‘Cheíto', amigo de presidentes

Actualizado
  • 02/03/2018 01:00
Creado
  • 02/03/2018 01:00
Fue íntimo de Noriega. Entabló amistad con ‘El Toro', Moscoso, Martinelli y Varela. Eliseo Castillo ha recorrido el espectro político. Sus ocurrencias y anécdotas amenizaron la entrevista con ‘La Estrella de Panamá'

Eliseo ‘Cheíto' Castillo llegó preparado para hablar de todo. A las tres en punto estaba en La Estrella de Panamá, pletórico de anécdotas, como aquella en la que contaba por qué no se quiso tomar una foto con Manuel Antonio Noriega, a pesar de ser grandes amigos.

Recordó que al general (q.e.p.d) le gustaba frecuentar la ‘Number One', discoteca ubicada en la calle 50, para escapar de la rutina.

Comenta que después dejó ‘la pacha' y se encomendó al Señor. Lo que no pudo dejar de lado fue su pasión por la política. ‘Imagínense, si gracias a la política he podido llegar a conocer a grandes personajes de la política criolla; es más, en uno de mis cumpleaños yo, y tan solo yo, pude reunir a Zulay Rodríguez, Arturo Vallarino y el difunto Ricardo Arias Calderón, entre otros más'.

Y así sigue ‘Cheíto', ametrallando con recuerdos, anécdotas, vivencias. Habla de aquella fotografía que se tomó en 1973 junto a Noriega, cuando él se fue al área de la Central para comprar un ‘saquito barato', de solo 50 dólares. Fue una foto para la posteridad... o por lo menos hasta que el ejército gringo entró a su casa y la encontró.

Por esa imagen lo arrastraron, haciéndolo pasar un mal rato. Se encolerizó cuando los soldados puertorriqueños se llevaron su Rolex y los 10 mil dólares que guardaba en la casa. ‘Por eso no me tomé más nunca una foto con Noriega...', comenta. Y eso que tuvo mil y una oportunidades cuando Noriega regresó a El Renacer, adonde lo iba a frecuentar junto al difunto Mario Rognoni.

‘Cheíto' recuerda el día que le hizo la parrillada en casa de Sandra, cuando le dieron casa por cárcel para que le practicaran la operación que luego lo llevó a la tumba. ‘Era mi amigo...', dice con nostalgia.

Tiene cuento para todo. El año pasado, para fiestas patrias se fue a Israel, al Muro de Los Lamentos. Entre las hendijas metió su papelito de los deseos con el nombre de Zulay Rodríguez, a quien vaticina como ganadora en las elecciones de 2019. Pero abajo, con el mismo deseo, como por si acaso, apuntó el nombre de Ernesto Pérez Balladares. ‘Es que el PRD va a ganar, de eso sí estoy seguro', afirma.

LOS PROBLEMAS DEL EMBAJADOR

Dice ser amigo de Juan Carlos Varela, de quien afirma que puede ser un gran mandatario como lo fueron Porras, Arnulfo y Torrijos. Eso sí, ‘si no le comprueban que se robó algo'.

‘Gracias a la política he podido llegar a conocer a grandes personajes; en uno de mis cumpleaños, pude reunir a Zulay Rodríguez, Arturo Vallarino y a Ricardo Arias Calderón',

ELISEO ‘CHEÍTO' CASTILLO

POLÍTICO

Está seguro de que la plata que recibió Varela de Odebrecht fue una donación y lo ensalzó diciendo que el hoy presidente y su ministro Álvaro Alemán lo defendieron cuando Ricardo Martinelli lo mandó a botar. ‘Sí, porque en ‘La Prensa' salió que yo era el embajador de Colombia y Ricardo Anguizola se quejó. Por eso Martinelli me mandó a botar'.

Pero recuerda que Varela y Alemán lo que hicieron fue pasarlo del consulado de Colombia a ser asistente de Pedro Pereira, embajador de Panamá en Venezuela, con los mismos 5,500 dólares que ganaba, un salario simbólico para él.

ENTRE EL PRD Y EL ARNULFISMO

‘Cheíto' fue un miembro activo del Partido Revolucionario Democrático (PRD), el cual abandonó cuando se hizo amigo de Mireya Moscoso, la ‘mujer de las cinco estrellas', porque fue esposa de Arnulfo, la primera mujer en la Presidencia, la que celebró el centenario de la República, la que recibió el Canal y que construyó el Puente Centenario. Para Moscoso ‘Cheíto' no tiene más que elogios.

Recuerda que le temblaba la mano cuando fue con ‘Toti' Barés al Tribunal Electoral a borrarse del PRDe inscribirse en el Partido Arnulfista. Una vez lo hizo, Moscoso lo nombró su asesor y de la Cancillería. Fue entonces que reflexionó: ‘¡Pasé de raso a teniente coronel!'. ‘En el PRD nunca estuve en estas alturas, no pasé de raso... Ahí me pagaban dos mil dólares, que servían pa' mí caja menuda'.

Las historias fluían como corriente viva. Recordó cuando se metió ‘por joder' a las primarias de 1999 en el PRD. Con el relajito ‘me gasté 50 mil dólares'. Esas primarias las ganó Martín Torrijos y ‘por el nombre de Jesús que voté por él'. Pero cuando Moscoso ganó, ella lo recibió en su seno y lo puso a vivir.

Cuando empezaron las primarias para las elecciones de 2009, ‘Cheíto' visitó Israel. Allá fue al Muro de Los Lamentos y metió su deseo con el nombre de Ricardo Martinelli. La apuesta le salió, pero Ricardo le falló, pese a que siempre le dijo que solicitara lo que quisiera. ‘Cuando le pedí la embajada y consulado de Grecia, me lo negó'.

Luego le aceptó el consulado en Colombia, pero ‘el día que fui a firmar, me salieron con cuatro mil dólares. Lo rechacé. Cuando iba saliendo me topé con Varela. Le dije que no aceptaba esa cifra y que por lo menos esperaba cinco mil quinientos dólares... Varela me pidió esperar un momento... Al rato salió y dijo, ya todo está arreglado...'.

Dice que él le reclamó a Martinelli porque no cumplió su palabra y ‘¿sabes lo que me respondió? ¡Vaya que le den...!'.

—¿Y cree usted que Noriega esté en el paraíso, en el infierno o en el purgatorio?

‘Cheíto', que se declara hombre de fe, piensa que si Jesús le prometió a Barrabás que estaría en el paraíso, no ve cómo Noriega, que también aceptó a Dios en vida, no pueda estarlo.

Fue una tarde de conversa amena... ‘Cheíto' era una caja de historias y vivencias. Pedía a veces que no se publicaran algunas cosas, pero después se animaba y espetaba: ‘¡Publícalo, si es verdad!'.

‘A mí no me dejará mentir Roberto Henríquez cuando le dije que CD no iba a ganar en el 2014 y menos si Marta iba como candidata'. Roberto -dice- le pedía que no hablara esas cosas allí y se llevaba el dedo índice a la boca para que ‘me callara... por eso sé que allí en la Presidencia pinchaban'.

El diálogo no paraba... Hablaba, compartía. Después de todo, ‘Cheíto es Cheíto'.

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