"El Español" casi se escapa...

Javier Martin Bermejo se paseaba desde hace una semana por el pueblo de Santa Fe, Darién sin despertar la más mínima sospecha. La presencia del sujeto, de unos 40 años rubio y de aspecto aventurero, no inquietó a nadie en el pueblo, “por aquí viene mucho gringo”, comentaron algunos moradores.

Sospechoso de ser el “Asesino Español”, Martin Bermejo, llevaba siempre una peluca de trenzas color negro y un sombrero pintao, con lo que logró despistar a todos en Santa Fe.

En pocos días había comprado dos caballos con sus sillas, un par de botas y un terreno con casa incluida, pero se hospedó en la Guacamaya de Puerto Lara, un pequeño hotel del sitio. La gente en Santa Fe piensa que el sujeto se preparaba para cruzar hasta Colombia.

En La Guacamaya ocupó la habitación 48 desde el juyeves 10 de febrero y se dedicó a disfrutar de la vida, “era puras chiquillitas”, cuenta Martha Quintana, Alcaldesa de Santa Fe. Otros dicen que tenía varias noches buscando a una chica negra, “como de este color” le decía a la recepcionista del hotel, mientras le mostraba un cuero de zapato.

En Santa Fe todos pensaban que era gringo, tal vez porque se registró en la Guacamaya como Don North, el norteamericano que está desaparecido y quien se cree que pude ser víctima de “El Español”.

El lunes cuando fue arrestado por el servicio de Fronteras, venía de regreso de la comunidad de Lara, ahí le compró los caballos a Bolívar de García en 3 mil dólares, Alberto Barrios, el hijo de un ganadero le hizo el acarreo por otros 50 ida y vuelta.

Recién llegó a Santa Fe Martin Bermejo fue detenido por Inteligencia de la Policía ( DIIP), pero no encontraron motivos para arrestarlo y lo dejaron ir. Las autoridades locales insistieron y llamaron al Servicio de Fronteras, que finalmente lo detuvo el lunes en la noche.

En la casa que compró El Español, la policía encontró un revolver 38 y una escopeta calibre 12, además un buen pertrecho de municiones, un machete, un puñal, un arma electrica no letal y 14 mil dólares en efectivo además se le incautó una laptob y bajo el asiento del carro donde viajaba con Villarreal una nueve milimetros “con una bala en la recámara”, dijeron los policías.

“Tal vez pensaba hacerle algo al muchacho”, especula la alcaldesa, El Español le había pedido a Villarreal que de regreso lo dejara en un sitio apartado, “ya podemos dormir tranquilos”, suspiró la Alcaldesa.