Javier Hernández: “casi mato al presidente Arnulfo Arias Madrid”

Actualizado
  • 10/05/2015 02:00
Creado
  • 10/05/2015 02:00
Pero lo que más recuerda fue el miedo que sintió al empuñar por primera vez una ametralladora.

Aunque vacila antes de entrar en detalles acerca de lo que sucedió aquel 10 de mayo de 1951, Javier Hernández recuerda con claridad lo que sucedió hace 64 años. El fervor que lo empujó a marchar junto a sus compañeros al Palacio de las Garzas para mostrar su apoyo al presidente Arnulfo Arias. La confusión que sintió cuando el ‘Fufo' lo nombró teniente coronel en medio del golpe de estado que pretendía sacarlo por segunda vez de la Presidencia.

Pero lo que más recuerda fue el miedo que sintió al empuñar por primera vez una ametralladora. Ni él ni sus compañeros contaba con entrenamiento militar, lo que quedó en evidencia cuando apretó el gatillo del arma automática. La primera ráfaga casi alcanza a quien estaba supuesto a defender, al presidente Arnulfo Arias Madrid. Afortunadamente para quien lo había nombrado como su ‘edecán con el rango de teniente coronel', las balas solo impactaron parte del techo de la Presidencia.

Hernández y sus compañeros le hicieron frente a los cerca de 200 efectivos de la Guardia Nacional que rodearon el edifico aquel día. Las órdenes las dictaban el coronel José Antonio Remón Cantera. ‘Sus enemigos decidieron derrocarlo para plasmar en la conciencia pública el espíritu de la oligarquía panameña', proclama Hernández.

Anteriormente, Arias Madrid había derogado la constitución de 1940 para promover una nueva, que fortalecía las libertades populares, como el derecho al sufragio de la mujer.

Los enfrentamientos tuvieron lugar en el área de la presidencia y en otros puntos de la ciudad. Pero al final Arias Madrid y sus hombres se vieron forzados a abandonar la lucha ante la escasez de municiones. Entre las bajas se encontraba el mayor Alfredo Lezcano Gómez, jefe de la Guardia Presidencial.

Al rendirse Arias Madrid lanzó la sentencia que que daría grabada en la memoria del joven idealista de 18 años y de sus compañeros: ‘Ustedes copartidarios, cumplieron con su deber. Yo como mandatario cumplí con el mío... ¡Volveremos¡'.

Fue una promesa que el político cumplió brevemente en 1968, cuando ocupó nuevamente la silla presidencial antes de ser derrocado en un golpe de estado. Los militares Omar Torrijos y Boris Néstor Martínez lo obligarían a abandonar para siempre la presidencia de la República, más no así la escena política. En 1984 perdería las elecciones ante Nicolás Ardito Barletta.

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