Noriega ayudó a Escobar y también a la CIA

Actualizado
  • 22/03/2017 01:05
Creado
  • 22/03/2017 01:05
Mientras complacía a la CIA y a la DEA destruyendo un laboratorio de droga en Darién, y apoyaba a desestabilizar al Gobierno Sandinista

Dueño de todo el país, Noriega ejerce un control absoluto sobre el tráfico de la droga. Sin la presencia de Torrijos, crea estrechos vínculos con los capos del narcotráfico colombiano, a los que permite transitar por suelo panameño, alojarse en hoteles de lujo, a cambio de grandes beneficios, al punto de convertirse en socio de algunos de ellos.

Su habilidad de maniobrar en varios terrenos, gracias a la labor de Inteligencia que ejerció por varios años, le permitía jugar a dos manos: con el narcotráfico y ser agente de la CIA. Era tal esta cooperación que capos como Pablo Escobar Gaviria, Gonzalo Rodríguez Gacha, los hermanos Ochoa y otros venían a Panamá cuando sentían que la justicia colombiana les apretaba las clavijas. Incluso, Escobar Gaviria fue dotado de cédula de identidad panameña y según su hijo, Juan Pablo Escobar, eran recibidos con simpatía en casa del dictador.

Al final, el Gobierno de Estados Unidos se cansaría de soportar su juego, ordenaría su captura y le acusaría de contrabando, narcotráfico y lavado de dinero sucio.

SOBORNOS MILLONARIOS

En este aspecto de la vida del dictador, las declaraciones ofrecidas en febrero de 1991 por el capo colombiano Carlos Lehder al ser interrogado por el fiscal Guy Lewis, en un tribunal de la Florida, Estados Unidos, son reveladoras.

Aseguró que entre 1982 y 1983, Noriega se reunió en Panamá, en varias ocasiones, con los jefes del cártel de Medellín, para discutir cómo sería recompensada su colaboración en el tráfico de cocaína. La decisión de tratar con el ‘hombre fuerte' panameño la motivaba la urgencia de utilizar el istmo como ruta alternativa a las Bahamas, en el Caribe, para ingresar la droga a los Estados Unidos.

PAITILLA ERA EL PREFERIDO

En marzo de 1982, Noriega recibe a cuatro jefes del cártel, entre ellos Gustavo Gaviria y Pablo Correa, y acuerdan utilizar una línea de carga aérea panameña, INAIR, que fue propiedad del entonces embajador Ricardo Bilonick, para trasladar la droga a Estados Unidos. El pago a Noriega sería de mil dólares por cada kilo trasegado, lo que, afirma Lehder, le redituaba $10 millones.

Cuatro meses después, los capos del cártel de Medellín decidieron expandir sus operaciones y retornaron a Panamá. Convencerían a Noriega de que prestase el aeropuerto Marco A. Gelabert, en Paitilla, para inundar del polvo a Estados Unidos. Sabedor de que tenía la sartén por el mango, Noriega les cobra $50 mil por vuelo, pero luego estimó que era muy poco y lo sube a $200 mil. Por si fuera poco, también cobraría $0.05 por cada dólar que el cártel lavaría en el sistema bancario panameño.

LAVANDERÍA FRANCESA

Luego de cumplir 17 años de condena en Miami, la justicia francesa, que lo había juzgado en ausencia, le condenó a diez años de prisión por lavado de dinero, ya que se le comprobó que había enviado a Francia varios millones de dólares, los que se atribuyeron a pagos de los cárteles colombianos de la droga.

Se le acusó de que esos dineros habían servido para comprar tres apartamentos, en uno de los barrios más exclusivos de París, por un valor de 2.4 millones de euros. El general rechazó la acusación y aseguró que el dinero lo recibió como herencia de su hermano mayor, de los ahorros de su esposa Felicidad y de los pagos recibidos por servicios prestados a la CIA. Estos argumentos no le valieron y una fría celda en la prisión de La Santé recibió al exdictador.

