Colón, la tacita sin oro

Actualizado
  • 08/12/2018 01:01
Creado
  • 08/12/2018 01:01
Las demoliciones abren paso a los solares vacíos y al traslado de miles de familias colonenses. Mientras el flamante proyecto de Altos del Lago avanza, el centro histórico se va vaciando. Segunda entrega de la crónica de una ciudad en riesgo de perder su patrimonio cultural y humano

‘Súmate a la renovación'. El cartel, que cuelga de un balcón apenas sostenido por unas columnas agrietadas, parece dirigido a las ancianas de piel morena que pasan rengueando por las calles de Colón o a los ‘buaycitos' que caminan por las aceras sorbiendo ‘duros'. Pero aquellos de la tercera edad y los infantes son precisamente los más vulnerables en un entorno urbano en plena renovación. ‘No contemplaron la cantidad de niños que transitan por el lugar', comenta un vecino de Barrio Norte, uno de los dos corregimientos en los que se divide la ciudad.

EDIFICIOS INTERVENIDOS

Como parte del proyecto de Renovación Urbana se han realizado trabajos en varios edificaciones.

En calle 5, la Lotería Nacional de Beneficencia está financiando la reconstrucción de la histórica Maison Blanche.

En noviembre, el presidente Juan Carlos Varela inauguró el edificio remozado de la Gobernación de Colón.

El mes pasado el Gobierno también anunció la culminación de las obras en el mercado público de Colón, proyecto que beneficiará a 127 comerciantes. Está ubicado entre las calles 11 y 12.

Sin embargo, los viejos tienen una ventaja sobre los más jóvenes. Tienen memoria. Recuerdan, por ejemplo, que diagonal a la ‘concha acústica' del Parque 5 de Noviembre, en lo que hoy en día es tan solo un solar vacío, quedaba el ‘Patio Limoso'. En una de sus habitaciones el cineasta Carlos Aguilar ubicó el cuarto donde nació el legendario púgil ‘Panama' Al Brown.

La demolición del caserón ocurrió el pasado 27 de octubre y quedó plasmado en un video que circuló en las redes sociales. Las autoridades justificaron la acción alegando motivos de seguridad: el inmueble quedaba en la línea fronteriza entre pandillas rivales.

Fue uno de los que se tumbaron previamente a los actos del 5 de noviembre, fecha cuando Colón celebra la independencia de Panamá de Colombia. ‘La semana pasada se demolieron cuatro o cinco edificios que representaban un riesgo, no ahorita para la ruta del desfile, sino que tradicionalmente estaban así... Logramos finalmente un acuerdo con Patrimonio Histórico, se dieron los permisos y procedimos con los equipos de la empresa que está llevando adelante la renovación del Casco Antiguo de Colón...', indicó el secretario de Metas, Jorge González, en una entrevista concedida en octubre a un medio de comunicación.

Las demoliciones están contempladas dentro del programa de recuperación de espacios públicos. En el 2017 a la empresa CUSA le fue asignado un contrato directo por 19, 468, 650 millones de dólares para, entre otros trabajos, realizar obras complementarias del proyecto de Renovación Urbana. Dentro de la contratación directa al socio de Odebrecht se estableció un presupuesto de 2, 068, 500 millones de dólares para demoliciones. Más que suficiente para demoler todo el Centro Histórico de Colón, de acuerdo con el arquitecto Joel Ceras.

De acuerdo con Xavier Grenald, arquitecto del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MIVIOT), a CUSA le fueron encargadas 130 demoliciones. Hasta ahora se han demolido 39, por lo que faltarían 91. ‘Estoy seguro que al menos 100 estaban protegidos por la ley 47. El Gobierno está promoviendo la ilegalidad, esto es inaudito', expone Ceras.

‘Muchos están dentro del Conjunto Monumental', afirma la arquitecta Ariana Lyma de Policani, quien en agosto pasado renunció a la dirección de Patrimonio Histórico, después de una controversia sobre el destino de la histórica Casa Wilcox, que enfrentó a la DNPH, Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MIVIOT), Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos, entre otras entidades.

Por su parte, Grenald niega que se hayan demolido edificios que sean considerados como monumento histórico, solo ‘caserones viejos' que presentaban algún riesgo estructural o de seguridad.

