“La granada de gas es una fuente de ignición”: Peritos forenses

Actualizado
  • 28/07/2015 02:00
Creado
  • 28/07/2015 02:00
El estudio registra que, entre todas las pruebas recolectadas, hay cinco ‘indicios' o evidencias 

‘La granada de gas de mano, al ser accionada, eleva una temperatura de (2,000 a 4,000 °F) [1,093.33 a 2,204.4 °C] que al tener contacto con materiales sólidos, líquidos y gaseosos produce fuego, por tal razón se considera una fuente de ignición', concluye el reporte firmado por los peritos forenses Eric Portugal y Carlos Méndez, de la Unidad Forense de Explosiones e Incendios (UFEI) del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IMELCF).

La Estrella de Panamá tuvo acceso al informe técnico pericial que realizó la UFEI el 24 de enero del 2011 en el que se indica que las bombas lacrimógenas parecieran ser el causante del fuego que se suscitó quince días antes, el 9 de enero, en la celda seis del pabellón de menores del Centro de Cumplimiento de Tocumen.

El estudio registra que, entre todas las pruebas recolectadas, hay cinco ‘indicios' o evidencias en particular que podrían dar una explicación del origen del fuego.

La UFEI destaca una argolla de hierro que pareciera ser el seguro de ‘un tipo de granada de gas y explosiva'; dos envases de aluminio que tienen ‘las características de una granada de gas de mano' y que se encontraron en la entrada del pabellón y afuera de la celda cuatro, respectivamente; y dos pedazos de aluminio con forma de palanca (uno que estaba al principio de la galera y el otro en la celda seis, donde sucedió la tragedia).

Según los peritos, estas palancas impiden ‘la activación de la granada de gas o explosiva mientras se mantenga apretada'.

LA ESTRATEGIA

Cuando el pasado 13 de julio empezó el juicio contra doce personas por este hecho, el argumento de los abogados defensores fue que las bombas de gas lanzadas por los policías que reprimían la reyerta no causaron el siniestro que afectó a los siete menores, sino que la candela fue provocada por otros jóvenes que estaban en el pabellón y que rivalizaban con los reos de la celda seis.

‘En el expediente está acreditado que los que provocaron el fuego fueron los propios menores', indicó Benito Mojica, representante legal de tres de los acusados, durante el primer día de juicio. Y esa ha sido la principal premisa de la defensa.

LAS CINTAS

Las imágenes que tomaron las televisoras aquel 9 de enero del 2011 son claras: Un policía agarra una bomba lacrimógena y, aprovechando un orificio en la verja que tapa la ventana de la celda, la lanza hacia adentro. Justo después, un segundo uniformado se acerca a la ventana y repite la operación.

Al poco tiempo, además de humo blanco o gas, se observa una intensa flama dentro del lugar en donde estaban encerrados siete adolescentes.

Inmediatamente, se escucha la voz de los muchachos pidiendo auxilio a los agentes del orden que rodeaban la galera en donde se protagonizaba un motín por la falta de agua en el centro que ya llevaba 15 días.

Lo que sucedió con esos muchachos es harto conocido: cinco de ellos murieron varios días después, debido a la graves quemaduras y daños en su organismo que les provocó el fuego.

Otros dos sobrevivieron, pero quedaron con graves heridas y complicaciones de salud que aún hoy les imposibilitan.

PUNTOS EN COMÚN

El reporte de Criminalística parece ser consistente con lo que declararon la semana pasada los tres peritos del Cuerpo de Bomberos que acudieron al Centro de Cumplimiento un día después del fuego, el 10 de enero del 2011 (los especialistas Víctor Medina, Hirán Ponce y Juan De Arco).

El capitán Hirán Ponce explicó que, antes de rendir su informe final, los tres se reunieron para comentar lo que habían encontrado y cuáles pudieron ser las causas del fuego. Tras analizar las pruebas, consideraron que era muy probable que el fuego lo provocara ‘una fuente de calor no propicia del lugar'.

El capitán añadió durante el interrogatorio que los únicos dos objetos que no guardaban relación con el ambiente de la celda eran las dos bombas lacrimógenas.

La defensa cuestionó al bombero preguntándole si esa hipótesis era ‘concluyente', a lo que Ponce solo contestó que no era su tarea llegar a conclusiones y destacó que las bombas lacrimógenas parecían ser una causa probable.

‘Cuando la segunda bomba lacrimógena cayó sobre la ‘tumba' [término usado en el argot penitenciario para referirse a las camas de cemento] se prendió en cuestión de segundos', comentó David Ríos Suazo, uno de los dos sobrevivientes del fuego, al recordar los hechos de aquel 9 de enero, cuando declaró durante la primera semana del juicio.

LA OTRA ESTRATEGIA

En su momento, Benito Mojica (el único abogado de la defensa que ha hablado con los medios) restó importancia a los testigos presentados y reiteró que el fuego no fue culpa de los acusados, sino de otros reos.

‘Casi todos los testigos [que se han presentado] han sido desacreditados dentro del expediente... los que provocaron el fuego fueron los propios menores', comentó el defensor.

Mojica ha destacado las declaraciones de uno de los testigos, Yossi Foster, quien admitió que los participantes del motín del 9 de enero del 2011 sacaron varios colchones de sus celdas y los incendiaron utilizando cables eléctricos.

El defensor considera esto una prueba contundente a pesar de que el bombero Víctor Jiménez declaró que el fuego no fue iniciado por ninguna fuente eléctrica.

En la sesión de este lunes, cuando rindió declaración el director del IMELCF, Humberto Mas Calzadilla, el interrogatorio se centró, primordialmente, en el tema de la idoneidad de los miembros del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses y en la experticia de Eric Portugal, uno de los peritos que firmó el informe al cual tuvo acceso este diario.

Mas precisó que Portugal es el jefe de la Unidad Forense de Explosiones e Incendios y que llegó a la institución proveniente de la antigua Policía Técnica Judicial en el 2008, poco después de la aprobación de Ley 69 del 2007 que creaba la Dirección de Investigación Judicial y adscribía los servicios de Criminalística al Instituto de Medicina Forense.

El director del IMELCF indicó que la idoneidad de Portugal se le otorgó por sus años de experiencia —más de 20—, y aseguró que los peritos de la Instituto son idóneos o están próximos a obtener este grado.

El perito privado Andrés Tucker, testigo de la defensa, que también declaró ayer, indicó que desde su punto de vista los informes de Medicina Legal ‘no aportan una condición que permita establecer cómo inició el calor ni pruebas que permitieran determinar cuáles pudieran ser los agentes causantes de lo sucedido'.

Durante sus preguntas a Tucker, el abogado Ernesto Antunes (representante del cabo Ernesto Barreno, señalado de disparar a los amotinados), le preguntó al testigo si, con la experiencia de 25 años de carrera, podía certificar las declaraciones de Cristian Mora, otro sobreviviente del fuego, que señaló la bomba lacrimógena como causante del fuego.

Tras la objeción de uno de los abogados acusadores, la jueza sustanciadora María de Lourdes Estrada prohibió la pregunta, ya que, indicó —al analizarlo con los otros dos jueces (Secundino Mejía y Adolfo Mendieta)— que evaluar la declaración de Mora podía considerarse como una nueva prueba, pues el perito Tucker fue convocado para testificar sobre sus propios peritajes y los informes de medicatura forense.

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