‘Otto, una lección que le dejó siete muertos a los panameños'

Actualizado
  • 24/11/2016 01:00
Creado
  • 24/11/2016 01:00
La Cruz Roja habla de la necesidad de invertir en prevención y en capacitaciones

‘Esta vez tuvimos suerte', dice Elías Solís, vicepresidente de la Cruz Roja Panameña, y advierte contundente que Panamá ‘no está preparada' ni en estructura ni en capacitación de autoridades y la población para enfrentar una situación como un huracán, terremoto, maremoto o cualquier otro fenómeno climático.

El delirio transformado en frase popular de que ‘Dios es panameño' podría costar vidas y por el momento, y mientras el país se mantiene en alerta amarilla en las áreas costeras y alerta verde en las ciudades, la lección que deja Otto después de ocho muertos, desaparecidos, derrumbes e inundaciones con reacciones tardías de las autoridades, es que la prevención y la planificación es lo único que salva vidas.

Desde la sede regional de la Federación de la Cruz Roja ubicada en Clayton, Ciudad de Panamá, se ha monitoreado la situación de lo que en un principio fue una depresión tropical, dando la alarma de alerta amarilla desde el pasado martes 15 de noviembre.

Si bien es una tarea del Servicio Nacional de Protección Civil (Sinaproc), la Cruz Roja calcula que en Puerto Armuelles hay alrededor de 1,000 personas afectadas y unas 40 familias en Panamá Centro que perdieron todo.

Para las condiciones económicas de Panamá, la lección para la Cruz Roja, las instituciones gubernamentales y la sociedad en general es que ‘nuestro país no está preparado para estas emergencias a nivel de las estructuras estatales, logística y organizaciones no gubernamentales', afirma Solís, quien recuerda también que esta falta de preparación se refleja en el accionar irresponsable de la comunidad panameña.

Durante la tarde del pasado martes 22 de noviembre, cuando se dio la tarde libre a las instituciones estatales, muchas personas se ‘refugiaron' en los centros comerciales o aprovecharon para terminar de hacer ‘mandados'.

‘De haber seguido las instrucciones oficiales, las calles de la ciudad no hubieran estado congestionadas en horas de la noche. La circulación libre para posibles tareas de rescate es necesaria', apunta Robinson, quien al igual que Solís advierte que la ausencia de políticas públicas de prevención son la consecuencia de la inconsciencia colectiva: niños tirándose desde un puente hacia un río crecido, personas haciendo circular mensajes alarmistas en redes sociales.

Solís recuerda que la voluntad de asistir en casos de emergencia existe. Panamá sola cuenta con 1,200 voluntarios ‘bien capacitados', aunque en estos momentos solo 400 personas brindan asistencia, un servicio gratuito que está limitado por falta de equipo. La institución no

RECOMIENDAN

Cruz Roja Panameña e internacional

Mantengase informado con medios oficiales y siga instrucciones. Almacene agua adicional. En autos no intente cruzar áreas cubiertas de agua.

El agua estancada puede estar eléctricamente cargada. Haga un plan de evacuación familiar e identifique refugios.

escapa de la falta de recursos.

La Cruz Roja Panameña contó el año pasado con un presupuesto anual de $700 mil.

En 2013, el Gobierno Nacional otorgó, por medio de una ley, un subsidio estatal anual para la ejecución de programas y/o proyectos de carácter social y humanitario, lo cual será viable a través del aporte que efectúen tanto la Lotería Nacional de Beneficencia como la Junta de Control de Juegos, ambas representadas por el Ministerio de Economía y Finanzas.

El documento establece en su artículo 2 que los fondos para el otorgamiento del subsidio establecido provendrán del 0.125% y del 0.5% de los ingresos netos anuales que obtengan la Lotería Nacional de Beneficencia y la Junta de Control de Juegos, respectivamente, hasta $2 millones como tope máximo.

EL PROBLEMA DE LAS DONACIONES

Aún con este respaldo legal, Solís opina que ‘los panameños no tenemos la Cruz Roja que nos merecemos', con infraestructura adecuada a nivel nacional, fuerte con equipo e instalaciones a la altura.

La Cruz Roja Panameña cuenta con presencia fija en 21 localidades en el país. Además del equipo que cada voluntario debe tener, deben sostener los traslados a áreas de difícil acceso.

‘Nos hemos visto obligados a pedirle a voluntarios que no salgan a dar apoyo al terreno por falta de chalecos salvavidas y cascos de protección', reconoce Solís.

A nivel regional, el área centroamericana está en alerta, en especial Costa Rica y Nicaragua, ante lo que hasta el momento pasó de tormenta a huracán, luego a depresión tropical y por último a huracán, tal cual lo señaló Omar Robinson, jefe Regional para la Federación de la Cruz Roja, quien dijo que el fenómeno puede pasar a ser huracán de categoría 1 o 2 por lo impredecible de Otto.

También aseguran que las lluvias en Panamá continuarán, por lo que no se deben descartar medidas de prevención, y que ‘se debería mantener la alerta amarilla en la ciudad', siendo el cambio climático una de las razones por las que fenómenos como Otto son erráticos.

Otto ha tenido un comportamiento parecido al del huracán Matthew, según las autoridades de la Cruz Roja Internacional, ‘por lo que no se puede afirmar que ya no existe peligro para Panamá', informó Robinson, que asegura que ante un huracán, áreas como San Miguelito desaparecerían.

Robinson añade que Panamá podría aprender de experiencias de Estados Unidos y Cuba, con diferencias en recursos, pero que cuentan con planificación, disciplina y confianza de la población y sus ejércitos para situaciones de emergencia.

Antes del impacto del huracán Matthew, Cuba desalojó 200 mil personas en dos días, movilizándolas hacia áreas seguras. En Panamá, sería un caos.

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