El índice de Confianza del Consumidor Panameño (ICCP) se situó en 70 puntos en junio pasado, con una caída de 22 unidades respecto a enero de este año,...
- 29/05/2011 02:00
ACTOR
S er gay en Panamá suena aterrador. Y lo es. Una sociedad con doble moral, donde tener querida es bien visto, donde ser cristiano se ajusta a la medida de cada quien y al famoso ‘Amaos los unos a los otros’ los más cristianos le añadieron ‘…menos a los homosexuales’. Da miedo darte cuenta que de frente poca gente te dice lo que piensa. Esperan que des la espalda para atacar, burlarte o discriminarte. Es confuso también.
En el Club Unión los homosexuales no necesitan salir del clóset, todo el mundo sabe quiénes son y están desde los que decoran fiestas y carnavalitos, hasta los que escogieron dizque voluntariamente vivir sus vidas afuera. Pero mientras el gay o lesbiana rabiblanco no pretenda casarse y joder a alguien es ‘very welcome around’.
Por otro lado en los barrios populares o el interior pareciera que el gay es aceptado y hasta querido… están los llamados ‘altar boys’, que con buen gusto decoran las iglesias y las andas de Semana Santa. ¿Y el fenómeno de Carnaval? ¿Qué? Más confuso.
Pareciera que por cuatro días a un país entero no le molesta que los gays se tomen las calles, manoteen, griten o se expresen como quieran. ¿Los días de Momo todo el mundo quiere a los homosexuales...? Las reinas sí, ellas tienen maquillistas, asesores, diseñadores, realizadores y coleros reales multicolor. Daría la impresión de ser un país de mente abierta. Pero no se equivoquen ni por un segundo. No lo es. No existe el mínimo concepto de Minorías. Al contrario, el panameño piensa que precisamente un grupo minoritario no puede exigir nada ni debe ser protegido por leyes, porque se deben seguir los lineamientos de los que son más… Solo miren el slogan de CD que puso a Martinelli en la silla presidencial. Que por cierto, pensé que él y su esposa serían, por lógica, más abiertos con la comunidad gay… pero me equivoqué.
Entonces ese es el oscuro panorama. Por eso mismo, si este es tu país, ¡gay que me lees, sal a la calle, hazte sentir, haz valer tus derechos, exige por los impuestos que pagas, reclama igualdad!
Hoy es el día en que podemos demostrar que un 10 por ciento de la población sí es minoría, pero una minoría que vale, que es decente, que vota y que aunque no pensemos igual, no puede estar desunida.