Ceras, quien fungió como consultor del BID en un proyecto de renovación realizado años atrás en Colón, advierte que, independientemente del estado de la estructura, ninguna resolución de demolición de un edificio que es patrimonio histórico es viable de acuerdo con la Ley 47, que declaró al Casco Antiguo de Colón como Conjunto Monumental Histórico ‘No es que no se pueda dar, pero tiene que llevar un proceso', expone Policani.

El Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MIVIOT), encargado de coordinar el proyecto, se blinda ante las críticas y señala que el proyecto de renovación, que se lleva a cabo en un entorno urbano con aproximadamente mil 400 de sus edificaciones en zonas de protección, ha sido discutido ampliamente con la comunidad.

Pero ningún aviso o consulta previa preparó a Carlos, secretario del Club de Ciegos -entidad que brinda albergue a los no videntes- para el silencio. Es el silencio que lo inquieta cuando cae la noche, cuando las cuadrillas de CUSA, que junto a Odebrecht integra el Consorcio Nuevo Colón, se han retirado y los tractores ya no escarban en el pavimento y la tierra removida. Ya no es como antes, dice, ya no hay ruido entre las calle tercera y primera. Ya no queda nadie en las casas. ¿Dónde están las voces que Carlos añora, que busca en la oscuridad cuando el ruido de la renovación se apaga?

EL NUEVO COLÓN

Parte del ruido que caracterizaba las noches urbanas se ha retirado junto a más de tres mil familias a un sitio ubicado a 15 minutos del centro de la ciudad. Ahí Odebrecht construye los 167 apartamentos de Altos del Lago, comunidad que contará con locales comerciales, centros deportivos, parques y otras áreas destinadas a esparcimiento, e infoplazas de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (SENACYT). También incluirá una subestación de policía, cuartel de bomberos y oficinas del Banco Hipotecario y del Instituto de Acueductos y Alcantarillados, entre otras entidades gubernamentales.

Un informe técnico del MIVIOT, con fecha del 19 de julio de 2017, señala que las ‘familias a ser trasladas a Altos del Lago, provienen en su mayoría de caserones o inmuebles en mal estado, incluso algunos que han sido condenados, que requieren ser demolidos con inmediatez, considerando también los graves afectaciones que presentan para la ejecución de los trabajos de la Infraestructura Urbana en la ciudad...'.

‘Colón va parecer un desierto', apunta el investigador social Gilberto Toro ante el desalojo de las familias que han sido transportadas en camiones de mudanza a Altos del Lago. Es un proceso, que de acuerdo con sus proyecciones, debe culminar con 7 mil familias alojadas en los nuevos apartamentos. Estima que entre 15 y 20 permanecerían en el centro urbano, de una población actual de 50 mil.

La violencia también ha comenzado a emigrar. El domingo 8 de julio los medios reportaron una balacera en la emergente comunidad. La policía acudió al polígono de 78 hectáreas, adyacente al aeropuerto Enrique Adolfo Jiménez, que ocupa el proyecto habitacional para realizar redadas. La Fuerza Águila reforzó el operativo, en el que fueron detenidas 20 personas, según un reporte periodístico.

Los actos de violencia parecen confirmar las aprehensiones de Toro, quien vaticina que las tensiones van a ir en aumento a medida que se vayan mudando los aproximadamente 25 mil ocupantes de los edificios. ‘No están preparados para habitar en una nueva ciudad. Es necesario un acompañamiento social firme, constante, que no sea politiquería, que maneje los conflictos que surjan a mediano plazo', manifiesta. Una forma de prevenir que se reproduzcan nuevos focos de inconformidad en el futuro.

Alarmados ante lo que denuncian como una agenda de gentrificación, el Comité de Lucha por la Salvación de Colón, presidido por Edgardo Voitier, propuso en marzo pasado, después de una marcha y huelga general que terminó con cuatro policías heridos, 35 detenidos y saqueos a comercios, que el Estado construya, por lo menos, 20 edificaciones de interés social en el centro de la urbe.

El dirigente colonense teme que se repita lo que ya ha sucedido en el casco antiguo, pero de la ciudad de Panamá, al otro extremo del ferrocarril y el Canal, en una urbe que, pesar de su semblante de prosperidad, tampoco ha preservado su patrimonio. Los colonenses deben evitar que el deterioro de su ‘tacita' sea fuente de usufructo para otros, quedando ellos despojados de su oro a cambio de muy poco. Apenas un apartamento de 90 dólares, con tres habitaciones y una ruta de Metrobús.

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