El fútbol, una pasión que rompe desigualdades

Actualizado
  • 15/10/2017 02:05
Creado
  • 15/10/2017 02:05
El deporte representa una aspiración auténtica, en cuanto al deseo de desarrollar un talento, también un camino para alcanzar fama y fortuna

El fútbol es, sin duda alguna, el deporte-espectáculo más representativo de la era de la globalización. Trasciende fronteras, incorpora como protagonistas o espectadores a pueblos de historia y condiciones disímiles, desde los pueblos con las más severas desigualdades hasta los que gozan de enormes riquezas y bienestar… países que triunfan… países que fracasan.

MISIÓN Y VISIÓN DE FLACSO

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.

El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.

El espectáculo crea afición y, en consecuencia pasión, con igual intensidad entre ricos y pobres, entre africanos, asiáticos, europeos, latinoamericanos… entre católicos, protestantes, musulmanes; entre analfabetas e intelectuales reconocidos y entre los barrios residenciales y las zonas marginadas.

Nunca antes el mundo entero se ha sincronizado con un espectáculo como lo ha hecho con el fútbol.

En ese sentido, el fútbol ha rebosado el lugar que tuvo sobre espectadores mundiales los juegos olímpicos, como un evento trasnacional.

Eventos populares como el boxeo, el básquetbol o el béisbol, de alcances e interés internacional, nunca alcanzaron los niveles de masificación mundial como el fútbol.

DEPORTE Y COMUNICACIÓN DE MASAS

La sociología reconoce que entre las diferentes funciones que tienen los medios de comunicaciones de masas están: moldear actitudes y opiniones; otorgar prestigio a personas, actividades e instituciones; moldear gustos, opciones y convicciones. Estas funciones esenciales de los medios le otorgan un poder efectivo sobre la vida económica, política y social de toda sociedad.

Los alcances efectivos de este poder de los medios se intensifican por la capacidad tecnológica que estos tengan para cumplir con estas funciones, sin que la mayoría de las personas, influidas por ellas, perciban su propio condicionamiento. En ese sentido, los medios tienen un importante rol de control político y social.

Es obvio que el espectáculo de celebración de la conquista de la Selección de Panamá, a ser protagonista en el mundial de Rusia 2018, puso en evidencia la capacidad de movilización de la población urbana que, postrada frente a la televisión, salía de sus casas para unirse a la euforia colectiva producto de una emoción ‘patriótica', con una dosis de espontaneidad, pero construida también mediáticamente durante un proceso con aciertos y tropiezos, que se inició con las eliminatorias al Mundial.

DEPORTE E IDENTIDAD

Movilizaciones populares como esa noche de clasificación a Rusia las conocimos en el pasado con los triunfos de ‘Mano de Piedra' Durán, y también con el final feliz de la novela ‘Simplemente María', en la década de los setenta, y con el recibimiento apoteótico a Celia Cruz, cuando vino a Panamá.

En materia política, el retorno al país de Arnulfo Arias, después del exilio, o la entrada la Zona de Canal en los últimos días de diciembre de 1999, son ejemplos interesantes, que sin contar con eficiencia y alcances tecnológicos que existen hoy, que incluyen a las redes sociales, produjeron movilizaciones eufóricas colectivas significativas.

Estos eventos populares son fuentes de alimentación de la identidad nacional, ya que eliminan momentáneamente las diferencias sociales y culturales que caracterizan las relaciones entre los ciudadanos, para unificarlos en base a una aspiración o un ideal estratégicamente diseñado. Ese sentido de pertenencia, recreado técnica y emocionalmente por los medios de comunicación, perdura hasta que pase la euforia y el ciudadano vuelva a ocupar su lugar en la vida cotidiana, con los problemas confrontados en la realidad.

PERSPECTIVA ECONÓMICA DEL DEPORTE

Hace algunos años, el golf dejó de ser un deporte aficionado a las elites de poder económico en Estados Unidos para convertirse en un espectáculo masificado para todo el planeta. Y fue una figura poco común en ese deporte el que globalizó el consumo del espectáculo… el famoso Tiger Woods. El éxito que ayudó a generar los medios de comunicación, al colocar a un negro como la principal figura de uno de los deportes más caros del mundo, fue también devastado por esos mismos medios de comunicación, cuando los criterios morales ponían en peligro la imagen publicitaria del golfista.

Las figuras de los espectáculos globales, ya sean deportivos, del mundo del entretenimiento, del cine o televisión, se convierten en imágenes valiosas para generar grandes sumas de dinero siendo utilizadas como imagen que estimula el consumo de marcas, como pautas de confort o de éxito, representando de esa manera un valor estratégico en los negocios globales. En el fútbol, el consumo de la imagen de las figuras rebasa fronteras para depositarse en los hábitos, pensamientos y representaciones en la vida cotidiana. La utilización de camisetas, zapatillas, ropa interior, lociones… ente otros objetos, es la articulación entre el deporte y el negocio. Mientras mayor es la afición, mayor es el mercado. Y mientras mayor sea el mercado, más dividendos produce el espectáculo.

La ampliación del mercado global se logra también a través de la transnacionalización de los equipos, con jugadores de muchas nacionalidades y razas. La política comercial, al incorporar a los clubes jugadores de otros países, estimula la atención de los aficionados hacia esa franquicia deportiva, que a su vez le transfiere prestigio y valor al espectáculo local en esos países.

NO TODO ES NEGOCIO

Para los jugadores, en su mayoría provenientes de áreas socialmente deprimidas por la pobreza, la exclusión y la desigualdad, el deporte representa una aspiración auténtica, en cuanto al deseo de desarrollar un talento e inspiración que se siente tener; pero también un camino para alcanzar fama y fortuna, emulando a las grandes figuras. El éxito personal siempre oscilará entre la vocación y la ingenuidad, ente el sueño y la realidad.

El sistema no tiene obviamente capacidad para absorber y desarrollar todo el talento que surge en los barrios populares por la relación que existe entre el espectáculo y el negocio. El fútbol local, además de lo pequeño del mercado, tiene que competir con el espectáculo global a través de la televisión y las redes.

La alternativa que tiene el talento nacional para explotar su talento es insertarse en el escenario global, ser reclutado en el fútbol de otros países, con mayores mercados y mejor prestigio y remuneración profesional.

Las Copas Mundiales, en cuanto a vitrinas del talento y figuras que existen en las diferentes regiones y países del mundo, son un medio eficaz e importante para la valorización del fútbol nacional.

Ser parte de los países escogidos para ser protagonista en esta fiesta global del fútbol, obviamente le abre perspectivas nuevas a futbolistas, ligas locales y nacionales, además de estimular los sueños y las vocaciones a los nuevos talentos generacionales.

Es cierto, independientemente del desempeño de nuestro país en Rusia 2018, el fútbol en Panamá dará un salto cualitativo en la lógica del espectáculo.

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