Soledad, la argentina que reinó en el Palacio de Las Garzas

Actualizado
  • 25/11/2014 01:01
Creado
  • 25/11/2014 01:01
Soledad Filipionok controló la contratación de los funcionarios del gobierno entre 2009 y 2012

Una mujer de nacionalidad argentina, de 30 años, recién llegada al país en 2008 se convirtió en una de las personas más poderosas de la administración de Ricardo Martinelli.

Soledad Filipionok accedió a la Presidencia tras una participación activa en la campaña presidencial de 2008 y 2009. Ya instalada en el Palacio de las Garzas, formó, junto con María Fábrega, Astrid Salazar y Lucía Chandeck, un ‘matriarcado’ que controlaba muchas de las decisiones administrativas y de comunicaciones del Estado.

La argentina, nacida en 1980 y especializada en marketing político, era la novia oficial de Jimmy Papadimitriu y su ‘poder’ descansaba sobre esta relación. Y no era poco su mando, ya que, en los primeros años de la gestión de Martinelli, Papadimitriu era una figura dominante en la Presidencia, casi tanto como el propio gobernante.

Cuando Papadimitriu se alejó de la jefatura del Estado, en 2012, tras un conflicto con su jefe, Soledad también se fue.

A pesar de trabajar en el gobierno desde 2009 hasta el 2012, nunca figuró en la planilla estatal. ‘No sabemos cómo le pagaban’, señaló una persona entonces allegada a los círculos de poder.

CONTRATACIONES Y PUBLICIDAD

Filipionok era quien ejecutaba la política de contrataciones del presidente Ricardo Martinelli, mediante la cual se llegaron a despedir hasta unos 100 mil funcionarios de administraciones anteriores para hacer espacio a los simpatizantes del partido Cambio Democrático.

‘No había contratación que no pasara por sus manos. Ella recibía los currículums, investigaba a los candidatos, hacia ‘files’ y canalizaba los expedientes hacia las distintas dependencias del Estado’, dice otra fuente consultada por este diario.

Era una experta haciendo tablas estadísticas y gráficas que detallaban la afiliación de los funcionarios de todas las instituciones del Estado y decidía quiénes se iban o se quedaban.

En 2014, más del 55% del total de los empleados públicos habían sido contratados por la administración Martinelli. Los contratados entre 2009 y 2012 le debían su puesto a Soledad.

La gran mayoría de ellos todavía continúa allí, posiblemente porque reemplazarlos obligaría al gobierno a pagar una abultada indemnización, de acuerdo con una ley aprobada por el mismo Martinelli.

Tanto llegó a ser el poder de Soledad, que hasta los diputados formaban fila para verla.

‘Era curioso ver a los diputados en la Presidencia, parados o sentados en la sala de espera, confiando poder convencerla de que contratara a su gente’, recuerda un antiguo funcionario que lo presenció.

LA CAMPAÑA

Aun antes de ingresar a la Presidencia, ocupaba posiciones de liderazgo en las comisiones de campaña y de transición.

‘Estaba metida en todo’, recuerda la fuente. ‘Llamaba la atención porque era muy bonita, simpática, abierta, exuberante, alegre y cariñosa’, añade.

‘No era ninguna tonta. Se daba cuenta de todo’, asegura quien la conoció.

‘Estaba perdidamente enamorada de Jimmy. Pero este la trataba con cierta indiferencia y ella sufría mucho’, recuerda.

Su paño de lágrimas era Astrid Salazar, subsecretaria de Comunicación del Estado, con quien tenía una ‘mancuerna’ para controlar toda la publicidad estatal.

‘Ellas lo tenían todo amarrado desde la Contraloría. Ningún anuncio ni nada relacionado con la publicidad podría hacerse con otra compañía que no fueran sus favoritas. Era vox pópuli que a ambas le tocaba una tajada del negocio’, apunta la fuente.

Para el año 2010, el presupuesto de publicidad del gobierno se estableció en 22 millones de dólares.

Astrid Salazar y Filipionok trabajaban en un principio con un secretario de Comunicaciones que se dedicaba principalmente a definir el lenguaje estratégico del gobierno, pero ellas controlaban el presupuesto publicitario.

El manejo de las transacciones lo hacía Rolando Monterrey, quien venía desde la administración de Erick Rodríguez Auerbach, secretario de Comunicaciones de Martín Torrijos.

Monterrey permaneció en la Presidencia ayudando a Salazar y hoy, todavía aparece en la planilla estatal.

‘Monterrey le enseñó, sobre todo a Salazar, a manejar las cuentas y sortear las reglas de contrataciones del Estado’, explicó.

Filipionok no pasó a ser conocida por el público sino hasta el pasado viernes 21 de noviembre, cuando La Estrella de Panamá publicó el artículo ‘Con el visto bueno de Soledad’, en el que el exsuperintendente del Mercado de Valores (SMV), Alejando Abood, reveló que fue Soledad Filipionok quien le envió el currículum de Ignacio Fábrega, relacionado con el caso Financial Pacific, y cuyo pasado, la periodista Adelita Coriat, autora del artículo, describe como ‘colorido’.

Tras la publicación, las redes sociales estallaron.

Los que accedieron a su página de Facebook pudieron encontrar a una joven bonita, posando con sus sobrinos y amistades .

A dos años de haberse ido del país, todavía hay quien la recuerda y le envía saludos cariñosos, vía Facebook.

Uno de ellos la describe como una ‘líder por naturaleza, cálida y familiera; sonrisa fresca, amplia y generosa; brillante por donde se te mire. Haces que uno suspire y te admire. Afortunado el día que te conocí’.

En internet, también se puede encontrar su currículum y reseñas de otras experiencias empresariales. Entre otras cosas, trabajó para la Compañía MECA Saic, donde hacía funciones de mercadeo, información y estadística.

En Panamá, se asoció con Raquel Shamah, para curar una exposición de ‘piezas únicas’ de pintura y escultura.

Luis Camacho, secretario de Comunicación de Ricardo Martinelli, consultado por La Estrella de Panamá sobre el papel que desempeñó Filipionok en el gobierno del que él fue portavoz, dijo que él no manejaba los presupuestos de publicidad y no estaba familiarizado con sus funciones o su trabajo.

Sobre su proyección e influencia en la Presidencia, Camacho prefirió ‘no opinar’.

Bajo la lupa

El matriarcado que controlaba la Presidencia

Cuatro mujeres tuvieron un rol de liderazgo en el Palacio de las Garzas durante la gestión de Ricardo Martinelli: María Fábrega, viceministra de la Presidencia; Lucía Chandeck, viceministra encargada; Astrid Salazar, subsecretaria de comunicaciones, y Soledad Filipionok, quien se dedicaba a contratar a los funcionarios del Estado y controlaba la publicidad, en colaboración con Salazar.

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