Guerra contra el narcotráfico desde la cima de La Unión

Actualizado
  • 18/09/2014 02:00
Creado
  • 18/09/2014 02:00
En el cordón fronterizo, Panamá y Colombia construyen una base para combatir el tráfico de drogas. 

Cerca de la franja que divide Panamá de Colombia, en un círculo de 1,300 metros lineales, un grupo de agentes del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) y del ejército colombiano trabajan hombro a hombro en la construcción de trincheras.

Los trabajos son parte de una estación policial especializada de combate al narcotráfico, conocida como La Unión, por su cercanía —a media hora en helicóptero— del poblado La Unión Chocó, a 650 metros sobre el nivel del mar.

El proyecto, iniciado el año pasado como sede permanente de 120 unidades del Senafront y del ejército colombiano, es en realidad un búnker con capacidad para albergar hasta 10 diez dormitorios (catres cubiertos con mosquiteros), empotrados en una colina. Alrededor de las unidades están ubicados los puestos para las ametralladoras.

Albin García | La Estrella de PanamáLa estructura cuenta con cinco trincheras; cinco más están por ser construidas

Hasta aquí ha llegado William Brownfield, secretario de Estado Adjunto de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos, quien tras observar los trabajos le pregunta a Frank Ábrego, director del Senafront, de dónde se obtiene el agua que utilizan para beber.

‘Del pozo’, contesta Ábrego, iniciando una larga explicación del proyecto al comisionado José Samaniego, quien muestra las láminas que acompañan su relato.

En 2009, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) se tomaron todo Darién. Pero, poco a poco, las hemos ido alejando. Para 2012, ya habían retrocedido hasta la frontera, explica Samaniego, asegurando que ‘hoy ya no hay presencia de las FARC ni campamentos en suelo panameño’.

Hace cinco años, indica Ábrego, se hizo un cambio en la estrategia para combatir el ‘narcoterrorismo. Hicimos presente el Estado en las comunidades fronterizas; incluso en algunos pueblos tuvimos que enseñarles el himno a los moradores’.

La cara del Estado que menciona Ábrego son los programas gubernamentales y ciudadanos que se han llevado a esta zona: vecinos vigilantes, giras médicas, alimentación para los más pobres y competencias deportivas. Todo esto, acompañado de la operación policial especializa.

Sin las FARC en la zona, han surgido nuevas amenazas, comparte Samaniego: las ‘bacrim’, organizaciones que trafican drogas y personas.

Los soldados y unidades del Senafront forman grupos de 15 y 30 unidades para el recorrido de seis horas por la zona

El agente Roger Mojica explica que levantar cada trinchera tarda hasta tres meses, dependiendo de la voluntad de la lluvia. ‘Los soldados y unidades del Senafront forman grupos de 15 y 30 unidades para el recorrido de seis horas por la zona’.

Mojica cuenta que hubo mucha corrupción en la pasada administración de la ANAM, tanta, que fue más rentable traficar cocobolo que droga. ‘Si te encuentran con madera ilegal, solo te multan’, dice.

Albin garcía | La Estrella de PanamáLos regalos ofrecidos al secretario adjunto

El ingeniero del ejército colombiano Wilder Ramírez muestra a los agentes cómo se construyen las trincheras. Estarán terminadas en tres meses, si la lluvia no cae todo el día, todos los días.

El secretario Brownfield recorrió las instalaciones e inició un descenso hacia las comunidades cercanas.

En ellas habló con los residentes sobre la necesidad de una alianza entre los gobiernos nacionales y locales, las organizaciones no gubernamentales y líderes comunitarios, para frenar las actividades relacionadas con el tráfico de drogas.

En cada poblado recibió un regalo y presenció un acto cultural.

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