‘Nadie quería bautizar a mi cuñado y él accedió’

Actualizado
  • 17/03/2013 01:00
Creado
  • 17/03/2013 01:00
CANADÁ. Mi esposa, mi hijo Eduardo, mi hija Emilie y yo vivimos hace tres años en Canadá por temas laborales. Hace seis meses decidimos...

CANADÁ. Mi esposa, mi hijo Eduardo, mi hija Emilie y yo vivimos hace tres años en Canadá por temas laborales. Hace seis meses decidimos bautizar a nuestra hija en la Argentina y queríamos que el padrino fuera mi cuñado Federico Abalsamo. Cuando le preguntamos a Federico nos dijo que le encantaría pero que necesitaba bautizarse para ser padrino.

La familia de mi esposa es judeo católica, ya que la madre de mi esposa es judía y el padre es católico. Los padres siempre les dieron la opción de elegir su religión y mi esposa eligió la religión católica, la hermana de ella, Carolina, la judía y el hermano, Federico, siempre estuvo más cerca del catolicismo pero nunca se bautizó. Entonces esa era una buena oportunidad para hacerlo.

Así que empezó a averiguar en varias iglesias pero le ponían trabas con cursos o certificados o papeleo. Cansado, Federico nos llamó para agradecernos el gesto pero dijo que iba a ser imposible porque no había conseguido bautizarse.

Mi esposa no quiso resignarse y llamó a la Diócesis de Buenos Aires para intentar hablar con Jorge Bergoglio, en aquel entonces Cardenal. Esto fue hace tres meses. Habló con la secretaria, que escuchó con atención la historia. Quince minutos más tarde sonó el teléfono de casa y era el mismísimo Bergoglio llamando para preguntarnos en qué nos podía ayudar. No lo conocíamos, no nos conocía y, sin embargo, nos llamó. Nosotros no lo podíamos creer.

Mi esposa le relató la historia familiar, la decisión de los padres de dejarlos en libertad de opción y el interés del hermano, Federico, de finalmente bautizarse tanto por una inclinación personal como para ser padrino de nuestra hija. Bergoglio dijo que ‘con mucho gusto’ iba a bautizar a Federico. Pidió que ese mismo sábado fuéramos a la Catedral que él mismo lo iba a bautizar. Al terminar, le dijo a Federico: ‘Jamás se olvide de sus raíces judías’.

Como si eso fuera poco Bergoglio se ofreció a bautizar a mi hija. Nosotros no lo podíamos creer.

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