NIÑO MIMADO DE BUSH

Una de las cualidades innatas del militar fue su versatilidad para sostener relaciones con elementos contrarios. Sus biógrafos e investigadores han destacado la facilidad con que trataba con Fidel Castro y el presidente George Bush padre, y a la vez también conversaba con el narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria.

Según el semanario Newsweek , en 1976 el presidente Bush, en ese entonces director de la CIA, decidió que se le mantuviera un depósito anual $110 mil anuales por sus valiosos servicios.

Su intención era mantener las mejores relaciones con todas las fuentes de poder, aunque por razones de conveniencia debiera traicionar a alguno. Ejemplo de ello ocurrió en 1984, cuando ya era comandante de las Fuerzas de Defensa, y se vio impelido, por presiones de la DEA (agencia antidrogas de Estados Unidos), a destruir un laboratorio de cocaína en Darién, lo que destapó la ira del capo colombiano. En ello la hábil intervención del presidente Fidel Castro apaciguó los fuegos y se reconciliaron. Por ello, Noriega hubo de devolver gran parte de los $4 millones que le había entregado Escobar por el laboratorio.

EL FALLIDO IRÁN CONTRAS

Fue por estos apoyos que el director de la CIA, William Casey, le toma gran aprecio e intenta, en 1986, que Noriega les colabore para mantener la lucha de los contrarrevolucionarios nicaragüenses que intentan desbancar al marxista Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN), que se había hecho del poder desde julio de 1979.

Para ello, Casey envía al coronel Oliver North, quien le plantea a Noriega la necesidad de facilitar aeropuertos, fondos y campos para el entrenamiento necesario de los contras, lo que no se llegó a concretar.

No obstante, el general propone algo más drástico y efectivo, como es atentar y eliminar la plana mayor del FSLN, lo que rechaza el jefe de North, John Poindexter. En cambio, sí aceptó el plan de realizar misiones de bombardeos contra blancos económicos y militares nicas. Lo que perseguía el dictador era que a cambio de este favor, Washington le levantara los cargos de narcotráfico que pesaban sobre él, se siguiera vendiendo armas a las FDP y su imagen mejorara. Además, este apoyo le reportaría $1 millón a Noriega.

Lo cierto es que antes de concretarse estas misiones de bombardeos, diarios libaneses revelaron las gestiones del Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos para obtener fondos ilegales para los contras nicaragüenses, mediante la venta de armas a Irán, cosa que estaba prohibida por el Congreso, y que causó el desplome del ‘Proyecto Democracia', el cual culminó con la condena de Poindexter y North.

En los medios panameños, Noriega, para no caer en desgracia ante los sandinistas, juró que le había rechazado la propuesta de North para entrenar contras en Panamá y otros sabotajes en Nicaragua. Sin embargo, esto se había acordado en una discreta cita el 22 de septiembre de 1986, en un hotel londinense.

NORIEGA PREVINO A CASTRO SOBRE LA INVASIÓN DE LA ISLA DE GRENADA

Pese a ser agente de la CIA, Noriega mantenía buenas relaciones con el presidente cubano Fidel Castro, quien luego mediaría en el conflicto surgido con el capo colombiano Pablo Escobar, por la destrucción del laboratorio de Darién.

El general fue llamado por el vicepresidente de Estados Unidos, George W. Bush, padre, quien había sido su jefe en dicha agencia,, para que le aconsejara al Castro, de la inminente invasión a esa isla granadina.

En testimonio rendido por José Blandón, antiguo asesor de Noriega, ese 25 de octubre de 1983, Bush llamó a Noriega tres horas antes de la invasión pidiéndole advirtiera a Castro que Cuba podría sufrir represalias si los marines estadounidenses enfrentaban resistencia.

En ese momento, Cuba construía un aeropuerto de grandes dimensiones en esa isla, lo que fue visto como una potencial amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. Blandón aseguró en una audiencia ante el Senado que el general sirvió de enlace y le pasó el mensaje a Castro. Sin embargo, no le hizo caso.

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