaba por el techo.

Al ingresar el cuerpo de Yin en el templo, los rostros de los familiares, Sara y Pedro, abuelos maternos de la pequeña (la madre no asistió a la ceremonia religiosa ni al cementerio), no pudieron aguantar el llanto. Un coro fúnebre competía con la lluvia

que golpeaba con fuerza el techo.

Yin causó una movilización hacia la parte delantera de la capilla. Niños y adultos, con sus ropas empapadas, formaron un cordón humano alrededor de la niña, que poco después fue descubierta para que pudiese ser observada por los presentes.

Para ingresar a la capilla, el cirujano de la operación, Julio Alessandría, saltó una corriente bastante ancha y cuando ingresó dijo: ‘por casi no llego’. Su cuerpo también había recibido la bendición del cielo, pese a que se cubría con un paraguas.

Alessandría le dio las condolencias a los abuelos maternos de Yin y regresó a la parte trasera del templo, donde escuchó atentamente la ceremonia, puesto que no se realizó la misa porque el sacerdote se encuentra en el extranjero.

Inician los cantos y se mezclan con llantos y con golpes de lluvia que insisten en formar parte de la despedida de Yin, quien es todavía contemplada por un cristal que la separa del mundo de los sueños con el mundo real.

Al templo también se acercó la doctora Iliana Ceballos, directora médica del Hospital de Especialidades Pediátricas de la Caja de Seguro Social, donde se practicó la separación de las Hannah y donde Yin perdió la batalla final tras una lucha de doce días en cuidados intensivos.

Finalizada esta parte de la ceremonia, el féretro con ‘la niña sonrisa’ fue trasladado al cementerio Praderas de la Paz, a poca distancia de donde vivió el año y los dos meses de vida. En aquel lugar, esperaban otros familiares que no habían asistido a la invocación católica.

También asistió a la despedida de Yin, Jaime Ford, de la Fundación Pro Integración, organismo sin fines de lucro que se encargó del costo del servicio de los dos médicos argentinos.

En el campo santo, otro grupo de familiares pedía que se les dejase mirar por última vez a Yin. Don Pedro autorizó que se levantase el cristal y otro remolino de personas se apostó alrededor del féretro. Otro grupo de familiares miraba los restos de un abuelo fallecido hacía seis años, que fue sacado y colocado en una caja metálica para dejarle el espacio a la gemela.

Para las dos de la tarde, la tierra había cubierto todo y sobre el abultamiento de tierra mojada, se colocaron las coronas en forma de corazones rellenos de rosas blancas. En la casa esperaba Yanneth, quien debe ir al médico hoy para el corte de los puntos.

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