El sistema sanitario, la otra falencia del Idaan

Actualizado
  • 13/03/2016 01:00
Creado
  • 13/03/2016 01:00
La institución recibe diariamente unos 30 reportes de desbordamientos de aguas servidas y alcantarillados obstruidos

El de desarrollo alcanzado por Panamá en los últimos años en materia económica y de infraestructura no ha ido de la mano de la adecuación de los servicios públicos.

Considerada una de las economías más estables de América Latina, Panamá posee rascacielos comparados a los de grandes ciudades del mundo como Dubái o Nueva York; goza, además, de privilegios por contar con la vía interoceánica que une al mundo.

En el 2014, se convirtió en el primer país de Centroamérica con una línea de metro.

Pero, entre esos modernos rascacielos y lujosos centros comerciales que abundan en la ciudad de Panamá, es común encontrarse con tuberías de aguas servidas en mal estado, cuyas aguas terminan en las calles y veredas, dando mal aspecto y constituyendo un peligro potencial para la salud humana.

En el sector de La Cresta se podía ver hace pocos días a varias personas tirarse a la congestionada vía España para evitar ensuciarse con las aguas negras que inundaban las aceras.

Y es que no es solo el servicio de suministro de agua potable del país lo que está en crisis, sino también el funcionamiento y mantenimiento del sistema sanitario, igualmente, responsabilidad del Instituto de Acueducto y Alcantarillado Nacional (IDAAN).

El Ministerio de Obras Públicas también tiene su grado de responsabilidad, sobre todo en las zonas de la ciudad en las que opera el sistema combinado, que utiliza el mismo alcantarillado para las aguas servidas y pluviales.

Andrés Ayala, subjefe del Departamento de Agua Servida del IDAAN, y, como tal, uno de los responsables del mantenimiento del acueducto, alega que el sistema combinado es parte del problema de desbordamiento de aguas servidas, porque este acumula basura, especialmente objetos de plástico, que son arrojados a las calles y terminan en el acueducto, obstruyendo el alcantarillado y ocasionando el desbordamiento.

En sectores como el Casco Antiguo, el sistema ya fue reparado, lo que ha resuelto el problema en gran medida.

Sin embargo, aún quedan sectores del centro de la ciudad, incluyendo Bella Vista, que mantienen el sistema combinado.

En teoría, el proyecto de Saneamiento de la Bahía de Panamá debería solucionar estas deficiencias en un 95%, según Ayala, ‘porque el acueducto se amplía y el sistema de saneamiento quedará separado del pluvial'.

El actual sistema data de la década de 1960, cuando en la ciudad capital existían mayormente viviendas unifamiliares.

CRECIMIENTO URBANÍSTICO DESCONTROLADO

Zonas capitalinas como San Francisco y Bella Vista, antes dominadas por viviendas unifamiliares, ahora albergan principalmente edificios que llegan hasta los 50 pisos.

En el mismo lote, donde antes había una o dos familias, ahora viven más de 50, que descargan al sistema, analiza el ingeniero Ruperto Glaze, de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA).

La ciudad ha crecido, se han dado cambios de zonificación y el sistema sanitario se mantiene, señala.

Pero, igualmente ocurren desbordamientos de aguas negras en otros sectores como Curundú, El Chorrillo y Calidonia, donde el crecimiento urbanístico no ha sido tan vertiginoso.

Ayala señala que algunos días reciben hasta 30 reportes solo en la ciudad capital.

LAS GRASAS

Uno de los mayores peligros para el sistema, sin embargo, es bastante desconocido para el público general.

Se trata de las grasas que se producen en los restaurantes, que al carecer de trampas de retención, terminan en el sistema.

Es obligación del Ministerio de Salud supervisar que los restaurantes cumplan con los reglamentos relacionados.

EL MANTENIMIENTO ES LA CLAVE

‘Por más proyectos de saneamiento que se elaboren, si los restaurantes no dan mantenimientos a sus trampas de grasa, o peor, no las construyen, habrá desbordamiento de aguas servidas', indicó Juan Antonio Ducruet, exdirector del IDAAN.

Al respecto, Ayala apunta directamente a los quioscos de venta de comida, que, por lo general, no cuentan con las trampas y sueltan la grasa directamente al sistema de acueductos.

‘Necesitamos más conciencia ciudadana para evitar la acumulación de la grasa y la basura', recalcó el funcionario.

El Idaan, por su parte, no cuenta con la capacidad financiera y de personal para atender el problema.

Así lo considera Ducruet, quien insiste en que es necesario el fortalecimiento de la entidad, regulaciones para hacer cumplir con las adecuaciones y mantenimiento de las trampas de grasa y la basura en la calle.

El exdirector del Idaan también habla de la necesidad de cobrar tarifas para el mantenimiento del sistema sanitario.

La pasada administración del IDAAN implementó el cobro de la tarifa de alcantarillados variable, dependiendo del cliente. En el caso de las residencias, el pago es de un dólar con 52 centésimos.

Según Ayala, también se requiere dar mantenimiento a los tanques sépticos que las empresas urbanísticas construyen como parte de los proyectos de vivienda en San Miguelito, al lado este del distrito capital, donde no existe un sistema sanitario.

Se espera que esta situación se resuelva con el saneamiento de la bahía, un proyecto iniciado en la década de 1990, cuyo monto de inversión alcanza los $1,200 millones y que, irónicamente, no ejecuta el Idaan, sino el Minsa.

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‘Por más proyecto de saneamiento que exista, si no se refuerza al IDAAN, seguirán los problemas',

JUAN ANTONIO DUCREUT

EXDIRECTOR DEL IDAAN

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INVERSIÓN Y SANEAMIENTO

El proyecto de saneamiento ayudará a solucionar deficiencias

$150 millones es el renglón de inversión del IDAAN para este año.

$57.9 son destinados al sistema de alcantarillado

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